Mauricio Macri tiene un gran problema que debe resolver para llegar con intenciones al 2015. Frente a la acefalía de dirigentes fuertes en la provincia de Buenos Aires, regresa al modelo de exportar a la vicejefa de gobierno, jugada que supo formar parte de los grandes traspiés del mandatario porteño.
Con el coqueteo y desplante que le hizo Gabriela Michetti, una vez más, el espacio que gobierna Capital Federal refleja la interna que se vive con el envío de alguien desconocida para los habitantes, que eligieron dos mandatos consecutivos a Daniel Scioli. Ante la constante exposición, Macri envió a María Eugenia Vidal a caminar el amplio territorio bonaerense.
Muchos podrían decir que es un premio pero en realidad no es otra cosa que un fuerte castigo por el despliegue mediático de su compañera de fórmula.
Sin una construcción adecuada para pensar en manejar la madre de todas las batallas políticas de Argentina, hoy la provincia de Buenos Aires se convirtió en un dilema para el macrismo, quien utiliza ese territorio como una suerte de escarmiento, en medio de fuertes movimientos internos.
Según se conoció, Vidal emprenderá la recorrida en enero cuando la temporada de vacaciones esté en el punto más fuerte. El destino, obviamente, será la Costa Atlántica. Con ese estrategia definida, resta saber qué hará Jorge Macri, hoy con un acuerdo cerrado junto a Sergio Massa y otros intendentes, como Gustavo Posse, Jesús Cariglino y Mario Meoni, quienes supieron coquetear en las filas amarillas, pero terminaron subiéndose al carro ganador de Tigre.
Según una nota del diario El Día, medio que accedió a información preferencial, el mandatario de Vicente López se sumará a las caminatas por las playas junto a la segunda del Ingeniero, a pesar de la notable desconfianza que existe, sin importar la pertenencia de ambos.
Con ese panorama expuesto, resta saber qué hará Carlos Melconian, otra muestra del fracaso en las negociaciones para las elecciones legislativas. En relación a otros nombres, aparecen dos funcionarios del ex titular de Boca Juniors: Néstor Grindetti y Esteban Bullrich, hoy volcados a que Vidal llegue con respaldo, a pesar de que el panorama expone un futuro tumultuoso, y con el recuerdo de varios desplantes.