Cansados de no recibir una respuesta favorable, de esperar tiempo y no recibir la señal exacta para que se investigue a fondo en el inmueble donde estuvo Luciano Arruga, su familia, encabezada por Vanesa Orieta, decidió instalarse en el ex destacamento de Lomas del Mirador, en el partido de La Matanza.
Pero las horas corren, y a pesar que se hizo de notorio conocimiento la ocupación pacífica de la casa ubicada en la calle José Indart al 106, las respuestas se hacen esperar, algo que desespera a las organizaciones sociales que se congregan a diario en esa zona del conurbano bonaerense.
Cómo publicó Letra P en diferentes jornadas, la iniciativa generó movimientos en algunos estamentos políticos, aunque todavía no pasó nada más que un cruce a través de las redes sociales entre Orieta y representantes de la Secretaría de Derechos Humanos de la Nación.
En definitiva, luego de ese momento, la joven que impulsa la lucha para conocer la verdad, consiguió (gracias a su iniciativa) que la reciban mañana, a las 15, donde llevará “una serie de pruebas”, como se lo confirmó a este medio, para que se trabaje con mayor profundidad en el caso.
“Voy a ir con pruebas, soy una persona muy sincera. Es sustancial que se termine la investigación con el equipo de antropólogos forenses”, afirmó Orieta, quien solicitó, además, saber los tiempos en que se realizará el trabajo. “Queremos saber quiénes serán los encargados y en qué fecha lo harán”.
“La reunión la pedí yo porque estamos denunciando la falta de respuestas a la familia”, dijo.
Otra de las cuestiones que se solicitarán, como se le hizo desde hace tiempo a Fernando Espinoza, a quien lo criticaron de forma lapidaria por comprometerse a esclarecer el hecho y todavía no entregó en comodato el inmueble, es que se avance en la expropiación definitiva del lugar.
“Queremos que el lugar sea de todos, que se utilice como un espacio para la memoria”, finalizó la joven.