De cara a las PASO algunos dirigentes que solo existen a efectos de quebrar a todo candidato de la oposición, llamándose alegremente oposición, insultan, confabulan y abren fuego por la espalda contra aquellos que realmente tienen la fuerza, la convicción y la capacidad de traer un cambio positivo al país y al pueblo argentino.
Con total falta de respeto y de moralidad, pero con mucho rencor y resentimiento, se llenan las manos tirando piedras a los supuestos pecadores. Mercenaria a sueldo del poder K, ostentando llamativas cruces en su cuello, se presenta ella, Elisa Carrió.Con su trillado circo de insultos desmedidos para todo aquel que amanece sus únicos planes, destruir a la verdadera oposición.
Secundada de otros dirigentes porteños que se saben frustrados y sin futuro político, pero que por obra del generoso azar criollo han podido ser presidentes de partidos políticos, cuyos familiares fueron procesados por contrabando en las causas de empresas como Correo Argentino, Sevel y otras muchas más, parecen olvidar que con el dinero del Estado nacional, de los ciudadanos y jubilados de esta República, a quienes ellos dicen defender, se ha pagado hasta el último centavo de sus deudas y yerros de gestión.
Una batalla más, de quien se autodenomina “enanito corrupto” y de aquellos que la acompañan en esta supuesta cruzada cuyo fin “es parecer que cambiamos para no cambiar” y total que el pueblo siga igual o peor quizás, más hambre, más corrupción, más inseguridad, más mafias, más división social, más muertes, menos democracia, menos derechos, menos garantías, menos y peor educación y más mentiras y mucho más dinero de nuestros bolsillos para La Cámpora que hasta ha deslizado sus tentáculos cooptando institutos educativos de renombre internacional como el caso de IUOG. Y esto sigue y sigue sin parar.
Es que lamentablemente il gattopardo argentino tiene más manchas que el de Giuseppe Tomasi di Lampedusa y el de Luchino Visconti juntos.
El triunfo será de las ideas. Por más que se empeñen en destruir, triunfará siempre construir. Y acaso es que están asustados por la irrupción de un constructor. No hay retorno, en la Argentina del futuro no habrá lugar para los carentes de ideas. Lo que viene es la democracia de hacedores, no de destructores, Carrió.