Dirigentes: entre el miedo, la demagogia y la resignación

Por Matías Moscoso.

Lamentable lo que le pasó a Giovanni Moreno. Pero más lamentable aún lo que dijeron públicamente los hombres más importantes de Racing, nada menos que el presidente Gastón Cogorno y su vice y ex mandatario, Rodolfo Molina. Quien ganara las elecciones un día antes que su par Javier Cantero en Independiente brindó una tibia conferencia de prensa en la que se puso el cassette, no aportó nada y repitió lo que todos repiten. Por su parte, Molina tiró la pelota afuera: “¿qué más podemos hacer? Este tema nos excede”. El intendente de Avellaneda, Jorge Ferraresi, le dijo a LetraP que “a Cantero lo han dejado sólo. Está aislado en esto”. Triste.

 

Un barra le pidió al 10 colombiano que “deje de robar”, le dijo que “le iba a arruinar la carrera” y lo amenazó con un arma de fuego. Todo esto a metros del Cilindro. Hoy, esa misma persona seguramente fue testigo, desde el living de su casa, de una conferencia de prensa de Cogorno totalmente vacía de contenido, liviana, que realmente pasó desapercibida y dejó mucho que desear.

 

En el marco de la revolución que causó el presidente de Independiente luego de que un grupo de 30 barras bravas lo increpen cobardemente en su propio despacho, hace tan sólo un par de semanas, hoy el mundo del fútbol es nuevamente testigo de la inoperancia dirigencial, a la que el mandatario rojo también está intentando combatir, o al menos lograr que abran los ojos. Queda claro que por momentos este objetivo es casi utópico.

 

Los dirigentes

 

Las frases del presidente de Racing realmente no dejan nada de tela para cortar. Son las mismas palabras que cualquier dirigente del fútbol argentino expresa, dejando la triste sensación de que se esquiva el tema, o por lo menos, no se profundiza con compromiso, decisión y verdadera determinación. “Nos estamos ocupando sobremanera yo y toda la gente que colabora conmigo para ir a fondo”; “creemos que ninguna persona tiene que pasar por esto”; “esto no puede volver a suceder, no va a quedar así, estamos convencidos que tenemos las herramientas para solucionar el tema”; “el Club no se merece pasar por una situación así”, y demás…

 

En realidad, las comparaciones son odiosas, pero en este caso valen. Javier Cantero, antes de salir a hablar en conferencia de prensa, puso sobre la mesa lo que realmente todos deberían poner e hizo lo que –es cierto- es muy difícil de hacer: no más entradas, no más platas para viajes, ni banderas, ni alojamiento adentro de las instalaciones del Club, ni ningún tipo de beneficios. En definitiva, dejó de transar con los violentos y les pegó donde les duele, con valentía, seriedad, y sí, obviamente, con miedo. Pero lo hizo.

 

Cogorno en ningún pasaje de su oratoria mencionó el término “barras bravas”. Tal vez este dato pasó desapercibido. Y más grave fueron las declaraciones de Molina a Olé: “en esto se tiene que meter la gente de seguridad, es un tema que nos excede. Acompañamos la lucha contra las barras, que tiene que surgir de la política y la gente de seguridad”, dijo, y se desligó de Independiente, ya que “es distinto. Ahí (en Independiente) estaban metidos en el club, acá no. Yo valoro mucho lo que hace Cantero y queremos acompañar en este momento. Pero repito, ¿qué más podemos hacer que apoyar al jugador? Todavía no se determinó quiénes fueron los barras que lo pararon, hay rumores”.

 

“Cantero está aislado”

 

El mismo día del apriete a Moreno, pero antes de que se hiciera pública la noticia, el intendente de Avellaneda –Jorge Ferraresi- había hablado con LetraP sobre el tema barras bravas y Javier Cantero. “Nos parece bárbaro lo que está haciendo Cantero y su iniciativa. Nos hemos reunido por él, pero realmente lo que nos preocupa es lo que dicen los dirigentes del resto de los clubes, que el problema no existe. La verdad que esta es una batalla cultural en la que al presidente de Independiente lo han dejado solo, está aislado”, reflexionó casi con resignación y como lamentable antesala de las palabras expresadas por Cogorno, al día siguiente.

 

“La verdad que si uno no reconoce el problema es muy poco probable que lo pueda atacar”, concluyó el jefe comunal, quien además dejó en claro que “es un tema que también tiene que ver con la Justicia y con la Policía. La Justicia podría actuar tranquilamente de oficio sin tener la necesidad de que ningún dirigente tenga que actuar, porque los que vamos a la cancha sabemos muy bien cómo es la situación”.

 

Hoy, corroborar que sólo mediáticamente los responsables de los demás clubes apoyan al presidente de Independiente en esta lucha que decidió llevar a cabo contra uno de los males del fútbol argentino –tal vez el mayor-, genera tristeza y desilusión.

 

¿Hasta cuándo?

 

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