REVOLUCIÓN FRANCISCANA

Jorge Bergoglio lo hizo: una grieta a la cúpula de cristal del Vaticano

El papa decidió que haya mujeres con voz y voto en asambleas sinodales. Beneplácito de activistas católicas y dudas por la elección a dedo de las participantes.

La revolución que se esperaba del jesuita argentino Jorge Bergoglio tras su llegada al papado, hace ya una década, acaba de iniciarse y, tal vez, por el lugar menos pensado: una grieta a la cúpula de cristal del Vaticano para darles visibilidad, presencia, voz y voto a las mujeres –son más de la mitad de la feligresía de la Iglesia- en las estructuras vaticanas dominadas por obispos y cardenales, todos varones.

Hubo otros indicios revolucionarios en estos diez años de pontificado, pero ninguno con tanto ruido como el anunciado hace más de una semana. No fue la posibilidad de que las personas de fe católicas divorciadas y vueltas a casar civilmente puedan comulgar, ni la expulsión de los clérigos pederastas y de los encubridores. Tampoco la reforma integral de la curia romana; ni siquiera el proceso para extirpar la corrupción interna hasta transparentar las finanzas vaticanas.

La novedad, sin precedentes, que sacude a la grey católica e interpela a la opinión pública mundial, es la decisión de Francisco de que religiosas elegidas por sus congregaciones y un centenar de personas laicas, la mitad mujeres por su disposición expresa, participen de las asambleas sinodales de octubre 2023 y 2024 en Roma y voten por primera vez el documento final que sirve al papa para tomar decisiones sobre el futuro de la Iglesia.

Monjas alemanas
Monjas alemanas reclaman el voto femenino en el Sínodo

Monjas alemanas reclaman el voto femenino en el Sínodo

Teólogas, monjas y activistas católicas que desde hace años luchan por la igualdad entre mujeres y varones en una institución a la que definen “meramente patriarcal”, recibieron con beneplácito la apertura e inclusión de Bergoglio del genio femenino en las estructuras vaticanas. “Histórico”, “sin precedentes”, “esperanzador” han sido algunas de las apreciaciones que se escucharon de los colectivos religiosos tras conocerse la novedad franciscana.

"La presencia de un grupo significativo de mujeres con derecho a voto es una disposición inédita que enriquece el dinamismo eclesial manifestando la apertura y la disponibilidad a acoger la novedad de Dios que está, progresivamente, renovando la Iglesia y haciéndola emerger con toda su riqueza", opinó Nadia Coppa, la monja italiana que preside la Unión Internacional de Superioras Generales (UISG) que representa a todas las congregaciones religiosas femeninas.

Revuelta de Mujeres en la Iglesia, un colectivo que lucha por la igualdad en las estructuras eclesiásticas, hace una lectura similar de la decisión papal, pero pone reparos. “Es un avance histórico, aunque insuficiente”, advierten sus integrantes en una declaración, y atribuyen la nueva disposición papal al activismo y la voz alzada de las mujeres para “abrir una grieta en el pesado muro del clericalismo, que ha impedido a las mujeres tener voz y voto en los sínodos sin justificación alguna más allá del sexismo clerical”.

https://twitter.com/RevueltaMujeres/status/1651281968506470412

Incertidumbre por la elección a dedo

“Realmente la tienda se está ensanchando”, resumió un grupo de mujeres integradas en esferas eclesiásticas locales consultadas por Letra P, parafraseando el texto bíblico que es lema del Sínodo de la Sinodalidad del que serán partícipes, con voz y voto, a raíz de la decisión del pontífice argentino.

Esas referentes argentinas alertaron sobre algunos datos que surgen de la lectura fina de la instrucción papal: las mujeres serán a lo sumo un 20% del total de asambleístas sinodales presente en Roma y su designación como delegadas serán “a dedo” y desde las mismas estructuras preexistentes tanto en Buenos Aires como Roma. “¿Serán todas voces conocidas y con criterios episcopales, o habrá opiniones menos prudentes, que se salgan del libreto, sobre el devenir de la Iglesia?”, plantearon.

La selección de obispos que participarán del sínodo fue realizada –pudo certificar Letra P- en la asamblea plenaria de la Conferencia Episcopal Argentina (CEA) que concluyó hace una semana en una casa de retiros en Pilar. De allí surgieron los nombres de los prelados que irán a Roma en octubre, que no trascendieron con la excusa de que “todavía no son oficiales” y deben ser remitidos al Vaticano para la aprobación definitiva del papa. Resta saber cómo será la modalidad para elegir tanto a las religiosas como a las representantes laicas (también de varones) argentinas.

Mujeres católicas
Mujeres católicas reclaman voz y voto a Jorge Bergoglio

Mujeres católicas reclaman voz y voto a Jorge Bergoglio

El primer paso reformador

Esta decisión de Bergoglio de permitir el voto femenino en la mayor asamblea de la Iglesia, a excepción del Concilio, se encuadra en un camino de integración por etapas que –como contó Letra P- se inició en julio pasado con la elección de tres mujeres para formar parte del Dicasterio de los Obispos, la dependencia vaticana que perfila y selecciona a los prelados varones que estarán al frente de las diócesis del mundo.

Las elegidas por Bergoglio fueron la argentina María Lía Zervino, presidenta de la Unión Mundial de Organizaciones Femeninas Católicas (UMOFC); la monja francesa Yvonne Reungoat, exsuperiora general de las Hijas de María Auxiliadora, la rama de mujeres de los Salesianos de Don Bosco; y la religiosa italiana Raffaella Petrini. Las tres ya participan del casting de los futuros obispos y ponen bien la lupa para que ningún candidato con tendencias abusivas se calce la mitra episcopal.

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