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El juicio oral por la tragedia de la estación Once comenzará mañana y será una ocasión perfecta para entender la larga serie de internas que la causa detonó en los tribunales de Retiro.
Hoy dos grupos de los querellantes encabezados por los estudios de los abogados Marcelo Parrilli/María del Carmen Verdú y Miguel Angel Arce Aggeo/Javier Moral avisaron que se retiraban del juicio luego de llegar a un acuerdo con la empresa TBA.
Mañana podría haber más novedades en esa dirección con la querella encabezada por Gregorio Dalbón quien también desistiría de continuar la acción penal.
El maquinista de la formación chapa 16 que no frenó al llegar al andén 2 de la estación de Once aquella fatídica mañana del 22 de febrero de 2012, Marcos Córdoba, llega en una situación comprometida por los categóricos resultados de ambas pericias técnicas que indicaron que el tren tenía capacidad suficiente de frenado y que no hay registro de que los frenos hayan sido activados por él.
Ya desde el comienzo, en 2012, el expediente desató una pelea sin cuartel entre el fiscal Federico Delgado y el juez Claudio Bonadio. El primero acusó en todo momento al segundo de que este no le daba acceso al expediente. Siempre defendió la posición de los querellantes y cometió torpezas extrañas para un funcionario con tantos años en el cargo de fiscal: reveló datos de un expediente con secreto de sumario en medios periodísticos, ordenó medidas desopilantes (como enviar exhortos a empresas radicadas en otros países a las que confundió como parte del holding Cirigliano) y se apoyó en funcionarios de su fiscalía con poca experiencia.
Bonadio por su parte hizo del expediente una causa ingobernable. Cuando tenía que investigar las causas de un accidente ferroviario se esforzó en averiguar sobre subsidios estatales y se embarcó en peritajes imposibles como reconstruir la contabilidad mensual de una empresa del tamaño de TBA.
Se despidió de la etapa de instrucción con el sabor amargo de que si bien primero la Cámara lo confirmo al frente de la investigación, luego lo apartó del expediente que investigaba la causa de las presuntas irregularidades policiales en la búsqueda del cuerpo de Lucas Menghini Rey.
Los camaristas Martín Irúrzun y Alfredo Cattani siempre desconfiaron de la dupla Delgado-Bonadio. Al primero lo ven como un hombre radicalizado en todo sentido y respecto de Bonadio creen que tuvo un manejo desprolijo cuyo corolario fue ordenar detenciones por la supuesta destrucción de una documentación que debía custodiar la oficina del juez.
Los jueces del Tribunal oral también llegan con sus internas. Jorge Gorini es un referente entre los jueces de tribunales orales federales y tiene una idea formada sobre la culpabilidad y responsabilidad del maquinista Marcos Antonio Córdoba.
Al motorman no le juega a favor tampoco que su abogada sea Valeria Corbacho, que tiene mala imagen en el tribunal por ciertos vínculos incómodos con altos cargos de la Policía Federal.
Los colegas de Gorini, Rodrigo Jiménez Uriburu y Jorge Tassara imaginan un juicio con algunas pocas absoluciones y en el que varios de los imputados reciban algún tipo de condena aunque sea leve, aún los ejecutivos de la empresa ferroviaria que se ubican en la periferia del expediente…