Daniel Tillard, presidente del Banco Nación, se referenciaba en Guillermo Francos
La sucursal Ramos Mejía del Banco Nación, cerrada por Javier Milei
El Gobierno sostuvo que la reforma del Banco Nación expresó el rumbo definido por Javier Milei, quien impulsó un recorte estructural que consolidó la pérdida de influencia de Daniel Tillard. La modernización avanzó con cierres de sucursales, retiros anticipados y una reorganización que centralizó decisiones en la conducción política nacional.
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La primera etapa del reordenamiento incluyó el cierre de 15 sucursales, la concreción de 2500 retiros voluntarios y un plan para recortar 1500 puestos mediante nuevas herramientas tecnológicas. Esa estrategia, presentada como logro de gestión, buscó mejorar la productividad y adaptar la atención a un esquema digital con menor dependencia del personal.
Proceso de optimización estructural
En la Casa Rosada señalaron que el Nación inició un proceso de “optimización estructural” destinado a reasignar recursos hacia plataformas digitales. Esa línea estuvo bajo seguimiento de Karina Milei, responsable de garantizar que los cambios respetaran las prioridades del Ejecutivo y redujeran la presión presupuestaria de la banca pública.
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El Banco Nación en plena restructuración libertaria
Funcionarios consultados destacaron que el rediseño permitió disminuir costos fijos, fortalecer indicadores internos y evitar conflictos gremiales abiertos durante el ajuste. También compararon la actual hoja de ruta con la aplicada en la presidencia de Javier González Fraga, quien entre 2017 y 2019 destinó $5000 millones a retiros anticipados de altos mandos. El Gobierno remarcó que el esquema vigente evitó gastos extraordinarios y habilitó un recorte progresivo más cercano a estándares internacionales.
Desplazamiento de Daniel Tillard
Las transformaciones exhibieron choques dentro del directorio. El presidente del BNA quedó apartado de la negociación con los gremios tras sucesivas fricciones con Carlos Cisneros, número dos de La Bancaria. En la entidad afirmaron que su salida “ordenó el proceso” y redujo el riesgo de una escalada sindical durante el tramo más sensible del ajuste.
Su gestión había sido cuestionada por la contratación del estudio Liendo & Asociados, encabezado por Horacio Liendo, convocado para diseñar cambios normativos internos. Los honorarios en dólares y el perfil político del consultor provocaron resistencias entre directores.
A ese escenario se sumaron señalamientos públicos por presunto uso de información reservada en operaciones vinculadas a Max Capital, la firma asociada al hijo de Tillard. Aunque el caso no derivó en sanciones, deterioró su autoridad en plena reestructuración.
Avance sobre sucursales, centros pymes y anexos
El titular de la Asociación de Personal Jerárquico de Bancos Oficiales, Arturo Quiñoa, afirmó a Letra P que el directorio continuó evaluando la transformación del Nación en sociedad anónima y que las decisiones territoriales respondieron a esa lógica. La iniciativa consolidó cierres por proximidad entre sucursales, finalización de contratos de alquiler y reagrupamientos en nodos con mayor actividad.
El proceso estuvo motorizado por la Agencia de Transformación de Empresas Públicas, dirigida por Diego Chaher bajo la órbita del Ministerio de Economía, donde se impulsó un enfoque empresarial para las firmas estatales. En ese marco, el banco funcionó como caso testigo para nuevas metodologías de reorganización.
Según Quiñoa, el recorte más severo se produjo en más de 30 centros pymes ubicados en edificios propios y en cerca de 40 anexos destinados al pago de jubilaciones y planes sociales cuyas contrataciones con la Administración Nacional de la Seguridad Social (ANSES) ya estaban vencidas. Parte del personal fue trasladado a sucursales con demanda pendiente, lo que el Gobierno interpretó como uso más eficiente de los recursos disponibles.
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La sucursal Ramos Mejía del Banco Nación, cerrada por Javier Milei
La política de retiros también adoptó lógica corporativa. La primera etapa alcanzó a mujeres mayores de 55 años y hombres de 60, quienes recibieron el 80% del salario bruto sin premios ni aguinaldos, con cobertura médica incluida. La segunda fase se aplicó a varones de 57 a 70 años y mujeres de 52 y 55, con una compensación del 70% hasta alcanzar la edad jubilatoria establecida.
El Banco Nación mantuvo más de 700 sucursales en el país y oficinas en Nueva York, Madrid, Montevideo, Santa Cruz de la Sierra y China. El objetivo oficial fue sostener esa red mediante un esquema híbrido que combinó menor dotación, mayor automatización y una estructura ajustada a los niveles de actividad proyectados para un entorno plenamente digital.