“La deuda que nos dejaron, el drama de la inflación y una pobreza inaceptable”. Así enumeró Eduardo de Pedro sus preocupaciones sobre la economía en el spot de lanzamiento de su precandidatura presidencial por Unión por la Patria. El elegido de la vicepresidenta Cristina Fernández de Kirchner para encabezar la fórmula que competirá con Daniel Scioli tiene un discurso económico más parecido al de Axel Kicillof que al del actual titular del Palacio de Hacienda, Sergio Massa. Intervencionista en los mercados, proteccionista en lo industrial y dialoguista con el mundo empresario, el actual ministro del Interior es la representación “pura” del kirchnerismo. Sin embargo, no es mala palabra para los sectores de poder.
Meses antes de que el fervor electoral entrara en su etapa más frenética, De Pedro, encomendado por la expresidenta, ya pensaba en armar su programa de gobierno y le acercó un pedido a distintos sectores, entre ellos el Centro de Economía Política Argentina (CEPA), para que diseñen el lineamiento económico de ese plan. El conjunto de economistas le entregó un texto en el que plantean dos grandes objetivos: por un lado, los diez acuerdos que requiere el espacio político de manera interna para amalgamar una misma mirada económica; por otro, el desarrollo concreto de “políticas económicas ineludibles”,
El documento, al que accedió Letra P, propone medidas de “shock” y tiene los siguientes puntos resaltados:
- Acuerdo con el FMI y deuda: renegociar el pacto de forma de garantizar la sostenibilidad del crecimiento argentino con distribución sin condicionamientos en la política económica por parte del organismo. Cancelar la acreencia de forma tal que no haya intervenciones del organismo en la política local. Normalizar la deuda.
- Dólar: estrategia de mediano plazo sobre la dinámica bimonetaria y restricción externa. Revisar régimen de retenciones y desarrollarlas según el crecimiento nacional. Tender hacia la normalización del acceso a MULC de manera gradual. Fortalecer los sistemas de pago con monedas locales (fundamentalmente en yuanes y reales).
- Salarios: recuperación del poder adquisitivo como motor de crecimiento económico. Suma fija acorde a la corrección de precios relativos inicial. Reducción de jornada laboral sin afectar el salario. Regulación de nuevas formas de empleo a través de las plataformas de tecnología.
- Impuestos: reformas tributarias que impliquen una mayor carga impositiva sobre aquellos que más tienen. Reducción de niveles de evasión y elusión fiscal e identificación de beneficiarios finales de grupos económicos. Modificar las contribuciones patronales de manera progresiva. Mecanismos de fiscalización estricta (AFIP y MTEySS) sobre la economía y el trabajo no registrados.
- Política monetaria: fortalecimiento del peso. Emprender una baja gradual de las tasas de interés (una vez que comience a ceder la inflación). Rol del Banco Central como promotor del crédito productivo.
- Energía: acuerdo sobre soberanía energética que implique continuar con la expansión de la producción de hidrocarburos para generar divisas.Desarrollo de los recursos no convencionales y off shore mediante el liderazgo de YPF para convertir a la Argentina en exportador neto de energía.
- Empresas y precios: acuerdo respecto del impacto de la economía bimonetaria en precios y del rol de oligopolios/monopolios en la dinámica de formación de los mismos. Intervención en la cadena de valor.
El punteo, entre otras políticas respecto a la territorialidad, transporte, agroindustria y más, es la carta de presentación previa a un programa económico que tendría el objetivo de desarrollarse en una eventual continuidad del oficialismo.
Para el CEPA, Wado es "axelista". Los economistas consultados por este medio coinciden en que la postura económica está más cerca del kirchnerismo duro que de otras corrientes que integran el ex Frente de Todos, como la de Massa, la del exministro Martín Guzmán y la del exministro de Desarrollo Productivo Matías Kulfas, que criticaban la política del cristinismo de alimentar la demanda, por demás según de su punto de vista, sin pensar en medidas que ampliaran la oferta.
En cambio, el aspirante a la presidencia tiene vínculos con la directora del Banco Nación, Silvina Batakis, quien fue su secretaria de Provincias en el Ministerio Interior antes de ocupar el interinato de un mes en Economía; y con Paula Español, secretaria de Comercio Interior en el inicio del gobierno de Alberto Fernández y cercana a Kicillof.
Dicho está
Ese maridaje puede notarse en sus declaraciones públicas. En marzo de este año, en referencia a la interna del Gobierno y la inflación, De Pedro dijo en diálogo con Futurock: “Hay que dar una suma fija en algunos rubros y en algunos sectores de la economía para que la gente pueda vivir bien y le pueda alcanzar para que el poder adquisitivo supere a la inflación. Es parte de las tensiones que tenemos en el frente". También afirmó: "Nosotros tenemos un modelo que funcionó entre 2003 y 2015, donde la política tiene un protagonismo en la discusión y la articulación económica. De ese modelo se criticaban las formas, que estaba redistribuyendo, pero no existe la redistribución sin ruido, sin tensiones”.
Laura Testa, economista de Paridad en la Macro, consideró que el pensamiento de De Pedro es "más parecido al de Axel que al de Massa. A Massa le está tocando gestionar en un momento de la Argentina muy complejo, muy distinto al que gestionó Axel, pero lo que plantea Wado en torno a la inflación, en torno a la pobreza, en torno al pago del FMI, son variables que están íntimamente conectadas y relacionadas".
Yanina Busquet, especialista en economía industrial, opinó: "Tiene una visión de desarrollo industrial, de protección de la industria nacional. Creo que va por el mismo camino y más teniendo en cuenta que en este momento la industria está resistiendo a todas las complicaciones macroeconómicas".
El gris del aspirante a la presidencia estuvo a principios de 2022, cuando Guzmán presentó el programa de Facilidades Extendidas con el FMI y el diputado Máximo Kirchner dejó la presidencia del bloque del Frente de Todos por diferencias con el entonces jefe de Hacienda. En ese cruce, Wado coincidió con el líder de La Cámpora al asegurar que se trata de un acuerdo "inflacionario", pero también había opinado, en una entrevista con El País de España, que el entendimiento era "el comienzo de la solución" ya que evitaba "una catástrofe en lo inmediato".