En noviembre de 2010 la Cámara de Diputados de la Nación fue un hervidero producto de la discusión que se generó por la aprobación del Presupuesto 2011 y el posterior revuelo que ocasionó en el bloque del PRO la ausencia de cuatro diputados ligados al sector de Daniel “el Tano” Angelici.
A la hora de la votación de la ley de leyes, Laura Alonso, Christian Gribaudo, Soledad Martínez y Silvia “la Turca” Majdalani se ausentaron del recinto y lograron que el kirchnerismo consiguiera la mayoría necesaria. De esa manera contradijeron la postura oficial del bloque macrista, que era rechazar de cuajo el expediente impulsado que alojaba las partidas con las que Cristina Fernández de Kirchner transitó los últimos meses de su primer mandato.
La interna del bloque PRO terminó en escándalo porque desde otros bloques opositores, particularmente la líder de la Coalición Cívica, Elisa Carrió, azuzó la idea de que hubo pago de coimas durante esa sesión. “Hoy la Banelco fue de Cristina”, sostuvo la diputada nacional y dejó entrever que el entonces jefe de Gabinete, Aníbal Fernández, hizo gestiones ante legisladores de la oposición para que no dieran el presente en la sesión “en algunos casos ofreciendo dinero”.
En el mismo sentido, se pronunció la ex diputada de la Coalición Cívica y aliada de Carrió, ahora confesa macrista. La diputada nacional habló de la existencia de un “tarifario” para cambiar voluntades de legisladores opositores y cargó contra el ministro de Planificación de la Nación, Julio de Vido.
“Hubo quienes aceptaron esta lógica de presión del poder y otros que se quedaron”, sostuvo Bullrich en clara alusión a Alonso y los otros tres diputados del radicalismo PRO que se ausentaron al momento de votar en esa maratónica sesión.
Enfurecida, Alonso desafió a la chaqueña durante la reunión de la Comisión de Asuntos Constitucionales a que probara la existencia de las supuestas “coimas” que había insinuado y disparó contra sus ahora compañeras de Cambiemos.
“Es un disparate que armó Elisa Carrió junto con su socia Patricia Bullrich. Acusar sin pruebas. Inventar sobornos y provocar que el Presupuesto 2011 no se vote, obligando a la Presidenta de la Nación a prorrogar el del año pasado, que les va a dar más control de dinero”, arremetió la legisladora que se confesó “mauricista”.
En esa oportunidad, para agregar más leña al fuego, Alonso disparó: “Que Patricia Bullrich siga mintiendo, difamando a los diputados del PRO que no estuvimos en el recinto me parece patético. Se ha vuelto una pésima copia de Elisa Carrió”.
Además, cargó contra el jefe de bloque PRO, Federico Pinedo: ““Tengo la decisión tomada hace un mes, pero no hablé porque lamentablemente en nuestro bloque no hubo oportunidad de conversar estas diferencias. Pinedo va a tener que hacerse cargo de sus palabras”.
“Yo quiero declarar y que venga a declarar la diputada Carrió, quiero que traiga la prueba. Yo no cobro coimas, no tengo contratos, pero hay muchos en la Cámara de Diputados que levantan el dedo y los que tienen que ser investigados son ellos”, retrucó Alonso.
La interna fue in crescendo en el bloque PRO hasta que una comunicación telefónica entre Angelici y Mauricio Macri calmó las cosas y todo volvió a la normalidad.
Mucha agua pasó bajo el puente desde ese incidente. Al año siguiente la Presidenta fue reelecta, en 2013 se formó el frente UNEN y en 2015 la Coalición Cívica y el PRO son aliados, juntos al radicalismo, y aunaron esfuerzos para crear el frente Cambiemos. En cinco años Alonso, Bullrich y Carrió pasaron de defenestrarse a integrar el mismo espacio político.
Patricia Bullrich se distanció de Carrió hace tiempo y fue la primera de las dos en subirse al barco macrista. Si bien se pronuncia como aliada y es de las pocas figuras del PRO que plantea matices a las directivas amarillas, hoy es un alfil clave para Macri en la Ciudad y en la Nación, con su rol de diputada.
Las viejas rencillas entre Alonso y la ex ministra de Trabajo quedaron en el olvido y este lunes ambas sellaron la paz con una presentación judicial sobre presunto espionaje por parte de la AFI a dirigentes, empresarios, artistas y líderes opositores.