Desde hace varios días, pero con especial énfasis este lunes, Letra P viene insistiendo con la necesidad de prestarle atención al nuevo termómetro de la campaña electoral: la cotización del dólar blue. Ante la prolongación sugestiva de las negociaciones, el vaporoso comunicado del Fondo Monetario Internacional ( FMI) del domingo tenía toda la pinta de haber sido emitido algo prematuramente para dar una señal positiva antes de la apertura del mercado cambiario. Se supo el mismo lunes que no alcanzó, porque el tipo de cambio ilegal voló más de 4% hasta un nuevo récord nominal de 552 pesos.
En medio de la corrida contra el peso, que dejó mudo al Palacio de Hacienda, el destino se permitió una ironía: la propaganda de "(Sergio) Massa 2023" cayó justo en algunos de los sitios de mercado que se llenaban de clicks de un público ansioso.
El azar de los algoritmos no tiene ni el menor sentido del decoro.
Remedios con efectos secundarios
Claro que una ruptura con el FMI sería lo más nocivo para la Argentina frágil de este tiempo, pero las medidas cambiarias anunciadas en el marco del acuerdo de principio tenían todas las condiciones para recalentar la divisa estadounidense.
En efecto, la aplicación de impuestos a las importaciones, el encarecimiento del dólar ahorro y la emisión monetaria esperada para pagar el premio a la nueva versión del "agro" son indicadores de que el IPC debería ir todavía más hacia arriba en lo que queda del año, lo que repercute en una cotización que empieza a mirar más la inflación por venir que la pasada. Así, no debe llamar la atención que la escalada ya haya completado una suba superior al aumento de los precios acumulado desde enero.
A partir de ahora cabe esperar que el mismo tipo de cambio que sube en buena medida por las perspectivas de una mayor inflación contribuya, a su vez, a atizar el fenómeno, habida cuenta de su creciente influencia en la formación de costos de las empresas.
De la mano de lo anterior, es natural que paridades más elevadas en los tramos legales del mercado le pongan un nuevo piso a la ilegal.
Con todo, aún hay más. Lo que queda por revelarse del entendimiento es mucho. Por un lado, no se sabe qué margen tendrá el Gobierno para intervenir en los mercados paralelos legales y tampoco cómo hará para pagar los 2.660 millones que vencen el próximo lunes. ¿Será con yuanes, activando otro tramo equivalente a 5.000 millones de dólares, lo que no es otra cosa que más deuda?
Si los procesos electorales siempre recalientan el billete verde, la dinámica particular de esta campaña tiene ingredientes para hacerlo en una medida mayor. Por un lado, el precandidato descollante del oficialismo es el ministro de Economía, la figura más susceptible de sufrir en votos los vaivenes del mercado. Por el otro, al menos dos postulantes de importancia, Patricia Bullrich y Javier Milei, plantean salidas inmediatas del cepo y alimentan las conjeturas sobre el tipo de cambio del 11 de diciembre.
Tiempos recios
Consultado por este medio, el economista Gustavo Reija señaló que "el arte de un buen ministro de Economía es el correcto manejo de las expectativas de los mercados y el aumento de la cotización del dólar blue deja en claro que, en este caso, no se estaría cumpliendo con dicho arte".
"Tanto los anuncios relativos a la negociación con el Fondo como las medidas cambiarias generaron altos niveles de incertidumbre", añadió.
De acuerdo con el especialista, el comunicado del FMI que dio cuenta de un entendimiento de principio "fue demasiado light. No especifica valores ni ningún elemento que permita conocer cuáles serían las condiciones a las cuales nuestro país quedará obligado en el próximo semestre. ¿Se recibirán los fondos para pagarle al propio FMI antes de fin de mes? ¿Tendremos que volver a pagar con yuanes? ¿China reemplazará al Fondo como prestamista de última instancia? Podríamos continuar con un largo listado de preguntas, todas ellas sin respuestas por el momento", explicó.
"En cuanto a las medidas adoptadas –continuó Reija–, seguimos con la política de parches, generando devaluaciones que, en lugar de ser llamadas por su nombre, son camufladas con seudónimos con la inútil ilusión de que, por esa vía, se evitarán sus consecuencias".
"La suba del dólar blue es solo un síntoma de un problema mayor. Su principal gravedad reside en que retroalimenta el proceso inflacionario, sumergiendo cada vez más a nuestra economía en la espiral descendente en la que se encuentra hace ya mucho tiempo", sentenció.