Un informe del JP Morgan volvió a agitar las aguas de los mercados. Esto se suma al alerta por el déficit de cuenta corriente, que alcanzó u$s 5.191 millones en el primer trimestre del año. Se trata del mayor rojo trimestral desde 2018 y quintuplica el límite previsto por el FMI. Toto Caputo y sus picantes dan explicaciones.
En paralelo, el propio Caputo anunció en su cuenta de X que la semana pasada el Ministerio de Economía a través del Tesoro compró u$s 200 millones que de manera indirecta reforzarán las reservas, un dato que el mercado estaba esperando y con lo que el equipo económico busca para calmar los ánimos de los inversores.
El Banco Central, en tanto, debió intervenir en el mercado de futuros en mayo por más de u$s 1.500 millones y sólo sumó reservas con endeudamiento. En este escenario, el banco de inversión estadounidense recomendó desarmar posiciones en pesos -en particular, bonos LECAP- al menos hasta que pasen las elecciones de octubre, debido al creciente “ruido electoral” y las señales de agotamiento del ingreso de divisas.
A pesar del tono mesurado, el contenido del informe titulado "Taking a breather" (Tomarse un respiro), encendió una luz de alerta sobre la sostenibilidad externa del programa económico. Por este motivo, Caputo y sus picantes respondieron rápido a través de las redes sociales, y en medios radiales, pero los números duros de la balanza de pagos y el drenaje de reservas del Banco Central refuerzan las preocupaciones.
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El Banco Central hizo este jueves a venta de dólares más importante de los últimos cinco años.
En el informe el JP Morgan destacó como elementos positivos la caída de la inflación —menor al 2% mensual— y el superávit fiscal acumulado. Pero alertó sobre un frente externo frágil: el ciclo de liquidación de la cosecha gruesa ya habría tocado su techo, mientras que el turismo y la formación de activos externos siguen drenando dólares. En ese contexto, el banco sugirió cautela a los inversores en pesos, un mensaje que el Gobierno no dejó pasar.
Reacción de Los Picantes de Toto Caputo
Con la certeza de que no hay margen para más cuestionamientos, el director del Banco Central y asesor del Ministerio de Economía, Federico Furiase, fue el primero en reaccionar ante el revuelo: “La recomendación de JP Morgan es táctica y no pone en duda los fundamentos del programa macro”, planteó y recordó que “las tasas reales son positivas, el tipo de cambio está competitivo y se mantiene el ancla fiscal”.
Según explicó, la recomendación del banco de inversión de desarmar posiciones en pesos responde más al contexto político que a una crítica estructural al programa económico. “El informe de JPMorgan lo que dice es que en el corto plazo prefiere dar un paso atrás con la inversión en bonos argentinos y esperar, sobre todo por el tema del ruido electoral”, señaló Furiase.
“La inflación núcleo viene bajando, hay superávit fiscal, se está recuperando el crédito y el riesgo país también bajó mucho. Eso muestra que hay un cambio de régimen", explicó.
Furiase defendió, además, la política cambiaria actual y justificó la moderación del Banco Central en la acumulación de reservas: “Se busca fortalecer el peso endógenamente, no con anclas artificiales. Por eso no se acumulan reservas de forma agresiva, sino que se interviene solo si hace falta, dentro del esquema de flotación”.
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Javier Milei, Toto Caputo y Los Picantes del equipo económico libertario.
Ya el viceministro de Economía, José Luis Daza, explicó en el Instituto de Finanzas Internacionales que el rojo externo es parte de un proceso de normalización productiva: “Un déficit de cuenta corriente de 12% del PBI en un país que crece al 6% es absolutamente esperable y razonable. Estamos en una economía descapitalizada que necesita importar para crecer”.
Por su parte, el secretario de Finanzas, Pablo Quirno, reforzó esa mirada en X: “El déficit de cuenta corriente es entendible desde un aumento de importaciones de bienes de capital y consistente con la inversión necesaria para una economía que está creciendo arriba del 5%”.
Análisis de los mercados
El economista Gabriel Caamaño, de EcoLedesma, dijo a Letra P que la advertencia del JP Morgan no es casual: “El déficit de cuenta corriente del primer trimestre se dio bajo un régimen cambiario que ya no existe. Fue un esquema agotado que terminó con pérdida de reservas y un repo de u$s 1.000 millones en enero”.
Según su visión, el nuevo régimen que comenzó en abril muestra una mejora leve en el segundo trimestre, aunque más por contracción de importaciones y caída de actividad que por una corrección del tipo de cambio. “No hay todavía una mejora de precios relativa. Es ajuste por cantidades”, señaló.
La lectura del mercado es de vigilancia más que de pánico. “Actualmente los activos están flat, ni suben ni bajan fuerte”, explicó el analista financiero Christian Buteler, ante la consulta de este medio. “Que JP Morgan recomiende salir de pesos y que haya déficit en la balanza de pagos no es positivo, pero el mercado no reaccionó de forma abrupta. Esto puede acumularse con el tiempo”, sostuvo.
Las cifras que preocupan
Según el informe de Max Capital de este lunes, el balance cambiario de mayo —ya bajo el nuevo esquema sin blend ni cepo al dólar para personas físicas— arrojó un déficit de cuenta corriente de u$s 149 millones, producto de un superávit comercial de u$s 1.811 millones, un déficit de servicios de u$s 939 millones (empujado por el turismo) y pagos netos de intereses por u$s 1.000 millones.
La cuenta financiera mostró, además, un rojo de u$s 2.054 millones, con una fuerte salida del sector privado no financiero (u$s 1.433 millones) y una formación de activos externos de u$s 3.480 millones, producto en parte de maniobras de arbitraje: compra oficial y venta en CCL.
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La estrategia de Toto Caputo y Santiago Bausili frente al dólar.
Las reservas netas del BCRA cayeron u$s 2.009 millones en mayo y si bien no se intervino en el mercado paralelo, sí hubo una venta de futuros por u$s 1.537 millones.
A pesar de los ingresos extraordinarios —como la colocación de bonos en pesos para extranjeros, un repo de u$s 2.000 millones con bancos y compras puntuales por parte del Tesoro—, la foto sigue siendo ajustada. Las reservas brutas al 30 de junio son de u$s 41.453 millones, pero las netas estarían cerca de u$s -7.000 millones, según cálculos privados.
El semestre que viene: más exigencias
En los próximos meses, el Gobierno deberá enfrentar vencimientos en moneda extranjera, tensiones estacionales por vacaciones y aguinaldos, y la necesidad de renovar confianza en el mercado.
Como señaló el informe de Max Capital, “será necesario obtener financiamiento adicional para evitar una depreciación cambiaria que cierre la brecha externa”.
La posibilidad de conseguirlo dependerá de que se mantenga el superávit fiscal, que se sostenga la calma política y que el Banco Central logre evitar nuevas fugas sin sacrificar más reservas.
Por ahora, el mercado toma nota sin dramatizar, pero la advertencia de JP Morgan pone en evidencia una verdad incómoda: sin dólares, cualquier estrategia económica se vuelve inestable.