Aunque desde su alianza electoral del año pasado Mauricio Macri y Sergio Massa no se cansan de criticarse y subrayar sus diferencias, Ramón Puerta arrancó un trabajo de armado en Misiones asegurando que los líderes del PRO y del Frente Renovador jugarán otra vez juntos en 2015.
Al menos a la hora de definir armados distritales. Aunque el ex gobernador enfrenta un cuadro crítico y de plazos acotados: tiene menos de un año para desarrollar la estructura política del massismo en la provincia en una etapa de debilitamiento de su propia imagen, sin tropa y con una batalla perdida en la Justicia por el sello Renovador.
Puerta recorre Misiones con su forjada amistad con Macri en una mano y con el rol de operador territorial de Massa, en la otra. Para recolectar dirigencia perdida, asegura que llega con mandato de ambos para armar una lista de unidad. Aunque hasta ahora las chances de éxito van de lo lejano a lo utópico: apenas si recaudó el apoyo de militantes dispersos sin paraguas político, sin caudal electoral, sin poder de fiscalización, sin peso territorial y sin fondos para financiar una campaña.
A esto hay que sumarle su propia debacle personal: la última elección en la que jugó fue en 2009, cuando consiguió entrar como diputado nacional, sin alcanzar el 17% de los votos; en las legislativas del año pasado, el frente que diseñó quedó por debajo del 15% y no pudo revalidar ni siquiera esa única banca.
El massismo en Misiones es hoy un ente abstracto. El máximo exponente del espacio que desembarcó en la provincia fue el ex dirigente menemista Fernando “Pato” Galmarini, operador político y suegro de Massa. Fue en marzo pasado. Tiempo después, el propio ex jefe de Gabinete giró invitaciones a dos intendentes misioneros para que participen en una mesa ampliada con otros jefes comunales de todo el país. Fueron Juan Carlos Ríos, de Campo Viera, y Eldor Hut, intendente de Aristóbulo del Valle, ciudad de donde es originario el gobernador Maurice Closs.
Ríos ya certificó su pase al massismo. Luego de ser candidato a diputado nacional y quedarse fuera del Congreso, abandonó enojado el kirchnerismo que en Misiones encarna el Frente Renovador de la Concordia (FRC), sello de unidad alcanzado entre Closs y el ex gobernador peronista Carlos Rovira.
En cambio Hut, al trascender su foto con Massa, tuvo que salir a desligarse y excusarse. “Si todos nos tenemos que cuidar de con quien hablamos, en 30 años de democracia no aprendimos nada. Que me junte a intercambiar ideas, no quiere decir que me pase a su espacio político”, explicó.
Disputa por el sello Renovador
Si Massa y Puerta tienen problemas para armar la campaña en Misiones, tienen en simultáneo otro no menos serio a nivel judicial. Closs y Rovira consiguieron que la Justicia impida que el massismo utilice el nombre “Frente Renovador” en la provincia.
El Frente Renovador de la Concordia era el nombre que utilizaban como alianza el radicalismo de Closs y el peronismo de Rovira. Esa alianza estaba integrada principalmente por el Partido de la Concordia Social (PCS).
Pero sus apoderados pidieron a la Justicia que el partido adopte oficialmente el nombre que usan como alianza, y que el Partido de la Concordia Social pase a ser ahora el Frente Renovador de la Concordia (FRC). Con eso buscaban evitar confusiones en el cuarto oscuro que traccionen votos a los candidatos que el massismo ponga en juego el año que viene. Y lo consiguieron.
En su resolución, la jueza federal con competencia electoral, Verónica Skanata, señaló: “No hacer lugar a la oposición al uso del nombre “Frente Renovador de la Concordia” formulada en conjunto por la UCR, el partido Renovador de Misiones y el Partido Renovador de Buenos Aires. Y ordenó que se registre el nombre “Frente Renovador de la Concordia” en el distrito Misiones, en el Registro Nacional de Agrupaciones Políticas. Un duro cachetazo a las intenciones del massismo, que vienen enfrentado las mismas dificultades para inscribir su partido en otros distritos, como Entre Ríos o Salta.
El elegido
En el oficialismo, mientras tanto, ya piensan en quién será el sucesor del Closs el año que viene, ya que está impedido de buscar una nueva reelección. Según explican, aunque el propio Rovira podría pelear por ese puesto, el ex mandatario habría descartado ya esa posibilidad. Buscaría otro mandato como legislador, para seguir en la presidencia de la Legislatura misionera, desde donde mantiene presencia pública y poder político, con mucho menos en juego y menos que perder.
Ante ese cuadro, Closs y Rovira están midiendo al vicegobernador, Hugo Passalacqua, a quien consideran el “candidato de la unidad”. Hombre de perfil bajo y que prefiere el ámbito institucional a la rosca política, Passalacqua conjuga en sí mismo al peronismo de Rovira y el radicalismo de Closs que conviven en el FRC: de origen radical y ex activo militante de Franja Morada, está casado con Viviana Rovira, prima del ex gobernador pejotista.
Los dos jefes del FRC están viendo cómo avanza la campaña de Passalacqua para terminar de definir quién será su delfín. Por ahora, el vice hace bien los deberes: hasta consiguió una audiencia de exclusiva con el Papa Francisco en el Vaticano. Además, elegir a Passalacqua como el candidato del partido les permitirá a Closs y Rovira ganar tiempo y rearmarse: sólo podrá ser gobernador por un período, ya que en la provincia ser parte de la fórmula cuenta como uno.