A la espera de la confirmación del gabinete del presidente electo Mauricio Macri y, en especial, la designación del próximo ministro de Agricultura, las entidades del agro aguardan por la implementación de rápidas medidas de resarcimiento que alivianen al productor y propicien la posibilidad de venta de cereal pero que, al mismo tiempo, se constituyan como parte de un plan que revitalice al sector.
Entre la danza de nombres para comandar la cartera de Agricultura, trascendió el diputado nacional por la UCR, Ricardo Buryaile. Consultado al respecto por Letra P, el ex titular de Coninagro y referente del equipo de Sergio Massa en materia de agricultura, Carlos Garetto, definió al legislador del radicalismo como una persona de “mucho conocimiento y capacidad”, y recordó que “fue uno de los artífices de la lucha contra la 125” allá por el año 2008.
El dirigente rural explicó asimismo que el campo “debe ser entendido como un aliado estratégico y una contribución para el país”, y de cara a la asunción del próximo gobierno, consideró clave la implementación de “un plan de salvataje en materia de tecnología, siembra y financiamiento, que apunte además a bajar la presión impositiva”.
“Se debe contemplar a las economías regionales, los sectores de la lechería, la ganadería, en un contexto macro”, indicó Garetto, quien pidió que las distintas medidas que el futuro gabinete agropecuario lleve a cabo, “sean parte de un escenario macroeconómico mayor”.
Durante la campaña los dos ejes principales de Macri en alusión al agro habían sido, por un lado, la eliminación de las retenciones a todos los cultivos y, por otro, la determinación de un solo tipo de cambio –ambas medidas fueron ratificadas al día siguiente del ballotage-.
En ese sentido, Garetto bregó por una simetría entre el precio de compra y de venta para el productor, al explicar que “los insumos se adquieren a unos 14 o 15 pesos, pero cuando vende, con las retenciones incluidas, recibe menos de 7 pesos”.
Por su parte, el director de la Federación Agraria Argentina, Jorge Solmi, también en diálogo con Letra P, afirmó que el principal problema es de carácter “político”, que está relacionado con las medidas diagramas por el kirchnerismo durante los últimos años, porque la situación de dificultad que atraviesa el sector “no se circunscribe a fuertes caídas del precio internacional”.
“El productor se vio perjudicado con trabas innecesarias”, sostuvo, y dejó en claro que el campo debe ser entendido por sus múltiples características, a raíz de las condiciones geográficas y la disímil composición de los productores, ya que “no todo es lo mismo”.
Agregó, al respecto, que la decisión de eliminar las retenciones debe estar acompañada por una planificación integral, y ejemplificó que “quitar las retenciones también puede ser un traslado que no llegue al productor y que quede en la empacadora”. En igual tenor, indició que una devaluación “no alcanza si no existe planificación”.
Y señaló, como temas a resolver en lo inmediato, las deficiencias en infraestructura, en especial el recurrente problema hídrico; la necesidad de afinar la orientación crediticia, para lo cual trajo a colación la modalidad de Consejos Consultivos implementado tiempo atrás; y la puesta en marcha de herramientas modernas para mejorar los seguros rurales.
“Una primera medida que podría tomar el próximo gobierno es la de juntar a todos los secretarios de Producción de las distintas provincias”, evaluó Solmi, quien bregó porque el próximo gabinete agropecuario esté atravesado por la diversidad y la existencia de matices diferentes.
También emitió opinión el titular de CARBAP, Horacio Salaverri. En declaraciones radiales, exhortó a modificar “las restricciones al comercio exterior para darle más certezas al negocio agropecuario y la posibilidad de crecer”, y aseveró que “la única moneda de cambio que tiene es la mercadería que produce”.
