El titular en Argentina del HSBC,Gabriel Martino, no pudo celebrar el titulo continental de su amado club San Lorenzo de Almagro como el hubiera querido. Sucede que vive días de turbulencia desde que la filial porteña de la entidad bancaria del Reino Unido está en la mira de la AFIP, de la Unidad de Información Financiera, de la secretaria de Comercio y de los jueces del fuero Contencioso Administrativo por supuesto lavado de dinero.
Tres funcionarios tan distintos como son Ricardo Echegaray, José Sbatella y AugustoCosta siguen muy de cerca a Gabriel Martino, el CEO local del banco. Costa es el enemigo con mayor capacidad de daño porque accede a Olivos y además acusa a Martino de haber organizado corridas bancarias contra el Gobierno de Cristina Fernández de Kirchner a fines del año pasado.
La inquina de Costa es muy parecida a la que su antecesor Guillermo Moreno tenía con Ricardo Moreno, el titular del BBVA. Moreno decía tener comprobado que los gerentes de las sucursales mejor dotadas del banco español llamaban personalmente a decenas de clientes para recomedarles que retiren los fondos del sistema y los pasen a cajas de seguridad. “Empezaron a hacer eso a fines de 2011, cuando entendieron que no había ningún Kirchner para continuar al frente”, cuenta en su exilio romano.
Martino es un adversario cómodo para la liturgia kirchnerista: además de representar a una entidad británica, gusta de organizar largas fiestas en Punta del Este y en el boliche Tequila con modelos, deportistas y productores del show biz. Defenestra al Gobierno en privado pero se cuida mucho más cuando recibe a las siempre edulcoradas publicaciones de negocios.
En la City porteña hay quines lo señalan por haber sido uno de los primeros que dijo que el caso contra los buitres en Estados Unidos iba a terminar mal: “Cuando la Cámara de Apelaciones de Nueva York nos bajo el pulgar el partido se terminó porque la Corte de Washington tiene parámetros y funcionarios con una cabeza muy parecida”. Martino trabajó algunos años en Wall Street.
A sus allegados les dice que las causas contra el HSBC en Buenos Aires son consecuencia de efectos rebote de investigaciones similares que la entidad afronta en otros países del mundo y asegura que se trata de una persecución del kirchnerismo.
Echegaray se la tiene jurada desde que le contaron que Martino, al igual que Luis Betnaza (Techint) y Juan José Aranguren (Shell) hacen lobby entre todos los presidenciables para exigirles que apenas desembarquen en la Rosada lo retiren del ente recaudador. “Están desesperados porque yo tengo mandato hasta fines de 2016, algo que todos se olvidan”, se divierte el recaudador.
Las causas por lavado de dinero no le pierden pisada a Martino. En 2012, cuando él era directivo del HSBC en México, la entidad tuvo que pagar multas por más de 500 millones de dólares ante los tribunales del DF donde había una investigación por haber blanqueado fondos de los carteles de la droga y en la que también participo la DEA.
Por estas horas el miedo del banquero es que ahora surjan acusaciones que vayan directamente contra su persona, más allá de la empresa. Martino es un apasionado de las mesas de dinero y les ha manejado algunas inversiones a importantes empresarios que ahora están temerosos. Algo similar le sucede a Alejandro Gravier, procesado por supuesto lavado e invitado VIP a todas las fiestas de Martino junto a su bella esposa Valeria Mazza.