Mientras el Gobierno le pisa a la Ciudad el reclamó por la Coparticipación Federal, el presidente Javier Milei le recorta al alcalde Jorge Macri el porcentual de subsidios para las líneas de colectivos con recorrido exclusivo por el territorio porteño. La medida implica que dejará de transferirle unos $8.500 millones.
"Hemos establecido que desde septiembre, la Ciudad de Buenos Aires va a solventar el 100% de las compensaciones de sus 31 líneas y el Estado nacional no va a poner un peso en la Ciudad", anunció este martes el secretario de Transporte nacional, Franco Mogetta, en la Cámara de Diputados.
Mogetta también anunció que la administración libertaria “dejará de solventar la Red SUBE, que representa un gasto mensual estimado en $1.500 millones de pesos, en el caso de que la jurisdicción quiera seguir implementando el programa”.
La decisión de Javier Milei
En concreto, el Gobierno ya no pagará ningún subsidio para abaratar el precio de los pasajes de colectivos y tampoco los descuentos por el boleto integrado de colectivos, Metrobus, trenes y subtes en forma continua.
El Estado nacional sólo seguirá aportando a las empresas los subsidios a los boletos de los colectivos a los servicios nacionales, que son los que cruzan ambas jurisdicciones, en el ámbito del Área Metropolitana de Buenos Aires. También continuará pagando los descuentos por el Programa Red SUBE en esos servicios.
Según las cifras oficiales, el Estado nacional sigue aportando $25.000 millones mensuales para rebajar un 55% la tarifa de 5.3 personas que utilizan el transporte público y pertenecen a los sectores más vulnerables de la sociedad.
Jorge Macri analiza cómo sigue
“Estamos analizando la nueva situación”, explicaron en el área de Transporte de la Ciudad y estimaron que con la quita, de no compensarse, el precio del pasaje de colectivo se triplicaría, para llegar a los $1.400.
WhatsApp Image 2024-08-06 at 17.44.40.jpeg
El gobierno porteño recordó en un comunicado que "ha venido subsidiando al Gobierno nacional y a sus líneas de transporte público de colectivos" y puntualizó: "La Ciudad no recibe subsidios por parte de la Nación. Lo reciben directamente las líneas de colectivos a través de la Secretaría de Transporte de la Nación".
"Las transferencias de competencias, como la de la regulación del transporte público de pasajeros, se deben realizar en el marco de lo que establece la Constitución Nacional", planteó.
Se trata de $8.500 millones que el Gobierno dejará de enviar en septiembre a la administración porteña para subsidiar el boleto de colectivos.
La cifra equivale al 51% del total de los subsidios que reciben las 31 líneas de colectivos que arrancan y terminan su recorrido en territorio porteño. Jorge Macri ya aportaba el resto.
Toto Caputo le anticipó la medida
Según explicó el vocero de Mogetta, el ministro de Economía, Toto Caputo envió hace dos semanas una carta a Jorge Macri advirtiendo que “la Ciudad deberá asumir el 100% de las compensaciones en las 31 líneas pertenecientes a su jurisdicción, ya que realizan recorrido dentro de su territorio”.
Fuentes empresarias consultadas por Letra P, el servicio involucra a 1.700 colectivos que transportan 13.000 pasajeros por mes cada uno.
“El boleto sin subsidio debería rondar los $1.500. Así y todo, la actividad no es rentable y la ecuación es muy negativa, casi inviable. En las empresas con parque automotor superior a los siete años, donde pesa mucho el recambio de repuestos y mano de obra”, explicó el dueño de una de las líneas más importantes de Ciudad.
Las líneas en cuestión son las denominadas BPP (Bondis Puramente Porteños) que pertenecen a las líneas 4, 6, 7, 12, 23, 25, 26, 34, 39, 42, 44, 47, 50, 61 y 62. También integran esa lista las líneas 64, 65, 68, 76, 84, 90, 99, 102, 106, 107, 108, 109, 115, 118, 132 y 151.
La pelea para que la Ciudad se hiciese cargo de las líneas exclusivas de su jurisdicción viene de 2018, durante la gestión de Mauricio Macri, quien impulsaba el recorte definitivo de los subsidios en todas las jurisdicciones del país.
En 2020, con Horacio Rodríguez Larreta, el aporte de la Ciudad bajó al 51%, mientras que la Nación cubría el 49% restante.