El diputado de La Libertad Avanza (LLA) Beltrán Benedit, organizador de la visita a la cárcel de Ezeiza para encontrarse con represores, entre ellos Alfredo Astiz, tiene en construcción un proyecto de ley para indultar a los detenidos por crímenes de lesa humanidad, al menos a quienes tengan mas de 70 años. Quiso presentárselo a Karina Milei, pero ella no lo atendió.
Las diputadas Rocío Bonacci y Lourdes Arrieta, que participaron del tour, pero aseguran que no sabían con quiénes se reunirían, relataron que uno de los temas que se habló con los represores fue el de lograr que salieran de la cárcel.
Según pudo reconstruir Letra P, el represor Raúl Guglielminetti le entregó al entrerriano un sobre de papel madera con un borrador del proyecto de ley que les permitiera abandonar Ezeiza. El texto habría contado con el aporte de juristas cercanos a los represores.
Liberar condenados por lesa humanidad de más de 70 años no es una idea nueva. Elisa Carrió la anunció en 2017, durante la sesión en la que se sancionó la ley para impedir la salida anticipada de condenados por de estas personas, que surgió como una reacción al fallo de la Corte de esos días para liberar al represor Luis Muiña.
La gestión de Beltrán Benedit
Como la mayoría de los condenados por lesa humanidad tienen más de 70 años, la prisión domiciliaria sería casi un indulto encubierto. Astiz resultaría uno de los más favorecidos por esta medida: en noviembre última cumplió 72.
Benedit hizo gestiones para entrevistarse con Karina Milei pero falló en el intento, porque Martín Menem no le habilitó la reunión y tampoco la consiguió por su cuenta. Abandonó los intentos luego de escuchar a Javier Milei decir que él no hubiera visitado a represores.
"No hay ni va a haber un proyecto de indultos", insisten en el despacho del riojano. Si quisiera, Benedit podría presentarlo por su cuenta, pero no se anima. También estaba al tanto de esta idea el diputado Guillermo Montenegro, el otro organizador de la visita. Una de las asesoras que estaba en la combi trabaja con él y fue la encargada de leer los nombres de los represores que esperaban en la celda.
Montenegro tiene menos chances de llegar a la secretaria general de la Presidencia: hasta enero, fue asesor full time de Victoria Villarruel, a quien acompañó en la campaña, en los inicios de las peleas entre ambas que no terminaron nunca. Como explicó Letra P, el diputado se cargó al hombro la defensa de la visita a Ezeiza en la reunión de bloque del último martes, pero evitó nombrar a Astiz.
Fuentes de la bancada contaron a Letra P que María Fernanda Araujo, otra de las libertarias que fue a Ezeiza, sí blanqueó el encuentro con el represor marplatense y provocó la furia de su colega José Peluc. "La verdad, no les creo nada", se molestó el sanjuanino y nadie quiso seguir el tema.
Montenegro está dispuesto a defender su respaldo a Astiz: según supo este medio, en estos días llamó con insistencia a Arrieta para pedirle que no hablara. Intentó comunicarse con Bonacci, pero no pudo.
Las palabras de Astiz
Durante la visita, los represores, vestidos de traje y engominados, se quejaron por la mala asistencia sanitaria en las cárceles y las dificultades para acceder a un servicio de terapia intensiva. Astiz permaneció en la cabecera de la mesa y escuchaba con atención a cada invitado.
Los represores saludaron de a uno a la comitiva, pero sobre todo a Bonacci y Arrieta, quienes fueron exhibidas como trofeos por Benedit, que ajustó la visita a sus horarios. "Esperaban por ustedes", fue una frase de algunos represores.
Bonacci fue la única que no habló, de a ratos se mostró dispersa y finalmente se apartó. Como explicó después, creyó que se trataba de una visita a excombatientes de Malvinas. Benedit no fue ajeno a su malhumor: cuando la rosarina se fue, reunió a los represores en círculo para definir una estrategia. Montenegro fue de los pocos que acercó la oreja.
Carpetazo militar
En la bancada libertaria sospechan que el entrerriano confiaba en subir a la combi a Arrieta y Bonacci por sus antecedentes familiares. La rosarina es hija de un exmilitante del Modin (el partido de Aldo Rico). El padre de la mendocina, Tomas Arrieta, combatió en Malvinas, donde fue denunciado por torturas.
Los represores habrían acercado estos datos a Benedit para que las convencieran de ir a Ezeiza. El tardío arrepentimiento de la mendocina es motivo de especulaciones, sobre todo porque cuando se supo de la visita la reivindicó en el grupo de chat. "Necesita saber la verdad completa", dijo esa vez. Después cambió de idea.
Una versión es que Arrieta estaría molesta porque Martín Menem y Karina Milei la apartaron del armado de La Libertad Avanza en Mendoza, donde el riojano proclamó como referente al diputado Faundo Correa Llano, quien proviene del Partido Demócrata.