Este martes, Feinmann se tomó un rato previo a una tanda en El Diario y mirando a cámara se refirió al despido “sin previo aviso y sin ningún tipo de razón a veinte de nuestros compañeros”.
Visiblemente molesto por la situación, habló de “compañeros y amigos, con los cuales compartimos horas y horas de trabajo todos los días: camarógrafos, sonidistas, de todos los sectores”.
Fiel a su estilo, finalizó su referencia al tema ironizando acerca de la realidad del país, en donde en este último tiempo se vienen registrando despidos y suspensiones tanto en medios de comunicación como en fábricas. “Y después me cuentan que no hay inflación, no hay recesión, no hay despidos, el país está maravilloso y el trabajo está asegurado”, dijo.
“Y esto lo vivimos en una empresa que es así chiquita”, cerró, haciendo una seña con su mano.
Lo paradójico es que el empresario ultrakirchnerista de medios lleva adelante un imperio que en teoría defiende la pluralidad de voces y que garantiza el trabajo, bajo la bandera de la ley de medios tan fogoneada por el gobierno nacional.
No es la primera vez que Feinmann se muestra disconforme con la actitud de los directivos. A principios de año, Cristóbal López echó a Antonio Laje, en el marco de una reestructuración en el canal. Días después se fue el Negro Oscar González Oro y se generó un gran escándalo interno, tras el cual el conductor de las 18 horas también habló al respecto.
En aquella ocasión, Feinmann leyó un comunicado del Grupo Indalo que justificaba el despido a los periodistas y se lo notó muy molesto. “Así y todo yo tengo que decir lo siguiente: que no me siento cómodo ni me siento feliz por algunas cosas que se han contado y han ocurrido con dos amigos y compañeros míos: Antonio Laje y Gustavo Mura”, dijo.
Luego, previo a finalizar el programa, miró a cámara y dijo “bien no estoy”.