Inundaciones

Intendente de Cambiemos se opone a recibir agua de distrito vecino

David Hirtz (Carhué) expresó un rotundo rechazo a la intención de Guaminí de derivar los excesos hídricos de la laguna Alsina al lago Epecuén. “No más decisiones equivocadas”, apuntó.

No se apagan los diversos focos de conflicto que se suscitan entre jurisdicciones vecinas por el manejo del agua en el marco del crítico panorama de inundaciones que se registra en la provincia de Buenos Aires. En el oeste, mientras en la comuna de Guaminí solicitan una reunión del comité de la Cuenca de las Encadenadas para plantear el trasvase de excesos hídricos de la laguna Alsina hacia el lago Epecuén, el intendente de Adolfo Alsina (Carhué), David Hirtz (Cambiemos) puso de manifiesto un rotundo rechazo a esa intención.

 

“No más agua a Epecuén”, arrancó el comunicado el jefe comunal radical para recordar que “la ausencia de obras esenciales y la falta de mantenimiento de las pocas obras realizadas en los últimos 20 años en la Cuenca de las Lagunas Encadenadas del Oeste, han llevado a que cada ciclo de lluvias por encima de lo normal genere una crisis regional que se pretende resolver siempre de la forma más simple: volver a inundar Epecuén”.

 

Ante eso, dejó sentado: “No estamos dispuestos a permitir que ello ocurra por segunda vez”. Y argumentó: “Es absolutamente falaz la opinión de que a Epecuén le caben cinco metros más de agua, porque ello se contrasta con la inundación que nos provocaron. La realidad es que hoy a Epecuén le sobran dos metros de agua para llegar a la cota de 93 metros sobre el nivel del mar que dispone el Manual de Operaciones del Sistema, aprobado por la Autoridad del Agua, porque es la media histórica del lago, porque es la cota en la que se encontraba el previo a la inundación”.


Datos expuestos por Hirtz al fundamentar su rechazo al trasvase de excesos hídricos a Epecuén.
 

 

En esa línea, Hirtz advierte que su “comunidad no está dispuesta, 30 años después, a soportar nuevamente los daños humanos producidos por decisiones equivocadas, que nos han provocado perjuicios económicos y sociales, que hemos sobrellevado durante décadas”.

 

Poniendo énfasis en el aspecto turístico de la Villa Epecuén, Hirtz detalló: “Sus 4.000 plazas hoteleras y toda la infraestructura necesaria para el desarrollo de su actividad comenzó a ser sepultada en la década del 70 cuando el desacierto técnico construyó un canal que aportó aguas al sistema (el Ameghino), sin considerar como cerrar esa canilla si el ciclo seco cambiaba, lo que efectivamente ocurrió”.

 

“Así Epecuén fue quedando tras un terraplén que finalmente fue vencido en 1985 cuando todos los excedentes de la región se volcaron a este punto más bajo, provocando el inédito hecho de la desaparición de un pueblo entero bajo las aguas, por única vez en la historia del país”, añadió para advertir que “casi treinta años le llevó a la naturaleza devolver a Epecuén el nivel”, un humedal de “calidad irrepetible” por sus aguas “minero medicinales, únicas en el planeta, sólo comparables al mar muerto. Certifican esta aseveración múltiples congresos profesionales nacionales e internacionales que han catalogado el agua y los fangos de Epecuén como únicos, no sólo de la región o la provincia, sino también del país”.

 

Por tales razones, Hirtz puntualizó: “No más decisiones equivocadas, no más desinformación, no más agua Epecuén”.

 

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