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Rebelión en La Granja: intendente del PRO estatizó el transporte urbano como Germán Kammerath en 2001

El jefe del pequeño pueblo del Gran Córdoba, Miguel Pittaro, pausó su credo liberal por la salida de la firma privada. Giro y municipalización a las apuradas.

Las concepciones ideológicas duras pueden servir para el debate político, pero a la hora de gobernar, y especialmente si se trata de la escala municipal, parece mandar el pragmatismo. De esa lógica puede dar fe el intendente primerizo Miguel Pittaro (PRO), al frente de la pequeña localidad de La Granja, en el denominado corredor de Sierras Chicas, a 60 kilómetros al norte de la ciudad de Córdoba.

Cuando todavía se está acomodando a la gestión municipal, se le cayó el servicio de transporte urbano que prestaba la empresa Eder, a través del grupo Fonobús.

El contrató terminó y a la empresa no le interesaba demasiado continuar porque el servicio no es masivo, sino más bien de carácter social: traslada mayoritariamente a estudiantes que van a la escuela.

Giro pragmático de Miguel Pittaro

Rápido de reflejos, Pittaro puso en pausa su credo liberal, ese que manda que el mercado y la iniciativa privada deben ser la primera opción. Creó en 20 días una mini empresa municipal de transporte.

Compró dos coches usados a la firma Coniferal, una histórica en el servicio urbano de Córdoba Capital, y los puso ya a circular a lo largo de la ruta E-53.

“Invertimos $30 millones de pesos en algo que no teníamos previsto. Pero estamos ordenados, así que lo afrontamos con recursos propios. Y además pudimos darle trabajo a tres personas desocupadas: dos choferes y un administrativo”, dice el intendente.

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El servicio está en funcionamiento hace dos semanas, con unidades de mayor porte. En concreto, tienen una capacidad para 47 pasajeros, cuando antes había combis de 24 asientos. También, cubre un recorrido de cuatro kilómetros más, para completar un tramo total de 32 kilómetros.

“Entramos a la zona de Los Molles y otros parajes. Hay una familia que antes tenía que caminar cuatro kilómetros para tener transporte y ahora se lo achicamos a un kilómetro”, comenta el intendente, con la lógica del pueblo chico, donde todos se conocen.

La historia se repite en Córdoba

Salvando las diferencias de época y sobre todo de escala de prestación, esta “municipalización” a las apuradas trae a la memoria lo que ocurrió con el exintendente de Córdoba, Germán Kammerath, ucedeísta y liberal, cuando lanzó una mega licitación para el transporte urbano de la capital en 2001.

De las tres ganadoras de esa compulsa, todas firmas privadas, dos desertaron antes de arrancar y Kammerath, que aborrecía el Estado, se vio obligado a crear la empresa municipal Tamse, cuyos coches, más de dos décadas después, todavía siguen circulando.

Pittaro se ríe cuando le mencionan la comparación, se atiene a la coyuntura que le toca administrar y a las posibilidades reales de solucionar un problema.

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El secretario de Transporte del gobierno de Córdoba, Marcelo Rodio, participó del lanzamiento del sistema de transporte de La Granja.

El secretario de Transporte del gobierno de Córdoba, Marcelo Rodio, participó del lanzamiento del sistema de transporte de La Granja.

“Cuando llegás a este lugar donde estoy y tenés que dar respuestas a los vecinos, a la ideología y las cuestiones partidarias las tenés que dejar en la puerta. Comprar colectivos no estaba en mis planes, pero fue la salida para mejorarle la vida a mis vecinos. Por eso lo hice”, resalta el intendente al cual la realidad lo llevó a archivar las cavilaciones sobre si se necesita más o menos Estado.

Eso quizás influya en otros estamentos de gobierno más grandes. En un municipio chico, manda el pragmatismo.

Martín Menem, junto al diputado Luis Picat e intendentes del Gran Córdoba.
Gabriel Frizza, Martín Llaryora y Gustavo Brandán.

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