El Tribunal Oral en lo Criminal Federal N° 2 de la Capital continuó esta semana con el juicio oral en la causa en la que se investiga el hecho ocurrido el 22 de febrero de 2012, cuando un tren de la línea Sarmiento colisionara con la cabecera del andén número 2 de la estación Once y que produjera 51 víctimas fatales y 789 lesionados.
El TOF 2 está integrado por los jueces Jorge Alberto Tassara, Jorge Luciano Gorini, Rodrigo Giménez Uriburu y Ana D’Alessio, esta última en calidad de jueza sustituta. El proceso se encuentra en etapa de declaraciones testimoniales y está previsto que declaren alrededor de 350 testigos.
En la audiencia número 52 pasaron por el estrado Rubén “Pollo” Sobrero y Edgardo Reynoso, los dos delegados gremiales que lideran el sector bordó de la Unión Ferroviaria (UF), que controla la Seccional Oeste de la línea Sarmiento.
Sobrero llegó a los tribunales federales de Comodoro Py acompañado de un grupo de 20 representantes gremiales de la lista bordó de la UF(entre ellos Daniel Ferrari, Mónica Schlotthauer y Luís Martínez) quienes estaban identificados con unas remeras que tenían la leyenda “Si tocan a uno, nos tocan a todos” en referencia al pedido de desafuero gremial impulsado por el ministro Florencio Randazzo contra los delegados que arrojaron basura y dañaron los nuevos trenes chinos adquiridos por el Gobierno kirchnerista.
En esta audiencia el Tribunal estuvo bajo la presidencia del juez Rodrigo Giménez Uriburu, quien dejó realizar algunas preguntas más allá del objeto procesal para brindar la posibilidad de que el testigo se explaye en su alocución sobre la visión de que el ferrocarril debiera ser estatal en vez de gerenciado por privados.
Luego de realizar el juramento de rigor de decir la verdad, Sobrero declaró que “el tren chapa 16 fue alistado correctamente por los delegados Daniel Ferrari y Gustavo Cavalone durante la madrugada del día del accidente en el Taller Castelar. Si ellos lo liberaron para que el tren prestara servicio quiere decir que la formación ferroviaria estaba en condiciones de frenar. Son mecánicos con más de 20 años de trayectoria y estos especialistas realizan todos los trabajos a conciencia”.
Luego, Sobrero agregó que “si el tren hubiese tenido diferencias de altura entre los coches que componen la formación ambos técnicos lo hubiesen detectado en el Taller y no hubiesen permitido que el tren salga a servicio”. Asimismo resaltó que, hacia fines del 2010, y luego de un paro lanzado por su sector sindical, los compresores de las formaciones Toshiba eran reacondicionados en la firma EMFER, y su arreglo era “supervisado por los trabajadores”.
Consultado sobre los inconvenientes de los trenes en esta línea aclaró que “tanto los motorman como los guardas son las personas autorizadas para cancelar un servicio o pedir cambio de tren cuando detectaban algún problema en la formación. Si el tren tiene problemas se cancela y se guarda en el Taller para revisarlo y solucionar el inconveniente”.
Con respecto a las constantes denuncias que hizo la comisión de reclamos de la línea Sarmiento Sobrero manifestó que “en la época de Jaime fue cuando realizamos mayor cantidad de denuncias para que se hagan las obras de inversión que estaban postergadas. Hasta hoy seguimos teniendo un sistema de señalamiento de 1925 y al momento del accidente había vías de 1960”.
Sobrero en sus casi 3 horas de testimonio (comenzó a las 11 horas y finalizó casi a las 14 horas) también se quejó ante el Tribunal de que sus reclamos no eran escuchados por los organismos de control: “nos cansamos de hacer denuncias ante la Secretaria de Transporte de Jaime, ante la Subsecretaría Ferroviaria, ante la CNRT y ante el jefe de Recursos Humanos de la empresa. Nunca tuvimos respuesta. Nunca vi inspectores de la CNRT que multaran a TBA o cambiaran algo en el servicio”.
Al abordar temas técnicos como el funcionamiento del sistema de frenos de los trenes Toshiba, quedó demostrado en las respuestas que dio Sobrero que sus conocimientos técnicos no alcanzan a ese rubro en particular. De hecho, cometió una serie de imprecisiones al explicar la cantidad de compresores que lleva cada formación: “Dos por coche, o sea que en una formación de ocho coches, se necesitan 16 compresores”. Luego de su explicación hubo murmullos en la sala y hasta en el sector donde se ubica el público en general. Hasta sus compañeros de la Bordó advirtieron el error.
Mas tarde, Sobrero encontró la oportunidad de sembrar sospechas sobre el gremio La Fraternidad al advertir que “a la bruja Andrada –así apodó al motorman que le entregó el tren a Marcos Córdoba en Castelar– lo mataron de una forma muy llamativa en un supuesto robo. Digo supuesto porque no le sacaron nada, ni la billetera con todo el sueldo”.
Llamativamente, al igual que Omar Maturano, el Secretario General del gremio La Fraternidad, el Secretario general de la seccional Oeste de la UF Rubén Sobrero confundió el horario del accidente y dijo que alrededor de las 7.10 ó 7.30 horas, no recordaba bien, lo había llamado el delegado José Sebriano para informarle del accidente en Once. Curiosamente, Omar Maturano también declaró la semana pasada que había recibido el llamado de un secretario cerca de las 7.10 hs informándole del trágico accidente. Este llamativo error coincidente de ambas autoridades gremiales de la línea Sarmiento despertó varias hipótesis conspirativas entre abogados querellantes y defensores sobre una presunta planificación del accidente, y generó un planteo específico por parte de la Querella 3 representada por los socios del expulsado y polémico abogado Dalbon.
El delegado Edgardo Reynoso, en tanto comenzó a declarar cerca de las 15 horas y su declaración fue interrumpida por un cuarto intermedio hasta el próximo lunes 17 de noviembre. Reynoso fue uno de los hombres más nombrados durante el juicio, la última vez, incluso, generó revuelo porque se lo vio afuera de la audiencia esperando saber qué sucedería con su compañero Juárez, quien declaró durante horas. Y lo hizo frente a todas las luces, sin importarle ser visto por nadie, a pesar de que por ley no debiera tener comunicación con ningún otro testigo.
Ambos delegados sindicales tomaron notoriedad luego de la tragedia de Once por varias de sus denuncias públicas sobre la existencia de corrupción en el sistema de transporte ferroviario.
La feroz interna sindical que se apoderó silenciosamente de las audiencias del juicio oral comenzó varios meses atrás cuando Edgardo Reynoso acompañó a prestar declaración testimonial a los guardas Miguel Jerónimo y Patricio Juárez quienes finalmente fueron detenidos y acusados de presunto falso testimonio por sus contradicciones y reticencia a contestar preguntas. Ahora, los dos guardas que fueron a declarar acompañados por Reynoso deberán enfrentar juicios paralelos por falso testimonio, en los que podrían recibir hasta diez años de cárcel.
En aquella oportunidad, una vez finalizada la audiencia, el abogado querellante Gregorio Dalbón escribió en su cuenta de Twitter: “#ONCE El guarda de Andrada preso por falso testimonio. Siempre dije que fueron los sindicatos y los motorman. Todos procesados. Querés más” y luego añadió “#ONCE La Unión ferroviaria y La Fraternidad impunes por Claudio Bonadio. Y vengan que les daré batalla. Porque: “La Verdad es inevitable”.
El propio Papa Francisco hace unas semanas atrás les dijo a la pequeña delegación de madres de las víctimas que viajaron hasta la Santa Sede que el juicio “se haga con toda justicia y que la verdad aparezca. No hay que tenerle miedo a la verdad. La verdad siempre nos hace libres, decía Jesús”.
La guerra de acusaciones cruzadas entre La Fraternidad y la UF sector bordó ya está declarada y se esperan nuevas batallas en las próximas audiencias. Dependerá del Tribunal mantener el debate centrado en el objeto del proceso y sortear indemne esta inescrupulosa puja sindical que mantienen los gremios ferroviarios y que puede empañar la búsqueda de la verdad y el pedido de justicia.
Por el accidente de Once, se encuentra imputado el motorman Marcos Córdoba por el delito de descarrilamiento culposo (art. 196), con pena de 1 a 5 años de prisión, junto a otras 28 personas, entre ellas los ex secretarios de Transporte de la Nación Ricardo Jaime y Juan Pablo Schiavi, el ex interventor de la CNRT Eduardo Sícaro, el ex Subsecretario de Transporte Ferroviario Antonio Luna y los directivos del grupo empresario que tenía la concesión del ferrocarril Sarmiento.