En lo que va del año 2014, los legisladores de la Ciudad de Buenos Aires tuvieron cuatro aumentos. Sin contar los descuentos, su salario pasó de $47.000 a $63.000 y ese incremento superó en un 12 por ciento lo estipulado en el Presupuesto aprobado para el corriente año.
Durante 2013, el aumento del sueldo mínimo, vital y móvil fue de un 57 por ciento, mientras que en 2014 fue del orden de un 36 por ciento. En concreto, de 20.000 pesos en mano pasaron a cobrar 40.000, el doble en dos temporadas.
Además, según publicó La Nación, para 2015 está previsto un aumento de, por lo menos, el 23 por ciento. Siguiendo ese cálculo, los 60 legisladores porteños cobrarían cerca de 80.000 pesos, pero la cifra puede ser aún más en caso de que la inflación siga en ascenso.
De esta manera, para el año próximo los diputados porteños percibirán un salario que equivale a 18 veces el salario mínimo, vital y móvil, que, desde el mes de septiembre, está fijado en 4400 pesos.
Las dietas de los legisladores fueron reguladas por ley en diciembre de 1997, cuando advirtieron que había empleados de planta permanente que ganaban más que los propios diputados. El salario de los legisladores porteños se calcula en un 20 por ciento por encima de los haberes de un empleado de la Legislatura, máxima categoría, con título universitario y 25 años de antigüedad.
El aumento más fuerte para los legisladores llegó en abril. Fue un 20 por ciento, que se extendió con un 10 por ciento más en agosto. Con esa última suba se sobrepasó el 24 por ciento establecido en el Presupuesto porteño 2014.
“Si la inflación continúa tendremos que volver a aumentar los sueldos en 2015”, advirtió a La Nación el vicepresidente 1° de la Legislatura porteña, Cristian Ritondo.
“Los presupuestos se preparan en septiembre en un contexto económico determinado. Cuando llegamos a marzo de este año, la realidad económica nos excedió, por eso en reunión de paritarias y en acuerdo con los delegados de los gremios se resolvió ajustar los salarios lo más cercano posible a la inflación real del país”, explicó el legislador del PRO al matutino porteño.
El incremento salarial no encontró reparos ni quejas en la oposición, salvo en el diputado de Bien Común Gustavo Vera, quien hace un tiempo elaboró una iniciativa para que los legisladores porteños cobren una suma promedio entre lo que gana un director de escuela y el jefe de un servicio de un hospital público.
El aumento sí tuvo el visto bueno en el kirchnerismo. “El sueldo es correcto por la responsabilidad y la dedicación que, en mi caso, es absoluta: diez horas por día. Cada trabajador debe cobrar de acuerdo a sus responsabilidades”, le dijo a La Nación Gabriela Alegre, jefa del bloque del Frente para la Victoria.
Si bien los salarios de los legisladores fueron en aumento en los últimos dos años, siempre justificados por el incremento inflacionario, los haberes de los diputados están lejos de los de los diputados y senadores nacionales.
Los legisladores que trabajan en el Congreso Nacional cobran $50.000 en mano con el aumento del 24 por ciento que recibieron en febrero. A ese número hay que sumarle distintos plus: $ 10.000 de “gastos de representación” y, si no son de Capital, perciben un extra por “desarraigo” de $ 8300.