De las cinco bancas que renueva Entre Ríos en las legislativas de 2025 dos corresponden al Partido Justicialista (PJ) y una de ellas, en la titularidad de Tomás Ledesma, a La Cámpora. Aunque la pelea para ocupar lugares será dura, la apuesta del sector apunta al desarrollo territorial, a la estructura y a cómo se den los acuerdos nacionales.
En La Cámpora en Entre Ríos plantean que hoy hay mejores condiciones que en 2021 o, incluso, 2023. Es decir, que pueden pelear por ocupar lugares en las listas, que es en definitiva donde se mide objetivamente la dirigencia. El planteo es que el kirchnerismo, que incluye a La Cámpora aunque sin diluirla, hoy está más armado en términos de estructura. Hay legisladores de la agrupación que presiden o integran unidades básicas y forman parte del PJ.
Territorialidad y renovación generacional
El espacio alude a un desarrollo territorial, que se da con particularidades distintas según la ciudad. Y, dentro de cada ciudad, con un relativa inserción barrial. Donde, por ejemplo, en la capital de la provincia, tiene un concejal y un subsecretario en el gobierno de la intendenta Rosario Romero y, también, trabajo en los barrios. Eso pesa, especulan en la organización.
Por otro lado, el “trasvasamiento generacional”, tan mentado dentro del peronismo, es otra carta. Los jóvenes que emergieron con Néstor Kirchner y luego tomaron como jefa a Cristina Fernández de Kirchner hoy rondan los 40 años. Es su momento, se considera puertas adentro.
Cristina Fernández de Kirchner como clave electoral
Aunque nada indica que la expresidenta sea candidata en el próximo proceso electoral, su peso relativo sigue siendo indiscutido dentro del peronismo. Porque no termina de erigirse determinantemente otro actor y porque, en parte, el presidente Javier Milei la toma como enemiga para confrontar.
Entonces, en este escenario donde Fernández de Kirchner no llega a constituir una mayoría, sí tiene, en tanto, una minoría no despreciable que rondaría un número en la provincia algo por arriba del 20% de aprobación. Ese piso, “que nadie tiene excepto Milei”, según el argumento de La Cámpora, puede ayudarlos en la expectativa de ocupar una banca. Aunque propios y ajenos reconocen que a esta altura de la historia es difícil aventurar algo con certezas absolutas.
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El diputado nacional Tomás Ledesma junto a la diputada provincial Stefanía Cora, ambos de La Cámpora.
El reposteo de Cristina Fernández de Kirchner
El voto del senador Edgardo Kueider en favor de la ley ómnibus, desoyendo un pedido del mismo PJ de la provincia, revivió una vieja pelea dentro del peronismo local. El reposteo de la expresidenta en X de un cuestionamiento al entrerriano y al correntino Carlos Camau Espinola agregó leña al fuego.
En 2019, cuando Kueider llegó a la cámara alta, la número dos en la lista fue la camporista Stefanía Cora. Si hubiese llegado al Congreso, se especula ahora, el final hubiera sido otro. La historia sirve, entiende el sector, no para llorar sobre la leche derramada si no para pensar en la representatividad y lealtad de los candidatos respecto del supuesto mandato del voto popular.
Hablar con todos y rosca subterránea
Una tarea a la que se dio la dirigencia camporista es la de romper con la idea que habla de una cerrazón tanto ideológica como de falta de diálogo del espacio. Algo que puede observarse en la jefatura nacional de Máximo Kirchner, adquiere en la dirigencia y en el trabajo territorial, al menos en la provincia, formas mucho más pragmáticas.
“Hablan con todos”, dice a Letra P alguien que conoce el grupo y lo frecuenta. En este hablar con todos juega, como otros actores del peronismo, la rosca tradicional. Así, el camporismo fue parte de las conversaciones para el armado de listas de las últimas rondas electorales. También trajinaron teléfonos para que el PJ provincial y el de Paraná lleguen a una lista de unidad en las elecciones partidarias y así se evite una guerra intestina de consecuencias impredecibles. Tensionan pero no rompen.
También se da una dinámica de ser parte de la institucionalidad de los gobiernos locales con jefes de otras tribus peronistas, ya sea con concejales y concejalas o con parte del funcionariado. Además, en la relación con otros sectores. Un ejemplo de ello es una charla reciente donde Ledesma expuso sobre la Ley Bases junto al rector de la Universidad Nacional de Entre Ríos (UNER) Andrés Sabella, peronista pero de otro palo. O este viernes, donde el mismo diputado va a estar con la intendenta de Victoria, Isa Castagnino, que tributa para la exvicegobernadora Laura Stratta, en un encuentro para disertar sobre el futuro del país luego de la primera ley que por estas horas conseguiría el gobierno libertario.