Mientras las llamas de la recesión de Javier Milei asfixian a una parte grande de la productividad de Santa Fe, algunos sectores caminan sobre amianto. Parte del círculo empresario comenta, por lo bajo para no soltar ingratitud en plena crisis, que sus negocios van al trote y que el segundo semestre habrá una consolidación y/o recuperación.
Fantasía para muchos, despegue palpable para otros, lo cierto es que hay ciertos motores encendidos en la zona núcleo que pueden gambetear la resaca de una economía ajustada, la inflación alta sostenida, el consumo interno apagado y la baja productividad.
Carne y fierros de Javier Milei
La maquinaria agrícola pica en punta con las expectativas de facturar lindo y parejo. Estiman buena demanda cuando los chacareros empiecen a liquidar soja y maíz, aún más si el tipo de cambio sube como pretenden. Ya se huele una presión intensa en las próximas semanas en este sentido de parte de todo el sector primario y agroexportador.
La industria de la maquinaria es un rubro dependiente 100% del ánimo del campo, a quien hasta le copia ciertos sollozos. Mostró músculo en la Expoagro 2024 y a partir de julio se espera que contratistas y productores la gasten en la renovación del parque vehicular agrícola.
Si de algo podría agarrarse Javier Milei para mostrar los alcances de las desregulaciones, es del sector frigorífico exportador. Tienen cierta previsibilidad luego de que no corra más la preservación de algunos cortes para el mercado interno. Son 14 los frigoríficos locales bajo la paradoja de festejar exportaciones, pero no el consumo interno que está deprimido. Ciribe, Friar, Paladini, Marfrig, Mattievich, Sodecar y Swift son algunos.
Aceite hirviendo
El sector de molienda de oleaginosas, es decir, harinas y aceites, se mueve con buenas perspectivas. En enero tuvo una suba interanual de casi 20% según Fisfe, todo un bicho raro en la industria local. “Todo lo que es agroindustria es ganador”, definen en el gobierno provincial. Pero ese éxito podría jugarle en contra a las cerealeras a la hora de negociar paritarias, porque a los trabajadores sí le golpea el pacman de la inflación.
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La agroindustria se mantiene con buen ritmo en la Argentina de Javier Milei
El miércoles a las 22.30, a horas que comience el fin de semana extralarge, la Federación Aceitera se declaró en estado de alerta y asamblea ante la falta de acuerdo salarial. Acusa a las cerealeras de “una clara falta de empatía con la situación de los empleados aceiteros en la difícil coyuntura económica que atraviesa la clase trabajadora”.
A renglón seguido planteó un piso de $1.223.000, perlado para un recién ingresado. Parece difícil que los techos salariales que plantea Toto Caputo se cuelen en la negociación aceitera, al menos sería contraproducente un paro que nunca baja de semanas.
La revelación
El otro sector que camina ancho y hasta podría definirse como el ganador de la época es el de proveedores de la industria del gas, petróleo y minería. La bonanza no es de ahora ni gracias a alguna medida de Javier Milei, se viene consolidando desde hace unos años y no afloja.
En Santa Fe hasta se ha institucionalizado con una mesa que coordina el gobierno provincial en el ministerio de Desarrollo Productivo. Hay 250 empresas que la vieron: desde fabricación de tanques, hasta viviendas adaptadas para trabajadores de las minas o la zona de Vaca Muerta.
También tratamientos térmicos de piezas para el fracking, acoplados para piedras, semirremolques y toda una siderurgia especializada para grandes obras. Una de estas es Laminados Industriales, ubicada en Villa Constitución, como Acindar pero sin los problemas de producción de la acería.
El pronóstico
“Analizando el volumen de ventas nos encontramos frente a un escenario similar al 2016 y en este sentido lo tomamos como un año de transición y acomodamiento de las variables macro”, explicaron a Letra P en la empresa. Con las variables proyectadas para el segundo semestre en mano, el gobierno provincial coincide parcialmente con ese diagnóstico y resalta que no existe "endeudamiento comercial ni bancario y la cadena de pago está intacta".
Incluso la empresa confía en hacer fuertes inversiones en la provincia, decisión que probablemente tenga que ver con la visita en un mes del dueño italiano del Grupo Beltrame, propietario de la firma local. El gobierno ya agenda un encuentro con Maximiliano Pullaro.
Sin embargo, no se enrolan en los vientos libertarios y ponen una luz amarilla. “Nos preocupa el ingreso indiscriminado de productos desde el exterior en la región y tomamos como ejemplo los casos de México y Brasil, donde el impacto de las importaciones ha llevado a ambos gobiernos a establecer paraaranceles a diferentes países con el fin de mantener sus industrias”. Hay una cosa que tienen en claro todos estos sectores: el amianto puede fallar.