“Saben que nos vamos a traicionar a espaldas de los compañeros, cosas chanchas no hacemos. Hoy nos mandaron un e-mail a las 8:50 de la mañana. La historia los va a juzgar”. Los primeros dichos de Miguel Díaz, secretario general de la Unión de Docentes de la provincia de Buenos Aires (Udocba), es una muestra de lo que el sindicalismo docente muestra en cada situación límite: un fuerte quiebre.
El espacio que responde a Hugo Moyano establece múltiples diferencias con el Frente Gremial Docente Bonaerense (FGDB), al que acusa –sobre todo a Roberto Baradel– de haber “traicionado” a los que formaron parte de una histórica medida de fuerza que parece solucionarse en las próximas 48 horas.
“Hicimos el esfuerzo en venir. Acá tenían que atrasar dos horas la negociación para que estuviéramos todos”, insistió el referente de la Confederación General del Trabajo (CGT) moyanista, quien se desencajó cuando le consultaron si Baradel era cómplice del Gobierno.
“Hay que respetar los sindicatos, soy miembro de la comisión directiva de la CGT. Acá faltó un gremio y tendrían que haber esperado, esto estaba todo preparado. Arreglaron 250 pesos en septiembre. Piensan que la gente hizo paro por tiempo indeterminado por 8 pesos más por día”, finalizó.