El problema comenzó a mediados del año pasado, al formarse una Comisión de docentes para obtener mejores condiciones laborales y aumentos de salarios. No todos los profesores participaban de la misma debido al temor a recibir represalias por parte de la UBA.
En consecuencia, el pasado 14 de febrero, alumnos del profesor Agustín Lizzi, un monotributista que trabajó dos años en la organización, se comunicaron con él para contarle que no se encontraba entre la lista de posibles docentes que dictaban clases. Al día siguiente, el educador se dirigió a la institución para averiguar su situación a lo que la Coordinadora del Programa para Adultos Mayores de 50 Años, de quien depende, le informó la decisión de no renovar su contrato debido a una reestructuración.
Por otra parte, ante las preguntas de los alumnos, los directivos argumentaron el despido del profesor diciendo que “Lizzi participaba de actos violentos”.