EL AJUSTE

General Motors paraliza su planta en Santa Fe y crece el temor por un cierre definitivo

Como anticipó Letra P, frena su producción hasta fin de junio para "adecuar el volumen de exportación a Brasil". El personal, en alerta por el futuro.

General Motors anunció el freno en la producción de su planta en Alvear, Santa Fe, desde este mes y hasta fin de junio como había anticipado Letra P. El pago al personal durante el impasse todavía se negocia con SMATA, que mantiene un silenzio stampa. Puertas adentro, crece el temor por un cierre definitivo.

La versión de General Motors del freno en su planta de Santa Fe

La automotriz ensayó una pirueta discursiva para justificar el freno en la planta de Alvear. Como contó Letra P, primero anunció a sus trabajadores que les brindaría un receso invernal -para nada frecuente según fuentes internas de la planta- que duraría todo el mes de junio. En ese entonces los voceros de la multinacional indicaron a este medio que el parate no tenía nada que ver con las anteriores detenciones de la actividad ocurridos entre diciembre y marzo pasados.

Sin embargo, esta semana la firma hizo propia la versión que ya circulaba entre sus trabajadores y este medio reflejó: “Con motivo de adecuar el volumen de exportación a Brasil, (General Motors) realizará una suspensión de su producción los viernes del mes de mayo, además de los días 28 y 29 de este mes inclusive”. Es decir, la fábrica trabajará 15 de los 31 días del mes de mayo”, indica el comunicado oficial.

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La letra chica del freno, cómo cobrará el personal, aún está en discusión. Fuentes del personal confiaron off the record que los referentes sindicales de SMATA “todavía están negociando cómo nos van a pagar”. Además, sostiene que lo único que se les comunicó de manera oficial es que “los primeros 15 días de junio son vacaciones y el resto es receso". "No conocemos en qué términos”, apuntan.

Este medio consultó al secretario general del Sindicato de Mecánicos y Afines del Transporte Automotor (SMATA) de Santa Fe, Sergio Gazzera, quien se limitó a decir que sólo conoce la versión que la empresa adelantó a los medios de comunicación y se rehusó a dar mayores precisiones sobre la situación de sus representados.

El miedo se vive en voz baja

El fantasma del regreso de los retiros voluntarios y de los despidos ronda entre el personal. Según confiaron a este medio, la planta está funcionando a la mitad de su capacidad desde comienzos de este año, mientras que conservan un stock importante de unidades sin vender.

Dentro del staff de la planta de Alvear sospechan que el stand by de las actividades productivas tiene que ver con una “reestructuración laboral dentro de la fábrica” para “sacar al empleado con antigüedad”. El año pasado General Motors redujo su planta de 800 a casi 300 personas, habiendo pasado tanto por un proceso de retiros voluntarios como por una ola de desvinculaciones por despido en abril de 2024.

“Si la cosa no funciona, hay posibilidad a fin de año de despidos o cierre de la planta. La gente no está cómoda”,confiaron las mismas fuentes.

Derrumbe de las ventas

“Nueve de cada diez autos que se venden en Argentina vienen de Brasil”, confirmó el presidente de la Cámara de Importadores y Distribuidores Oficiales de Automotor (CIDOA), Hugo Belcastro, al describir para este medio la dependencia con su vecino. A esto se le suma que el gigante sudamericano es el destino del 65% de los autos exportados en el país.

General Motors produce sólo el modelo Chevrolet SUV Tracker, con una capacidad de 110 mil unidades anuales, de las que el 80% son exportadas a Brasil. No obstante, según informes de la Asociación de Fábricas de Automotores (ADEFA), la demanda de vehículos por parte del país vecino bajó un 2,9% durante el primer cuatrimestre de 2025 respecto del mismo periodo del año pasado, lo que significó un importante cimbronazo a la actividad en general y a la planta de GM en particular.

En su último informe, la Federación Industrial de Santa Fe (FISFE) sostuvo que las expectativas del sector industrial “registran los valores más bajos de los últimos años” debido al estancamiento de los niveles de actividad en los primeros meses del año, mientras que la principal preocupación está en los aumentos de los costos de producción. Así las cosas, la central empresaria sostiene que sólo una de cada diez empresas (10,4%) espera que aumenten las horas trabajadas, “mientras que apenas el 7,0% estima un aumento de la dotación de personal”.

La inflación de Toto Caputo
El ministro de Desregulación y Transformación del Estado, Federico Sturzenegger

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