Boom de importaciones y caída del consumo, el combo letal para las textiles
Con la presencia de Axel Kicillof, la Pro Textil 2025 fue el epicentro del reclamo empresarial. Políticos, sindicalistas y pymes apuntaron a Milei y Caputo.
Con la presencia de Axel Kicillof, la industria textil cuestionó las importaciones de Javier Milei y Toto Caputo
El sector de la indumentaria atraviesa uno de sus peores momentos: derrumbe del consumo, importaciones récord y fábricas que operan con niveles mínimos de capacidad instalada. En la Pro Textil 2025, empresarios, sindicalistas y dirigentes coincidieron en que la política económica de Javier Milei y Toto Caputo dejó a la Argentina “a contramano del mundo”.
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En el Teatro Municipal Roma de Avellaneda, la Fundación ProTejer reunió a empresarios, dirigentes sindicales, funcionarios bonaerenses y representantes del arco político opositor en el encuentro anual. El lema elegido, “¿Argentina, a contramano del mundo?”, sintetizó el malestar de un sector que enfrenta el desplome del consumo interno y una apertura importadora que golpea a toda la cadena de valor.
El presidente de ProTejer, Luciano Galfione, fue contundente: “La política económica del Gobierno se basa en un diagnóstico deficiente que afecta negativamente, y de forma generalizada, al sector industrial, la economía y sus trabajadores. A pesar de que no nos escuchan, no podemos dejar de exigir políticas públicas que garanticen una competencia justa y leal, que promuevan la industria nacional, el trabajo argentino y la inversión productiva”, sostuvo en la apertura del evento, que durante la tarde de este martes desplegó paneles con economistas y referentes políticos.
Pro textil Luciano Galfione importaciones
Luciano Galfione, de ProTejer, advierte sobre las importaciones
Galfione recordó que la entidad ya había advertido en 2024 sobre los riesgos de liberar los controles aduaneros, reducir unilateralmente los aranceles a las importaciones y abandonar las políticas de administración comercial.
“Lamentablemente, no nos equivocamos. Estamos en niveles históricos de utilización de la capacidad instalada, con récords de importaciones en todos los eslabones, a precios históricamente bajos, sin valores criterio y sin control. La consecuencia es clara: estamos fomentando la economía informal. Además, quienes producimos tenemos costos en dólares cada vez más altos y una desventaja creciente frente al producto importado”, afirmó.
El dirigente aclaró que el sector “no está en contra de competir”, pero reclamó condiciones equitativas: “Competir nos hace bien, nos hace mejores, pero debemos hacerlo en igualdad de condiciones”.
Importaciones, a contramano del mundo
El gobernador bonaerense Axel Kicillof participó del encuentro junto a Augusto Costa, Débora Giorgi y Gabriel Katopodis; además del intendente anfitrión Jorge Ferraresi.
Desde el escenario, Kicillof advirtió: “En el mundo entero están yendo para el lado contrario. Este gobierno es un corso a contramano. No hay país que no esté luchando por sostener su industria. Hoy tenemos a Estados Unidos aplicando medidas tarifarias para proteger la producción local, y acá tenemos un industricidio”.
Para Kicillof, el problema no es exportar materias primas, sino dejar de generar valor agregado: “Estamos en un mundo proteccionista y las importaciones que entran son a precios de dumping, por debajo del costo, con tal de colocar sus excedentes de producción. Es tonto, ridículo e imperdonable. Estamos destruyendo ahorro, industria y trabajo nacional”, advirtió. Y convocó a los empresarios a “salir a poner su voz y contar lo que está pasando en la industria”.
Pymes agobiadas
El diagnóstico se repite en cada rincón del sector. Carlos del Santo, presidente de Sanyo Color S.A., lo resumió con una metáfora cruda: “¿Viste la película La suma de todos los miedos? Bueno, es eso. Está muy complicada la demanda, el crédito no existe y hay una importación indiscriminada”, dijo a Letra P.
Entre los asistentes, varios empresarios pyme coincidieron con el diagnóstico general, aunque marcaron distancia del discurso político.
Axel kicillof Pro textil Luciano Galfione
Axel Kicillof, Luciano Galfione y las importaciones.
“A las pymes la política nunca las ayudó. Solo las empresas grandes recibieron beneficios para adquirir bienes de capital a menos de la mitad del precio en dólares, pero las pymes no podían acceder”, señaló uno de ellos.
Eduardo Affre, de Zschimmer & Schwarz, agregó que los problemas estructurales del sector “no nacieron con este Gobierno”.
“Hace cinco minutos teníamos los mismos problemas: el dólar estaba atrasado, los impuestos eran altos y teníamos trabas para importar insumos”, reconoció. Sin embargo, admitió que la situación actual es más grave: “La cadena de pagos está rota. Hace rato que la industria textil está mal”.
Caída de la producción y récord de importaciones
Según datos del sector, las importaciones textiles aumentaron más de 40% interanual en volumen durante el primer semestre de 2025, mientras que la utilización de la capacidad instalada cayó por debajo del 50%, el nivel más bajo desde 2002.
El resultado es un escenario de competencia desigual, en el que los productos extranjeros —muchas veces subvaluados— ganan terreno en góndolas y plataformas de venta online frente a las prendas nacionales.
Una industria estratégica
Con más de 23.000 empresas y más de 400.000 empleos directos e indirectos, la cadena textil-confección es una de las más intensivas en trabajo de la economía argentina. Su peso se concentra en el conurbano bonaerense, donde también se sienten los efectos sociales del parate productivo.
“Estamos ante un momento decisivo”, advirtió Galfione. “Si seguimos así, muchas pymes van a desaparecer y con ellas parte del entramado productivo nacional. No pedimos privilegios: pedimos reglas de juego claras y un Estado que defienda el trabajo argentino”.
Entre enero y julio de este año, la producción de textiles cayó 14,5% y la de prendas de vestir 9,5% interanual, con niveles mínimos de utilización de la capacidad instalada.
En el mismo período, el sector perdió más de 11.500 puestos de trabajo registrados (-10%), mientras que las importaciones crecieron 32%, con un récord de 14.000 nuevos importadores y precios de ingreso históricamente bajos.
El costo fiscal por la rebaja de aranceles a la cadena textil e indumentaria alcanzó los u$s 120 millones proyectados para 2025, en un contexto de fuerte caída del consumo y de un mercado inundado por productos importados que compiten con ventaja frente a la producción nacional.