Scioli y Macri, dos presidenciables jaqueados por restricciones fiscales y vencimientos de deudas
Por Antonio Rossi.- Los dos tienen aspiraciones presidenciales y no escatiman gastos para publicitar sus gestiones y propuestas para el futuro. Uno maneja la provincia más grande del país. El otro administra la ciudad más importante y la más densamente poblada. Pero al analizar la situación fiscal de sus jurisdicciones, ambos enfrentan marcados desequilibrios y un horizonte de corto plazo cargado de preocupaciones y limitaciones presupuestarias.
Más allá de sus posicionamientos políticos, el gobernador de la provincia de Buenos Aires, Daniel Scioli, y el jefe del gobierno porteño, Mauricio Macri, tienen un panorama fiscal complicado y una creciente necesidad de acceder a los dólares que le demandan los pagos de sus obligaciones externas.
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Un rasgo común que llama la atención es que, tanto la Provincia como la Capital Federal, están en un proceso de restricción presupuestaria con una fuerte caída del salario real de los empleados estatales y una doble poda en las inversiones y gastos de capital.
La gran diferencia aparece por el lado de la fuente de sus ingresos. En este terreno, la administración sciolista cuenta con un margen de acción más amplio dado por las transferencias discrecionales de fondos que recibe de la Nación cada vez que está apuros.
Un reciente análisis de la economista de FIEL (Fundación de Investigaciones Económicas Latinoamericanas), Cynthia Moskovits, puso al descubierto las situaciones fiscales y las cancelaciones de deudas que tienen que afrontar Scioli y Macri de ahora hasta las elecciones de octubre de 2015.
En el caso de la Provincia, el informe señala que en lo que va del año “no sólo se sigue observando un ajuste de las erogaciones, sino que durante este período aumenta significativamente el peso de las transferencias de origen nacional. Pasaron de $1.130 millones en el primer cuatrimestre de 2013 $5.640 millones en igual período de este año. Por su parte, tanto los gastos corrientes como los de capital crecieron un 32,6%. En cambio, los pagos salariales aumentaron menos que el promedio (27,9%), mostrando una fuerte caída del salario real de los empleados públicos”.
Por el lado de la Ciudad de Buenos Aires, el trabajo de Moskovits puntualizó que los ingresos en los primeros meses del año crecieron en torno del 44% por ingresos tributarios propios con una suba de los gastos que estuvo alrededor del 40%. El resultado superavitario transitorio se debió básicamente a que los aumentos salariales (37%) se ubicaron por debajo de la variación del gasto total.
Los números referidos a las deudas muestran que el nivel de endeudamiento de Scioli creció de $71.367 millones en 2013 a algo más de $85.000 millones en junio de este año. Ese aumento se concentró, principalmente, en papeles en moneda extranjera y se debe en buena medida a la devaluación de principios de año.
El 54% de la deuda bonaerense corresponde a títulos públicos, el 36,8% tiene como acreedor al Gobierno nacional y fondos fiduciarios públicos, el 7% son préstamos de organismos internacionales y el 2,2% restante se reparte entre convenios bilaterales y bancos. En cuanto a su composición, el 41% de la deuda está en dólares, el 17% en euros y el 42% restante en pesos.
En el caso del Gobierno porteño, la deuda registró en los últimos 12 meses una significativa suba del 72%, al pasar de $9.113 millones a $15.710 millones. La mayor parte de la deuda corresponde a títulos públicos (87,2%), mientras que la contraída con organismos internacionales representa el 12%. Más del 91% del stock de la deuda está en dólares, el 7% en euros y menos del 2% en pesos.
Con respecto a los desembolsos que tienen por delante, el trabajo de la economista de FIEL precisó que el Gobierno de Scioli debe pagar en lo que resta de este año el equivalente a US$ 241 millones. Para el 2015, el cronograma de pagos indica que en el primer semestre la Provincia tendrá que cancelar solo US$ 159 millones. El grueso de los pagos será en el segundo semestre, justo en medio de las elecciones: US$ 1.200 millones.
En tanto, la ciudad administrada por Macri tiene que pagar hasta fin de este año unos US$ 85 millones. Para 2015, los vencimientos ascenderán a casi US$ 600 millones. El 10% de ese total se debe cancelar en la primera mitad del año y el 90% restante entre julio y diciembre.
Con los mercados externos cerrados para la colocación de nuevos títulos, Scioli y Macri deberán buscar otros caminos para obtener los recursos que necesitan para no entrar en default.
Ante esta situación, la analista de FIEL considera que la administración bonaerense “podría paliar parte del problema recurriendo otra vez a la Nación, aunque probablemente aceptando condiciones –sino explícitas, por lo menos implícitas– que serían muy costosas y aumentarían su grado de subordinación”.
Para el Gobierno porteño, la opción en danza sería “recurrir a la adecuación de sus gastos y, eventualmente, a un nuevo aumento de la presión tributaria legal, algo que se presenta muy difícil en los actuales momentos de recesión”.