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El Ministerio de la Verdad –que es de las mentiras, en rigor, así como el de la Paz es el que hace la guerra, el del Amor es el que tortura para disciplinar y el de la Abundancia hambrea de manera planificada- es una fábrica de noticias falsas –fake news: ¿les suena?- que reescribe la historia y moldea el presente a pedir de las necesidades del partido único gobernante y adoctrina con el látigo del “doble pensamiento”, un método que consiste en darles el carácter de correctos a datos ciertos tanto como a sus contrapartes que los contradicen.
La verdad, sostenía Michel Foucault –autor, por caso, de Vigilar y castigar-, no es una entidad rocosa, única, sino un engendro de diseño, el resultado de una fricción, de una pulseada entre facciones del poder: la banda que tiene más fierros termina imponiendo su versión de la Historia.
El mundo de Donald Trump, Elon Musk y Cía.
Trump vuelve a la Casa Blanca empoderadísimo: tiró un baldazo de pintura roja sobre el mapa de Estados Unidos con un tsunami de votos populares que cubrieron seis de los siete distritos pendulares y le dieron 22 manos de sobra en el Colegio Electoral; se apoderó del Senado, podría controlar la Cámara de Representantes (Diputados) y cuenta con el respaldo de la Corte conservadora que supo concebir en su primer mandato para blindarse frente a fiscales insolentes.
Trump “se anticipa como un presidente imperial” que vuelve a la Casa Blanca “con las manos desatadas”, escribió Marcelo Falak en Letra P.
Recordatorio: Trump vuelve a la Casa Blanca condenado por 34 cargos criminales.
Recordatorio II: Trump vuelve a la Casa Blanca después de alentar y justificar, tras perder las elecciones de 2020, la toma por asalto del Congreso estadounidense, que terminó en un baño de sangre.
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Captura de redes
Aupada por el establishment demócrata, los grandes medios liberales y una corte de celebridades con millones de seguidores en las redes sociales, Kamala Harris advirtió que en las elecciones del martes pasado estaba en juego la democracia, acechada por el topo “desquiciado” que volvía para destruirla desde adentro. Con el diario del miércoles, es lícito concluir que a más de 70 millones de estadounidenses no les parecía que estuviera efectivamente en peligro o, en todo caso, no les interesaba salvarla.
Spolier: la democracia luce cansada y confundida.
Con una ayudita de mis amigotes
A la misma altura del siglo que en el XX emergían los fascismos, en el XXI crece el club de gobiernos autocráticos –antidemocráticos-, ultranacionalistas y ultraderechistas -¿fascistas?- que consiguen ahora, con Trump, el socio más poderoso.
Aquellos fascismos del siglo XX hacían propaganda fundamentalmente a través de la radio y de parlantes que propalaban sus doctrinas en las calles. Los gobiernos autocráticos –antidemocráticos-, ultranacionalistas y ultraderechistas -¿fascistas?- que brotan en la segunda y la tercera décadas del XXI lo hacen a velocidades supersónicas a través de las multiplataformas digitales. (Por eso resulta bizarro, pero escalofriante, el gobierno de Milei atacando a los gremios del transporte por los altoparlantes de las estaciones de trenes, aunque ese instrumento sea apenas el brazo analógico de un plan que usa, como herramienta más potente, la aplicación oficial Mi Argentina, nacida como vía para la digitalización de documentos y servicios, para propalar sus mensajes de terror.)
Si de fierros nuevos se trata, entonces, Donald Trump tendrá músculo fibroso para vigilar y castigar -para parir su Gran Hermano- y para imponer su verdad –para construir su Ministerio de la Verdad-.
De entrada, nomás, desde el Salón Oval administrará un presupuesto cercano a los 500 mil millones de dólares (el de 2024 contemplaba recursos por 460 mil millones) y conducirá la maquinaria militar más poderosa del planeta: en un cajón de su escritorio tendrá los códigos nucleares que le permitirán, si un día se le antoja, apretar el botón rojo y desatar una hecatombe global.
Trump tiene su propia red social (Truth Social), que lanzó después de que la entonces Twitter le bloqueara la cuenta, en enero de 2021, cuando el presidente saliente de Estados Unidos alentó la revuelta que terminó en la toma del Capitolio a manos de hordas fanáticas del Club del Rifle.
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La toma del Capitolio a manos de fanáticos de Donald Trump.
Ahora la historia es otra. Bajo el mando de Elon Musk, el trumpista más rico del mundo, X, con sus 500 millones de usuarios, estará disponible para lo que Trump guste mandar. También contará con los servicios de Starlink, la red de internet de SapceX, que opera en 75 países –entró este año a la Argentina de la mano de Milei, presidente del club de fans de Musk en el cono sur- y conecta a sus usuarios a su red global de satélites.
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Elon Musk, dueño de un imperio de las comunicaciones al servicio de las ultraderechas.
En la noche de este jueves, en el discurso que pronunció en la cena aniversario de la Cámara Argentina de Comercio, Milei dijo a la pasada que Musk “se compró CNN” y celebró que, entonces, la cadena de televisión por cable con sede en Atlanta eliminará a los “zurdos” y “comunistas” que, consideró el Presidente, dominaban su pantalla.
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Jeff Bezos, ¿flamante refuerzo del team Donald Trump?
Otro milmillonario dio recientes señales de su decisión de fichar en el equipo de Trump. Jeff Bezos, el dueño de Amazon, es también propietario del liberal The Washington Post. Dos semanas antes de las elecciones del martes pasado, Bezos censuró el editorial que la sección Opinión del diario tenía listo para honrar la tradición, que sostenía desde hacía 40 años, de pronunciarse en favor de un candidato a la presidencia. En este turno electoral, iba a hacerlo por la demócrata Kamala Harris.
Bezos también es dueño de Alexa, el sistema de asistencia capaz de controlar dispositivos electrónicos entre los que figuran… las cámaras de seguridad.
Fierros.
El doble pensamiento de Javier Milei
El presidente argentino, laboratorio latinoamericano de las nuevas ultraderechas, gobierna a fuerza de fake news que lanza sin pudor, de manera presencial, desde tribunas institucionales y replica a velocidad digital en las redes sociales a través de ejércitos de trolls y agitadores ad honorem que multiplican el relato libertario. Los insultos del Presidente se convierten, como rayos, en un tsunami electrónico de persecución ideológica, xenofobia, homofobia y misoginia.
Milei miente sin ponerse colorado, como comprobó Letra P en un ejercicio de contraste muy simple pero que supone un trabajo que, lógicamente, no se toman las personas de a pie ocupadas en los desafíos que les plantea esta época del ajuste más grande de la historia de la humanidad.
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Javier Milei en el Coloquio de IDEA 2024
Este portal comparó las supuestas verdades que presentó Milei en el último Coloquio de IDEA con datos oficiales y de instituciones privadas. El resultado fue asombroso:
- El jefe de Estado dijo que "la tarifa de transporte público en el AMBA ya no recibe subsidios del Estado", pero el Gobierno continúa subsidiando las tarifas de las líneas de trenes que vinculan el conurbano bonaerense con la capital federal y también el boleto integrado de la red SUBE para el transporte ferroviario y los colectivos que circulan entre la Ciudad de Buenos Aires y los partidos cercanos.
- También aseguró que "el índice de pobreza ha disminuido en cinco puntos porcentuales en los últimos seis meses", pero, según el INDEC, en el primer semestre la pobreza creció 11,2 puntos porcentuales.
- "El índice de inflación mensual ya está por debajo del 3%", sostuvo, pero la inflación de septiembre, último dato oficial que había sido difundido hasta entonces, había sido del 3,5%.
- "Las jubilaciones están 10% por arriba de la inflación y arriba de lo que estaban en noviembre", dijo el mandatario, pero un informe del Centro de Economía Política Argentina (CEPA) había revelado que, en el trimestre septiembre-noviembre de 2024, las jubilaciones sin bono se mantendrían 4,6% por debajo del mismo trimestre de 2023; mientras que las jubilaciones con bono lo harían 13,6% por debajo.
- "El desempleo ha bajado al 6% desde que asumimos el Gobierno", celebró, pero la tasa de desempleo había sido de 7,7% en el primer trimestre y de 7,6% en los segundos tres meses del año, de acuerdo al INDEC.
Todos los gobiernos mienten. Es una certeza popular. El kirchnerismo, sin ir más lejos, manipulaba las estadísticas que difundía el INDEC para ocultar sus lados oscuros. El gobierno de Milei, en cambio, desarrolló la capacidad de informar un dato con carácter oficial asumido como transparente y, al mismo tiempo, dar otro distinto con la misma firmeza. Doble pensamiento, como en el mundo distópico imaginado por Orwell.
(Digresión) ¿A quién vence la organización de Javier Milei?
Nacido silvestre, anárquico, outsider -hecho de retazos conseguidos en las mesas de saldo de las pymes electorales como insumos de las listas legislativas que presentó en 2023-, como contracara de la política tradicional –de la maldita casta-, el mileísmo transita, como viene contando Letra P, un proceso de organización que lo profesionaliza –lo castiza-.
En ese tren, formalizó La Libertad Avanza como partido nacional, construye agrupaciones políticas para ordenar a sus militancias juveniles –recientemente lanzó La Carlos Menem- y hasta armó El Faro, un think tank al estilo de las usinas de pensamiento tradicionales como, por caso, la macrista Fundación Pensar y el kirchnerista Instituto Patria.
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Zulemita Menem y Alberto Kohan en el lanzamiento de La Carlos Menem, una de las agrupaciones de las juventudes de Javier Milei.
En la novedad se puede ver un vaso medio lleno: la profesionalización les pondrá filtros a las desmesuras del líder del espacio y democratizará un sistema de toma de decisiones concentrado ahora en un “triángulo de hierro” que conduce a martillazos, pero la experiencia de movimientos ultraderechistas precedentes advierte que la organización también puede ser un vehículo más eficiente que la anarquía para la gestión de un monstruo represivo.
¿Democracia para siempre?
En El mundo entonces, Martín Caparrós ensaya una pirueta inversa a la de Orwell: se teletransporta cien años hacia el futuro para narrar, desde una civilización que sugiere inmaterial, “una historia del presente”, el de la tercera década del siglo XXI.
El maestro de la crónica refuta la idea, lógica y natural en quienes viven una época determinada, de que las instituciones y los sistemas de valores que rigen ese tiempo histórico son definitivos, inalterables, como el amor institucionalizado en el matrimonio.
Para eso, aporta datos fascinantes. Van dos enlazados:
- “En esos días el mundo estaba lleno de países: 195 estados soberanos reconocidos. Quizá lo más distintivo de la época era que, salvo contadas excepciones, cada territorio se preciaba de gobernarse a sí mismo según sus propias leyes y maneras: ese orden, que entonces se presentaba como lógico y natural, no había sucedido nunca antes en la Historia. (…) Sólo siete de los 195 (países) existían como tales antes del 1800”, es decir, apenas 220 años antes.
- “No sólo la forma ‘país’ se había impuesto en todo el globo; la enorme mayoría de esos países usaba los mismos sistemas de organización y de gobierno (NdR: la democracia republicana). Era el que habían iniciado más de dos siglos antes (NdR: apenas dos siglos antes) las revoluciones burguesas de Estados Unidos, Francia y Ñamérica”.
El sentido común formula la siguiente pregunta: si la democracia republicana, que rige el lado occidental del mundo como una institución definitiva, no existió durante cinco mil años de civilizaciones humanas, ¿por qué debería quedarse para siempre?
La pregunta inquietante que surge hoy, frente al avance de la ola ultraderechista que crece en el mundo y toma un impulso vigoroso con el regreso de Trump a la Casa Blanca, es si es posible que vaya a durar tan poco.
Embed - Biden le habló a la nación tras el triunfo de Trump en las urnas | Noticias Telemundo
El jueves, Joe Biden, líder saliente de la fuerza política que se arroga la representación del espíritu democrático estadounidense, dijo que la derrota demócrata fue apenas un traspié y que el carácter se mide por la capacidad de levantarse después de caer. Habrá que ver. Por lo pronto, encarnada en el presidente al que no le quedaban fuerzas ni lucidez para liderar la campaña, la democracia luce cansada y confundida. Urge entender por qué.
Capitalismo de vigilancia y el camino a la corporatocracia
La socióloga Shoshana Zuboff popularizó en 2013 el concepto de "capitalismo de vigilancia", que refiere a la capacidad de las grandes coorporaciones de obtener información del público, que ni siquiera es usuario de los servicios específicos que prestan, sin su consentimiento; sin siquiera que la víctima advierta que sus datos personales están siendo transados como mercancías, más allá de que, a esta altura, todo el mundo ya sea consciente de que eso ocurre.
El fenómeno, a primera vista imparable en la era de la economía digital de la información, pone en pelirgo ya no a la democracia, sino, en una etapa incluso superadora, a los mismísimos Estados-nación que, como explicó el historiador del presente Caparrós, dominan el mundo desde el siglo XX pero ya no existían en el 1984 de Orwell, donde habían desaparecido bajo la forma de inmensos bloques del tamaño de los actuales continentes.
¿Ciencia ficción? Acaso no lo sea. Sin ir muy lejos, Javier Milei sueña con un mundo sin Estados, gobernado por un mercado completamente libre y todopoderoso. El mundo de los Elon Musk.