SANTA FE EN LLAMAS

Un exjefe de la Agencia Federal de Inteligencia en Rosario está en la mira por sus lazos con el crimen

Tiene 51 años y ocupó otros cargos públicos. Buscan imputarlo por darles datos confidenciales a gente de Los Monos y un fiscal. El prófugo y los excomisarios.

Una causa penal que tiene 15 detenidos desnudó cómo una célula de Los Monos trasladaba droga desde tres provincias hasta Rosario. El caso revela una trama que conecta policías históricos de Drogas Peligrosas con un exuniformado que está prófugo y un exjefe de la delegación local de la Agencia Federal de Inteligencia que es el eje más opaco de la historia.

Esta nota se centra en este exfuncionario de la Agencia Federal de Inteligencia (AFI) afincado en Rosario, que ya está apartado de la AFI, y que fue llevado a indagatoria el pasado lunes. No se lo puede identificar por exigencias legales de confidencialidad, aunque su nombre es muy público en el circuito penal.

Cuando Gendarmería lo demoró hace 16 meses, quedó claro que, desde su posición jerárquica, había interceptado información reservada de una causa federal, en plena fase de investigación, y se las había pasado a un fiscal provincial de Rosario, para alertarlo de que había sospechas en su contra, y también a un policía sentenciado como colaborador de Los Monos.

El espía de la Agencia Federal de Inteligencia

El exagente de Inteligencia, de 51 años, aparece como doctor en registraciones públicas. Está vinculado a un polígono de tiro en una localidad del Gran Rosario frecuentado especialmente por policías de la Tropa de Operaciones Especiales para realizar prácticas. Allí acudía también el fiscal provincial Mariano Ríos Artacho.

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El fiscal de Rosario Mariano Ríos Artacho.

El fiscal de Rosario Mariano Ríos Artacho.

En un momento determinado, el exespía le avisó al fiscal que en una causa de una fiscalía federal habían detectado que un policía investigado por conexiones con actores del narcotráfico local, Juan José Raffo, se movía en un auto de su propiedad.

El mismo fiscal Ríos, al recibir la información, se lo contó a los fiscales del caso. Adujo que él había vendido ese auto que terminó en manos de Raffo a un comisario llamado Álvaro Rosales, que está imputado por delitos de abuso laboral contra una cadete de la Policía, pero que nunca supo que había llegado a Raffo, que es un exsuboficial condenado a cinco años y diez meses de prisión como miembro activo de la banda de Los Monos en 2018, a la que pasaba información.

¿Por qué motivos había saltado el tema del auto? Porque para fines de 2022 Raffo era seguido por fiscales federales de la Procuración contra el Narcotráfico (Procunar) en una causa que investigaba cómo Los Monos actuaban en el comercio de drogas del cordón industrial norte del Gran Rosario, entre Granadero Baigorria y San Lorenzo. Allí se advirtió que Raffo se había trasladado hacia el Aeropuerto de Ezeiza en un Chevrolet Cruze negro dominio AE618SR que, según el dominio registral, era propiedad del fiscal Ríos. Según la Dirección Nacional de Migraciones, en esa fecha abordó un vuelo a Miami.

¿Cómo supo Ríos que en una causa de la Procunar habían establecido que este policía condenado, nuevamente investigado por una trama narco, usaba un auto suyo? Porque según él mismo declaró, alguien se lo había dicho. Eso lo llevó a hablar en el mismo edificio donde trabaja con dos fiscales de la Unidad de Delitos Complejos, José Luis Caterina y Matías Edery, sobre la situación.

La primera caída

Todo esto derivó en que el 6 de enero de 2023 personal de Gendarmería siguiera al espía desde los viejos Tribunales Provinciales de Rosario y lo interceptara a las cinco cuadras, sin orden de detención, para secuestrarle su celular azul marca Xiaomi. El servicio de inteligencia se movía en un Fiat Cronos negro.

Este lunes, este exagente de la AFI, que hace siete años ejerció en Rosario la conducción de un organismo público nacional de bienes registrables y que estuvo en 2013 como empleado en una repartición de la Secretaría de Justicia de la Nación, fue llevado a indagatoria por fiscales federales de Rosario.

Está en un grupo con otros 14 implicados. Entre ellos narcos notorios, como Leandro “Pollo” Vinardi, de Los Monos, y Guillermo “Chupa” Sosa, barra brava de Newell’s Old Boys. También una decena de personas de la comunidad gitana implicadas en comercialización de drogas.

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Los fiscales de Procunar consideran en extremo grave que el exoficial rosarino de la AFI entregara información reservada al fiscal provincial Ríos y que se haya entrevistado con él sin autorización expresa del director general de la agencia. Quieren imputarle al exespía haber ayudado a Raffo a eludir la acción judicial en sumarios especialmente graves, dado que se lo acusaba por actos de financiamiento de narcotráfico, al igual que haber ocultado o hecho desaparecer información que vinculaba a los acusados con delitos de comercio de drogas.

Asimismo los fiscales indican que el espía borró mensajes mantenidos con Raffo en procura de impunidad. Y que todo se agrava por su condición de funcionario público. Los fiscales también le adjudican al exagente de AFI haber eliminado información relevante relacionada con las comunicaciones que mantuvo con el fiscal Ríos.

El caso del auto, al archivo

Cuando trascendió el caso del fiscal Ríos Artacho, la auditora general de gestión del Ministerio Público de la Acusación (MPA) era María Cecilia Vranicich, quien actualmente es la Fiscal General de Santa Fe. Vranicich se ocupó del caso al que consideró grave. Al pasar el informe a la Legislatura, aludió “a la utilización de un vehículo Chevrolet Cruze propiedad del fiscal Ríos Artacho por parte del expolicía Juan José Raffo, condenado por colaborar con bandas dedicadas al narcotráfico”.

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Fiscal General de Santa Fe María Cecilia Vranicich.

Fiscal General de Santa Fe María Cecilia Vranicich.

En su dictamen, la entonces auditora consignó el descargo de Ríos Artacho, realizado ante los fiscales Luis Schiappa Pietra y Matías Edery el 29 de diciembre de 2022. Ríos se presentó de manera espontánea porque “una persona” le había dicho que un auto suyo había sido fotografiado en Ezeiza tras haber trasladado a Raffo.

Agregó entonces que él le había vendido ese auto al comisario Álvaro Rosales, de quien se dijo amigo desde hacía diez años. Adujo que le llevó el auto a Pueblo Esther y que luego le firmó el formulario 08 de transferencia. “Desconozco qué hizo luego Rosales con ese vehículo”, señaló Ríos.

Vranicich no pareció conforme. Subrayó en su informe que la Policía de Seguridad Aeroportuaria (PSA) consignó que a la fecha que Raffo viajó a Ezeiza el Cruze seguía registrado a nombre de Ríos Artacho y que el fiscal mantenía además, y pagaba, el contrato de seguro del vehículo con la compañía San Cristóbal. Se inhibió de seguir actuando porque a su criterio las sanciones posibles para el fiscal superan los 60 días de suspensión, que es máximo de sanción aplicable por el Tribunal de Disciplina del MPA.

El criterio de la actual jefa del MPA no fue compartido por el fiscal de Delitos Complejos de la capital provincial, Federico Grinberg, que el último día hábil del año pasado, 30 de diciembre, archivó la causa penal abierta al fiscal Ríos. A su vez, la Legislatura de Santa Fe lo sancionó el mes pasado por 60 días sin goce de haberes por mal desempeño.

También se le reprochaba al fiscal haber concedido irregularmente a Rosales un Mercedes Benz secuestrado a un financista cuando el comisario se desempeñaba en Villa Constitución. El fiscal Grinberg admitió el descargo de Ríos, no advirtió que hubiera violado ningún tipo penal y desestimó el trámite.

Un barra de Rosario, la punta del ovillo

La punta de toda esta historia está en la investigación del asesinato de Nelson Chivo Saravia, líder de la barra de Newell’s, en su propia casa frente a su familia. Por este crimen está acusado y preso “Chupa” Sosa. En su teléfono peritado en 2022 se encontró un tratado actualizado de la corrupción en Rosario. Los mensajes de whatsapp en el teléfono dieron un mapa con los movimientos e identidades del enlace entre figuras del hampa civil y conocidos actores de la Policía de Santa Fe.

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El expolicía Juan Raffo, condenado como colaborador de Los Monos y ahora prófugo.

El expolicía Juan Raffo, condenado como colaborador de Los Monos y ahora prófugo.

La posesión de esa información disparó una serie de allanamientos para ubicar y detener a algunos. Se determinó que Chupa Sosa recibía advertencias desde la misma oficina de la fiscal Marisol Fabbro, que lo investigaba para detenerlo por el crimen de Saravia. Los que filtraban los datos de los allanamientos contra él eran los policías de Homicidios Luciano Arellano y Mauro Barúa. Ambos ya están condenados.

Juan Raffo era otro activo miembro del grupo de Chupa Sosa. Aparece en la agenda de contactos su teléfono anotado como “Flaco Juan”. En los contenidos del celular Raffo, de acuerdo al legajo, surge implicado en millonarios movimientos de dinero junto a Sosa. Y también es él quien le proporciona información sobre la causa penal de Sosa por el homicidio de Saravia.

La complejidad de este entramado se transparenta en una pesquisa paralela que comparte nombres en la Justicia Federal de Campana. El juez Adrián González Charvay comenzó a investigar una denuncia anónima en ese tribunal por presuntos delitos ligados a comercio de drogas.

El magistrado abrió un expediente a partir de una referencia concreta que señalaba que un grupo importante y conocido de policías, algunos que ocuparon lugares de jerarquía en la fuerza, se reunían todos los viernes en un galpón de Guatemala al 2200.

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Allí se menciona a Raffo junto al ex director de Drogas Peligrosas Alejandro Franganillo y al ex jefe de Unidad Regional II Marcelo Mendoza. Raffo en un diálogo con Chupa Sosa le anticipa que iban a cambiar las autoridades policiales y que los que llegaban eran conocidos. En efecto, Marcelo Mendoza fue designado poco después jefe de Rosario el 7 de octubre de 2021.

Raffo no pudo estar entre los indagados del lunes pasado porque está declarado prófugo a nivel internacional desde enero de 2023. Pero los fiscales señalan que el nombre del agente de la AFI no puede mantenerse en reserva ya que su intervención en esa calidad ya fue revelada ante otros imputados en esta misma causa.

No obstante, el agente logró diferir la indagatoria. Los fiscales federales dicen que la condición de fugitivo de Raffo se relaciona con la aceitada relación que mantenía con el espía y la información que le proporcionó para eludir la acción judicial.

La fiscal de San Lorenzo Melisa Serena.
El fiscal de Rosario Mariano Ríos Artacho deberá defenderse ante la Legislatura.

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