El Gobierno comenzó a renegociar el programa Precios Justos a solo dos días del batacazo de Javier Milei en las PASO y a 24 horas de la devaluación del peso del 22%. El combo dejó un manto de incertidumbre en todos los sectores de la economía y el ministro Sergio Massa puso en marcha una unidad antiinflacionaria con el titular de la Aduana, Guillermo Michel, a la cabeza. Su debut fue con una reunión con los frigoríficos y la estrategia para sentarlos en la mesa de negociación fue filtrar la presunta suspensión de la exportación de carne si los titulares de las cámaras no se disponían a alcanzar un acuerdo. La gestión fue exitosa, pero la serie de desmentidas oficiales dejó la sensación de descoordinación.
Poco antes de las 14 de este martes, la Aduana confirmó que prohibía las ventas al exterior de cortes bovinos por los próximos 15 días a la espera de un acuerdo de precios con el consorcio de frigoríficos. "Sin acuerdo, no habrá permisos de exportación", señalaban fuentes oficiales, en tono de amenaza. En el Palacio de Hacienda también ratificaban la medida.
Unos 45 minutos después, el secretario de Agricultura, Juan José Bahillo, desmintió la decisión en su cuenta de Twitter. "Nuestra responsabilidad como funcionarios públicos es llevar certidumbre a los sectores productivos y tranquilidad a la gente. Desde Economía estamos negociando los precios de las carnes para el mercado interno", escribió y luego aclaró en otro posteo: "Es importante aclarar que no hay suspensiones a la exportación de carnes de los y las argentinos". Minutos después, borró el tuit y volvió a escribir el mismo mensaje, pero en una sola entrada y sin el verbo "aclarar".
Pasadas las 15.30, el titular del Consorcio de Exportadores de Carnes Argentinas (ABC), Mario Ravettino, se reunió en la sede de la Aduana con Michel y Bahillo. "Estamos trabajando con el sector en un acuerdo de volumen y precios para el abastecimiento en el mercado doméstico y sostener las exportaciones", dijo al salir del encuentro el funcionario que Massa entronizó al frente del team antirremarcaciones.
La confirmación y posterior desmentida pareció una marcha atrás o una improvisación de Economía. Pero horas más tarde Ravettino confirmó a Letra P que la reunión surgió tras la noticia de la supuesta suspensión, por lo que valida la hipótesis de que se trató de una estrategia de enredos coordinada de Economía para obligar a los comerciadores de carne a discutir un nuevo sendero de precios y reeditar los siete "cortes cuidados" del programa. "Era necesario", aseguró una fuente al tanto de las conversaciones.
Los aumentos en el precio de la carne fueron uno de los motores de la inflación de los últimos dos meses. Los incrementos venían corriendo detrás del Índice de Precios al Consumidor (IPC) y en el sector aseguran que siguen retrasados un 30%. Tras el resultado de las PASO, su consecuente incertidumbre, la devaluación y la corrida cambiaria, en los frigoríficos "no hay precio", advirtió Ravettino. "Hasta este momento hay falta de oferta en hacienda. Va a haber algún aumento pero teniendo en cuenta la caída en el consumo per cápita y que el consumidor no va a convalidad precios altos en el mostrador, habrá que ver de cuánto es el traslado", aclaró ante la consulta de este medio.
En las próximas semanas el comando antirremarcaciones creado por Massa para morigerar el passthrough de la devaluación monitoreará los precios para alcanzar un acuerdo. También se juntará con supermercadistas, alimenticias, petroleras y demás compañías. La decisión del titular de Hacienda corre del centro de las negociaciones al secretario de Comercio, Matías Tombolini, y suma a Gabriel Rubinstein (viceministro de Economía) y Carlos Castagneto, titular de la AFIP.
Fuentes oficiales aseguraron que integrando esas áreas el Gobierno tiene "más herramientas" para ofrecer en el intercambio con el sector privado a la hora de presionar para que los incrementos al consumidor sean más adecuados. Tal como adelantó este medio, habrá descuentos de impuestos a empresas que entren al acuerdo y una letra del BCRA para garantizar las operaciones de importación en sus cadenas de producción como moneda de cambio.