Si bien era una medida bajo análisis, la interna abierta en el oficialismo por la movilización terminó por condenar a Aragón quien, distanciado de Mariotto, buscó refugio en Juan Manuel Abal Medina y Alfredo Scoccimarro. La llegada de Sabbatella huele a pase de facturas para el jefe del Gabinete y el vocero presidencial, dos arquitectos de la jaqueada comunicación oficial.
Si alguien resultó sorprendido por el cambio de titular en la Autoridad Federal de Servicios de Comunicación Audiovisual (AFSCA), fue Santiago Aragón cuya presencia como exponente estaba anunciada para ayer, cuando se comunicó el cambio a través del Boletín Oficial, para un foro sobre la Marcha de la Ley de Medios en el salón Azul del Senado que organizaron dos críticas incisivas de esa norma: María Eugenia Esstensoro y Norma Morandini.
Ni la relación de trabajo que forjó pacientemente con Juan Manuel Abal Medina y Alfredo Socimarro bastó para torcer una decisión que venía meditándose hace tiempo pero que resultó acelerada por las marchas y movilizaciones del pasado 13 de septiembre. Más bien, el vínculo desarrollado con el Jefe del Gabinete y el vocero presidencial terminaron por sellar su suerte.
La llegada de Martín Sabatella a ese organismo es la primera señal concreta de una intervención directa de la presidenta Cristina Fernández sobre los responsables de llevar adelante la comunicación oficial, enredados en la misma interna que ahora ocupa a las corrientes reunidas en torno a la consigna “Unidos y organizados”: el Movimiento Evita, La Cámpora y Kolina.
Cono reflejaron las discrepancias públicas entre Abal Medina y Fernando “El Chino” Navarro, es intenso el debate acerca de la orientación general del gobierno nacional, cuando el capítulo de la reforma de la Constitución que alientan algunos exponentes del arco de alianzas oficialista recibió una dura condena de parte de los manifestantes.
Mientras el legislador provincial reclamó “humildad” y “paciencia” para amortiguar los efectos de las concentraciones, el funcionario reiteró sus críticas a los Medios que las cubrieron a los que vinculó, de forma solapada, con la derecha económica.
Aunque nada indica que la tensión con el Grupo Clarín vaya a decaer en intensidad, es muy probable que la gestión del líder de Nuevo Encuentro se aboque a un punto más crítico: enderezar la relación costo beneficio con la prensa amiga. Especialmente la audiovisual, cuya estrategia de ofertas alternativas a la transmisión en vivo que efectuaron TN y Canal 13 quedó desbaratada como lo demuestra el rating. Patrón de medida real que aceptan los bandos en pugna y que involucra al canal público donde Tristán Bauer mantiene una guerra de trincheras con La Cámpora.
El paso por la AFSCA nunca figuró como una alternativa anhelada por Aragón en su derrotero político quien lo aceptó para no romper de forma definitiva los lazos con Juan Gabriel Mariotto, al cabo su mentor en la política. Tampoco ocultó la incomodidad de tener que someter cada acto administrativo al filtro de Ignacio Saavedra, segundo en el orden jerárquico y hombre de La Cámpora.
Según su entorno, Aragón supo de la novedad presumiblemente en simultáneo con el vicegobernador, quien lo presentó formalmente con Cristina en la residencia de Olivos días antes de su designación, oficializada el pasado 1º de marzo.
Tampoco ocultó el disgusto que le produjo, horas después, la primera orden directa que recibió de la Presidenta: dirigirse al Congreso para renunciar a su banca como diputado nacional que pasó a ocupar María Eugenia Zamarreño, quien ocupaba la dirección Nacional de Asuntos Políticos a instancias de su jefe y ministro del Interior, Florencio Randazzo.
Puede que Aragón haya especulado con un gesto del oficialismo en momentos en que la relación con Mariotto es más que fría. También que el fantasma de la gestión desprolija de su ex jefe y antecesor terminase por cubrirlo sin más pese a que resistió la caída de cada funcionario ligado al vicegobernador con más disimulo que estoicismo. Con las felicitaciones telefónicas a Sabbatella, Mariotto saludó también su salida de la AFSCA que no será el único capítulo del enfrentamiento que mantienen y que se reeditará el primer cuatrimestre del año próximo cuando se renueven autoridades en la Facultad de Ciencias Sociales de la Universidad de Lomas donde Aragón tiene mandato.
Aunque el diálogo con un viejo subordinado a la lógica de enfrentamiento a Daniel Scioli como fue hasta hace unos meses el legislador de Nuevo Encuentro, encierra un mensaje más: la esperanza de restablecer contacto con el núcleo duro del oficialismo desde donde, por ahora, se demora la respuesta.
Pero a decir verdad, el ascenso de Sabbatella en la jerarquía política K –donde abandona la condición de aliado para convertirse en parte activa de su núcleo de decisiones– también habría tomado de improviso al que se descuenta será el jefe de la AFSCA luego de atravesar el período de impugnaciones.
Como aceptaron voceros informales que dialogaron con el diario La Nación, el legislador “no conoce en detalles la Ley de Medios” y aspiraría a interiorizarse de ella “con el correr de los días”. La voluntad, se sabe, es uno de las condiciones para obtener el plácet del kirchnerismo.
(*) Periodista