Sociedad

Mundial 78: La copa que aún miramos de reojo

Por Matías Moscoso

En las últimas semanas, varios portales de Internet de distintos países del mundo se hicieron eco de una noticia que, a simple vista, llamó la atención: la FIFA investigaría de una vez por todas los sucesos extrafutbolísticos del Mundial 78 que habrían hecho que la Argentina gane la copa, y si se llegara a comprobar una mano negra, el título se anularía. Sorpresa, delirio, chiste, una mezcla de sensaciones que, sumado al silencio oficial, deja abierta la pregunta ¿es posible que Argentina se quede sin su primer Mundial?

 

Tanto se ha escrito y hablado de lo que pasó en nuestro país mientras se disputaba la Copa del Mundo en el año 1978, que ya nada nuevo puede decirse al respecto. Pero bien, una noticia de este calibre realmente llama la atención, por más que en definitiva no se llegue a nada, o sea simplemente una de las tantas veces que se amagó con investigar los presuntos sucesos oscuros que rozaron de cerca al fútbol en aquellos días. En realidad, sí sirve como disparador, para cerrar los ojos y volver el tiempo atrás exactamente 34 años.

 

Hace pocos días reapareció mediáticamente el ex dictador Jorge Rafael Videla, haciendo declaraciones poco felices en una revista española, a la cual brindó una entrevista exclusiva. No llama la atención que no se arrepienta de nada y es más, justifique el accionar de la más sangrienta dictadura militar de la historia argentina. Repudiable. Por eso, esta aparición también reaviva lo acontecido en la década del setenta. Y la relación de la política con el deporte –y más con el fútbol- es un mundo tan complejo que deja muchísima tela para cortar.

 

Ahora bien, mencionando la noticia en sí, sorprende que el máximo organismo de fútbol del planeta centre su mirada en el Mundial 78 recién ahora. ¿Por qué? ¿Qué se esconde detrás de estas promesas de justicia? O bueno, tal vez sea una bomba que nunca explote y tenga la intención de generar revuelo en el ambiente. Bien, vale igual. Sirve para reflotar qué pasó en aquel tiempo, porque cada vez que se rememora el pasado, se aprende.

 

Los que no vivimos la dictadura -y por ende tampoco aquel campeonato- leemos libros, artículos, notas, entrevistas, escuchamos programas y declaraciones por radio y vemos por televisión una extensa serie de programas, películas, especiales y documentales dedicados a ilustrar los goles de Kempes, en los que también algunos de ellos intentan tímidamente desenmascarar la verdadera historia del Mundial; esa que es pura sospecha generalizada y que pocos se han atrevido a denunciar, presos de un comprensible temor. En este sentido, una noticia que supuestamente proviene de la FIFA, mínimamente hace parar la oreja.

 

Fuimos campeones

 

En el año 2008, el periodista argentino Ricardo Gotta editó su libro Fuimos campeones. Se trata de una investigación personal que se centra en lo acontecido en 1978, no sólo adentro de la cancha, sino también en los alrededores, desnudando esa estrecha relación entre la política y el fútbol, que a lo largo de la historia de este deporte ha sido protagonista en muchos capítulos oscuros.

 

Gotta hizo un especial hincapié en la noche del 6 a 0 a Perú, en la ciudad de Rosario. La historia es conocida por todos, no hay mucho por agregar. La Selección de Menotti debía ganar por más de 4 goles para clasificar a la final. Y bueno, clasificó.

 

“Que el equipo llegara a la final del Mundial, e incluso la ganara, era un hecho estratégico, clave, para los militares. Y en realidad, especialmente para algunos de ellos, como por ejemplo Massera y Lacoste. Les servía notoriamente para su proyecto político, y por eso se aseguraron que la Argentina fuera finalista”, reflexiona Gotta, en diálogo con Letra P, con respecto a aquel pase al partido decisivo.

 

Las sospechas han sido vox pópuli inmediatamente finalizado aquel encuentro contra los holandeses en la cancha de River, que significó la primera Copa del Mundo para la Selección Nacional. Mucho se ha escrito y se ha dicho con respecto a los presuntos acontecimientos extradeportivos que empañaron el desempeño futbolístico del Pato Fillol, Passarella, Gallego, Luque y Kempes, entre otros. Pero nunca se comprobó nada de lo denunciado tímidamente por algún que otro protagonista.

 

“Investigando los hechos, descubrí que a los pocos días de concluido el Mundial, quien era Ministro de Guerra del Perú -Gral. de División Pedro Richter Prada- fue distinguido con la Orden del Libertador General San Martín en el grado de Gran Cruz por el mismísimo Videla. Esto sucedió, obviamente, también a pocos días del polémico 6 a 0”, cuenta Gotta, que en su libro pudo reunir una serie muy extensa de archivos documentales y declaraciones de los principales actores –sobre todo peruanos, como por ejemplo Ramón Quiroga, Juan Carlos Oblitas, Rodolfo Manzo y Héctor Chumpitaz-.

 

“Para la dictadura militar del setenta, el Mundial fue primordial desde que surgió la idea de organizarlo. Fundamentalmente la Marina fue la que tuvo más en claro lo que significaba el deporte y la realización del Mundial para el país, por el momento que estaba atravesando, de hecho Carlos Alberto Lacoste empezó a trabajar en la organización del torneo mucho antes de 1976. Después se transformó en el ejecutor de lo que decidía y ordenaba Emilio Massera, que era el ideólogo”, explica el autor de Fuimos campeones, desmembrando el armado del aquel campeonato.

 

Fútbol y política

 

A lo largo de la historia, muchos episodios han expuesto una relación que se genera en los escritorios y tiene como protagonistas a los políticos de turno más poderosos y a los dirigentes intocables de clubes y asociaciones. Juegos Olímpicos, Mundiales y partidos decisivos han sido puestos en tela de juicio por resultados sorpresivos y/o por actitudes sospechosas de los protagonistas, envueltos en amenazas y acusaciones cruzadas que dejaban a la pelota en segundo plano. El 6 a 0 a Perú en Rosario ingresa en la lista de sospechas.

 

“El deporte, especialmente el fútbol, es un hecho eminentemente popular y es utilizado para darle mayor visibilidad a hechos políticos. No me parece mal, siempre y cuando sean gobiernos democráticos y además, no sea utilizado, como en el 78, para ocultar aberraciones, chupaderos, torturas, desaparecidos, e incluso el proyecto socio económico de la dictadura”, explica Gotta.

 

Ahora bien, inevitablemente el periodista también se hizo eco de la noticia que circuló por Internet, pero calma las aguas, y sonriendo –casi sarcásticamente- deja en claro que “en cuanto a la posibilidad de que le quiten la Copa del Mundo a la Argentina, de ningún modo me parece viable. Y en realidad, por varios motivos, principalmente porque la FIFA tiene muchos episodios oscuros o sospechosos en la historia de los mundiales y jamás investigó seriamente ninguno de ellos”.

 

El disparador fue que la FIFA investigaría y le quitaría la Copa del Mundo del 78 a la AFA. Y a decir verdad, en realidad, desde el vamos, no había que ser muy vivo como para darse cuenta que ese anuncio no iba a llegar muy lejos. Pero eso sí, siempre es bueno refrescar la memoria, porque sucesos como los nombrados han ocurrido desde siempre, y tal vez, seguirán ocurriendo. Nadie asegura nada.

 

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