"Yo quiero verla como Ricardo Arriazu", dijo una ejecutiva de finanzas en un coffee break. "El 50% acá cree que devaluando se terminan todos los problemas", diferenció un economista ante una platea de personas de negocios en el Congreso Anual del Instituto Argentino de Ejecutivos de Finanzas (IAEF), en el que Javier Milei volvió a hacer un stand up económico.
Devaluar o no devaluar es casi la única grieta que sobrevoló en un evento que reunió a quienes representan a financieras y consultoras, del grupo de los "chantas" que el Presidente burla por sus cuestionamientos al atraso cambiario y la apertura del cepo cambiario.
La jornada en el Centro de Convenciones de Buenos Aires arrancó con el vicepresidente del Banco Central, Vladimir Werning, que defendió la gestión; pasó por la economista de Eco Go, Marina Dal Poggetto; que planteó una serie de "inconsistencias" en el programa de La Libertad Avanza. Siguió con un panel de empresarios de distintos rubros y cerró con el ministro de Economía, Toto Caputo, y el mismo presidente.
Grises en el debate por el tipo de cambio
La dicotomía se trasladó a los pasillos, en los que quienes están en los negocios le daban crédito político al gobierno libertario, aunque con grises en el debate por el tipo de cambio. "Es difícil no hablar de atraso cuando uno todavía está en una situación de cepo y no está del todo claro dónde está la verdadera brecha", planteó el integrante de una sociedad de Bolsa consultado por Letra P.
"Devaluar es una solución parcial que te termina quedando corta en poco tiempo", planteó. La primera señal de cómo funcionarán los mercados sin cepo será en junio, cuando, como quedó escrito en el staff report del Fondo Monetario Internacional (FMI), se terminaría el blend mediante el cual el complejo agroexportador liquida divisas un 80% al oficial y 20% al contado con liquidación.
Entre quienes se dedican a las finanzas, a diferencia del escenario con el gobierno anterior, le quitan peso. "Es poca la presión que puede tener el organismo actualmente", decía otro estratega. Al dólar sin cepo ya le pusieron precio: la licitación de Bopreal para el giro de utilidades se hizo a un tipo de cambio implícito de $1.350. Ese es el techo en el que coinciden las personas consultadas por este medio. El piso, $1.080.
El "quilombito" de la UIA
El acompañamiento a la hoja de ruta mileísta es total entre el empresariado, sin importar el rubro. La gran mayoría coincide en que las reformas estructurales que inician con la ley ómnibus XS van en el sentido correcto y es, incluso, una exigencia. “No puede ser todo inflación, en algún momento van a tener que dar un marco de constitucionalidad que hoy no tienen”, planteó un dirigente industrial a Letra P.
Es una lógica que va tanto para quienes están en el rubro del mercado interno como para quienes se dedican a la exportación. La recesión que afecta sobre todo a quienes producen para el consumo, no genera grietas horizontales entre colegas que se saludaban en el evento. El ruido es hacia adentro de las cámaras. “Qué quilombito tiene la UIA ”, le dijo un referente empresarial a otro durante el almuerzo en relación a la terremoto en la Unión Industrial Argentina.
La foto de este momento del Círculo Rojo estuvo armada en el escenario. Los presidente de Cabrales, Martín Cabrales, y de Celulosa Argentina, José Urtubey, compartieron panel sobre el mercado interno con Gonzalo Tanoira, titular de San Miguel Gobain, la mayor exportadora de limones del país: vende el 95% de su producción al interior.
Cabrales planteó que no habrá inversiones "hasta que no se hagan las reformas". El salteño retrucó que la recuperación "no puede ser solo sobre algunos sectores como hidrocarburos, minería. Hay que cuidar las cadenas productivas del interior". Tanoira, en cambio, aseguró que "es importante que el gobierno prepare la cancha", pero señaló que el empresariado tiene "que proponer estar en contacto con la fabricación de los productos". "Las firmas del mercado interno van a tener que competir".
Auditorio lleno para Javier Milei y Toto Caputo
El auditorio se llenó para escuchar al titular de la cartera económica. Caputo le dio la "bienvenida" al disenso sobre el cepo y el tipo de cambio. "No suscribo ni medio párrafo a eso. Coincido 100% con el Presidente. Primero, no tenemos una meta de tipo de cambio real. Segundo, es absurdo. Son absurdas las comparaciones. ¿Cuál es el tipo de cambio? ¿Cuál es la referencia? Algunos comparan con el tipo de cambio de Alberto Fernández, del último gobierno. O sea, el precio de una variable como el tipo de cambio refleja la situación actual y las expectativas futuras”, sostuvo.
Milei tardó en aparecer en el escenario. Bajaron las luces y pasaron al menos cinco minutos de silencio. En una hora de discurso, el mandatario agitó la espuma en el conflicto diplomático con España y volvió a hacer un stand up económico. Bajó del escenario casi saltando. Saludó con un abrazo al titular de IAEF, Diego Carzola, a quien le había prometido volver al congreso anual de los ejecutivos de finanzas si ganaba las elecciones. El tumulto de hombres y mujeres de los negocios fue instantáneo y caótico.
Un hombre de traje gris se abalanzó torpe sobre Milei y en el camino pisó un televisor que estaba en el suelo del escenario. Rompió la pantalla en mil pedazos y siguió camino. El exceo de FIAT, Cristiano Rattazzi, miró toda la escena y chasqueó la boca. "Son 1.000 dólares, y va a bajar", lanzó. Tanoira se fue apenas pudo saludar a Milei. "Fue genial, fue la primera vez que lo escuché hablar de dolarización de manera tan concreta y detallada, genera buenas expectativas", aseguró a este medio.