Ni bien se conocieron los resultados de las elecciones nacionales del 25 de octubre se lanzó una primera especulación: que resultara quien resultase ganador en el ballotage, el Frente para la Victoria (FPV) tenía el potencial para transformar al Senado en su más poderoso bastión de resistencia. Hoy, esas especulaciones empiezan a trascender al ámbito real. Luchando contra sus propias internas y comandados por su líder histórico, Miguel Pichetto, el bloque de senadores peronistas la declaró la guerra al presidente Mauricio Macri y, recostado sobre la amplia mayoría que ostenta en la Cámara alta, está dispuesto a no ceder un ápice más de lo que marca la lógica institucional.
La primera declaración de guerra de los senadores peronistas a Macri llegó en boca de Pichetto el 9 de diciembre, un día antes de que el líder de PRO jurara como jefe del Poder Ejecutivo, cuando la sesión en que se disponían a convertir en ley la recreación de Yacimientos Carboníferos Fiscales (YCF) se cayó por el boicot de Cambiemos y el Peronismo Federal y algunos sugestivos faltazos en el bloque del FPV.
Ese día, el rionegrino soltó: “Le recuerdo –a Macri- que tiene minoría en este Senado. Nosotros tenemos voluntad de colaborar y de trabajar por el bien de la República; pero que no pierda de vista estos datos electorales. Porque la sociedad votó para darle la Presidencia, pero también para darnos la mayoría en el Senado”.
Esa advertencia se traduce en estas horas en hechos. Concretamente, en la puja por el reparto de comisiones. En el bloque peronista consideran que los gestos de gobernabilidad con el Gobierno se terminan con la cesión del presidente provisional –que es Federico Pinedo (PRO)- y las dos secretarías del Senado, la administrativa y la parlamentaria. A eso le sumaron la entrega de la presidencia de la comisión de Relaciones Exteriores, que por tradición queda a cargo de la fuerza de gobierno. “Hasta ahí llegamos”, explicó un miembro de la bancada del FPV, y avisó: “Ahora tienen que venir ellos a negociar y la mayoría la tenemos nosotros”.
La verdadera pelea es por el control de dos comisiones clave: la de Asuntos Constitucionales y la de Presupuesto y Hacienda. Desde el entorno de la vicepresidenta, Gabriela Michetti, entienden que, aunque el FPV tenga amplia mayoría en la Cámara alta -40 legisladores propios más los dos del Frente Cívico por Santiago del Estero sobre un total de 72-, por una cuestión de carácter político, no matemático ni reglamentario, esos dos cuerpos parlamentarios también deberían ser para Cambiemos. Pero en el FPV ya dicen que no entregarán el mando de ninguno de los dos.
Michetti ensayó una jugada para aprovechar las fisuras en el bloque peronista e intentar, así, buscar mecanismos para conseguir algo de apoyo a su reclamo. La presidenta del Senado mantuvo un mano a mano, fuera de agenda, con el senador Rodolfo Urtubey (FPV), uno de los “rebeldes” que asistió a la Asamblea Legislativa del 10 de diciembre y hermano del gobernador de Salta, Juan Manuel Urtubey, quien ya no esconde sus críticas al kirchnerismo puro y está lanzado en la pelea por la conducción del peronismo. En esa reunión, trascendió, la ex vicejefa de Gobierno porteño le prometió a Urtubey mantenerlo al frente de la comisión de Acuerdos. Y éste no es un gesto para nada menor: por esa comisión pasan todos los pliegos de candidatos a fiscalías y juzgados y, además, llegarán los postulantes que enviará el Poder Ejecutivo para ocupar las dos vacantes en la Corte Suprema de Justicia.
El problema es que Urtubey se presentó ante Michetti sin ningún mandato del bloque. “Todo lo que pueda haber negociado no tiene ningún valor. Acá no hay pactos personales”, explicaron desde el FPV. No es el único con el que la relación es tensa. Omar Perotti (FPV), ex candidato a gobernador de Santa Fe y hombre con poder creciente en el PJ, analiza jugar como líbero en la bancada de Pichetto y hasta armar un monobloque. El ex intendente de Rafaela fue otro de los que el jueves pasado fue a la Cámara de Diputados a la asunción de Macri, en la que el peronismo expuso con mayor claridad sus propias grietas.
MAYORÍA. Pichetto y sus soldados saben, igualmente, que la disputa por la presidencia de comisiones clave puede leerse como testimonial: con su mayoría, el FPV va a tener quórum propio en todas las comisiones. Lo que significa que, aunque el presidente de una de ellas sea un macrista o un radical, si el peronismo no se presenta la comisión no funciona; y si se presenta y no vota, los dictámenes serán de minoría; y que si esos dictámenes llegan con suerte al recinto, les sobran votos para voltearlos.
Algo de eso dejó traslucir el ex candidato a gobernador de Río Negro en la entrevista que concedió al diario El Cronista. Consultado por la posibilidad de que el FPV haga funcionar el Senado con agenda propia, Pichetto respondió “sí, claro”. “Espero que eso no ocurra y me parece que va a haber sentido común –agregó. Pero nuestro bloque va a tener el control y mayoría de muchas comisiones. Es un derecho que tenemos por ser mayoría en el ámbito del Senado. No es que me gustaría, es que tenemos derecho. Cuando se votó el 25 de octubre obtuvimos mayoría en el Senado”. Aunque aclaró que aspiran “a hacer un diálogo franco y sincero y conversar sobre los temas y no tener una actitud de bloqueo”.