Para Rodolfo D'Onofrio, River es un recuerdo. Parte de un pasado emotivo que lo consagró y lo posicionó, pero al que probablemente nunca vuelva. A un año y medio de haber terminado su mandato, el expresidente millonario mantiene una distancia meditada del club, en simultáneo a un entusiasmo creciente para dar el salto a la arena política con el que tantas veces amagó. Después de años de zigzagueos y de ofrecimientos en diversos –y hasta antagónicos– espacios partidarios, D'Onofrio ya no oculta su simpatía y apoyo por la presidenciable Patricia Bullrich, del ala halcón de Juntos por el Cambio (JxC).
“Más de lo que dicen o prometen, lo que yo quiero es saber qué proyectos de país tienen”, le dijo D’Onofrio a Letra P en relación con las candidaturas que se suben y se bajan del menú electoral. “Patricia es la más clara en ese sentido: un país con equilibrio fiscal, seguridad, orden. Horacio Rodríguez Larreta dice algo, pero falta que precise un poco más cuál es su proyecto; y Javier Milei no lo dice tan claramente”, puntualizó.
Desde que llegó al sillón millonario en 2013, el camino político de D’Onofrio estuvo lejos de ser lineal. Ahora está desencantado y desilusionado con Alberto Fernández, a quien le ofreció su apoyo desde el primer día. Antes, el dirigente había simpatizado con el gobierno de Cristina Fernández de Kirchner y con su decisión de crear Fútbol Para Todos, además de participar en varios actos con Abuelas de Plaza de Mayo.
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Como si haber dejado la presidencia de River le hubiera quitado ciertos filtros, en 2022 D’Onofrio empezó a exhibir los puentes tendidos con las diferentes líneas de JxC, algo que durante sus ocho años de gestión en el Monumental se había encargado de solapar. De hecho, algunos sectores de ese espacio todavía recuerdan la furia que despertó cuando abrió el estadio para la gente en situación de calle y para realizar allí la noche contra el frío junto a Juan Carr, de la Red Solidaria.
“La Argentina necesita un cambio importante, un cambio profundo. No es cuestión de echar culpas. Hace muchos años que el país viene mal, entonces no es responsabilidad de uno, sino de muchos gobiernos. Todos somos responsables. Lo que necesitamos es cambiar eso”, afirma ahora D’Onofrio.
En agosto del año pasado, en una entrevista en el programa Animales Sueltos, D'Onofrio adelantó que iba a “meterse” en política. “Esta vez estoy decidido a ayudar a cambiar la realidad que estamos viviendo”, soltó. Dos meses después, publicó una foto con Mauricio Macri que le valió críticas, no sólo del kirchnerismo, sino de hinchas de River.
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Los dos –Macri y D’Onofrio– postearon en sus redes un texto casi idéntico y evidentemente consensuado: “Conversamos sobre nuestra pasión por el fútbol y las experiencias que atravesamos al frente de River y Boca. También intercambiamos miradas sobre el futuro de la Argentina”. El futuro, ahora, los tiene cerca, aunque con Macri viendo la carrera electoral desde un costado y jugando cada vez más fuerte en un terreno del que D’Onofrio se aleja: el fútbol.
Desde lejos no se ve
D’Onofrio sólo se asoma a River para algunos eventos específicos, como sucedió cuando lo invitaron a visitar las obras en el Monumental o en la inauguración reciente de la mega estatua en homenaje a Marcelo Gallardo. “Está retirado del club”, define un dirigente. “Trato de estorbar lo menos posible”, acepta D’Onofrio, en alusión a la incidencia nula que tiene en las decisiones que a diario firma Jorge Pablo Brito, a quien en 2021 –o antes– eligió como su sucesor.
Eso explica, también, el acercamiento de River a la Asociación del Fútbol Argentino (AFA) que conduce Claudio Tapia. D’Onofrio nunca aceptó al Chiqui, pese a ser uno de los vicepresidentes de la institución desde octubre de 2021 cuando arrancó el nuevo ciclo hasta 2025, y lo criticó públicamente más de una vez. Hasta declaró que le gustaría ocupar el sillón de Viamonte 1366.
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Con la Copa del Mundo de Qatar todavía en la retina y con un Tapia empoderado como nunca desde que asumió en la AFA, Brito modificó la postura que durante años tuvo River con el Chiqui, uno de los pocos clubes que no lo votaron. La invitación para que visitara el Monumental ampliado y reformado, el ofrecimiento para que fuera sede en el Mundial Sub 20 y algunos otros gestos menos públicos trazaron otra relación. Con D’Onofrio afuera y Tapia en estado de gracia, la ecuación para Brito era fácil.
Círculos de poder
La aparición de D’Onofrio en eventos millonarios podría leerse como parte de una faceta social que despliega también dentro del estrecho Círculo Rojo, y que se traduce en fotos en, por ejemplo, el almuerzo de la Vendimia Solidaria 2023, organizada por el empresario Daniel Vila; o la presentación del Canal E, del Grupo Perfil, en la Bolsa de Valores; encuentros donde asiste junto a su pareja actual, Zulemita Menem.
Más allá de las publicitarias intenciones políticas que evalúa, la invitación se cursa, sobre todo, por sus dos exitosos mandatos en River. La presidencia del club fue, además, la que le permitió afianzar un sistema de relaciones que abarcó todos los espectros políticos, pero que estaba –y está– referenciado en el alto empresariado nacional: un establishment siempre vinculado a la banda roja.
En sus ocho años en el club de Núñez, D’Onofrio aceitó vínculos con personas que este año pueden ser centrales dentro del armado de Juntos por el Cambio. Con el candidato a gobernador bonaerense Diego Santilli merodeó en años anteriores; y con Rogelio Frigerio, lanzado para disputar la gobernación en Entre Ríos y heredero del Movimiento de Integración y Desarrollo (MID), lo une esa sigla. En sus años como presidente de River, cuando esquivaba todo tipo de posición política en un contexto de grieta y polarización, D’Onofrio siempre se definía en privado como “desarrollista de Frondizi”. De hecho, en 2021, fue invitado por Frigerio a una videoconferencia para hablar de “grieta política en el país, la discusión entre igualdad y mérito y las elecciones”.
Ahora no quiere hablar de cargos ni de listas, sino de tiempos: “Voy a esperar para dar una mano si me lo piden”. D'Onofrio ya eligió de qué lado está en la interna de JxC. Y en su horizonte, River solo funciona como un pasado abrepuertas.