Horacio Rodríguez Larreta reunió este martes en Vicente López a toda la tropa de dirigentes sin tierra de la Primera y la Tercera secciones electorales de Buenos Aires que lo acompañaron en su fallida carrera presidencial y ordenó alinearse detrás de las candidaturas de Patricia Bullrich y Néstor Grindetti. De todos modos, el jefe de Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires, quien estuvo escoltado en todo momento por Diego Santilli y Federico Di Benedetto, avisó que no deben enrollarse las banderas de la moderación. "Voy a seguir construyendo una opción de centro", sostuvo.
La reunión, que comenzó pasadas las 14 y se extendió por más de una hora y media, se realizó en la parrilla La Calesita, lugar que fue testigo de buena parte de las últimas reuniones cerradas del larretismo. Aunque no se percibió el esplendor de otros tiempos, incluso algunos comensales notaron que el menú de empanadas, carnes y vinos fue mucho más modesto, la asistencia detrás de Larreta y Santilli fue casi perfecta. Sólo faltaron Segundo Cernadas, quien no habría avisado que se bajaba de la convocatoria, y Martiniano Molina, que sí avisó que no asistiría por estar de viaje en el exterior y en su reemplazo envió a su operador político Guillermo Galetto.
Estuvieron todos quienes alguna vez pasaron por las oficinas que Santilli tiene en la Ciudad sobre la calle Salguero y que hasta el domingo funcionó como búnker personal; por caso, los dirigentes Guillermo Viñuales (Lomas de Zamora), Sebastián Neuspiller (Pilar), Julián Amendolaggine (Berazategui), Lucas Delfino (Hurlingham) y Florencia Casamiquela (Florencio Varela). Di Benedetto, secretario de Comunicación en la Ciudad, fue uno de los estrategas de campaña de El Colorado. Sebastián Abella fue el único intendente presente en el lugar.
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"Si ganamos el gobierno, vamos a seguir construyendo una opción moderada y de centro democrático; lo vamos a hacer con todos los que tengan ganas de seguir este camino. Si no lo logramos, vamos a construir esa misma opción desde el lugar que nos toque", arengó Larreta según pudo reconstruir Letra P. El mensaje, que buscó contener y dar ánimo a la dirigencia, estuvo centrado en que, para el alcalde porteño, las experiencias de administraciones extremas -léase Javier Milei o una versión ultra de JxC- "no funcionaron" en otras partes del mundo. De ahí que haya insistido en su idea de construcción de una nueva mayoría, aunque, ahora, después de la derrota, a más largo plazo.
Pese a que se podría decir que la cumbre fue exitosa desde la convocatoria, las conversaciones entre Larreta, Santilli y sus dirigentes no alcanzaron a difuminar los reproches en forma de pregunta que se hicieron muchos de quienes participaron: "¿Cómo seguimos?".
El desánimo fue notorio durante la reunión, aunque en menor medida entre dirigentes que lograron un triunfo en sus distritos. Aun así, derrotados y triunfantes escucharon las exposiciones con muchas dudas: reconocen no saber aún cómo se integrarán a la campaña de los halcones, bajo qué condiciones y con qué incentivos: afirman que no hubo una oferta concreta de qué lugares ocupar de cara las generales y en un eventual gobierno de Juntos por el Cambio (JxC).
La reunión de este martes en la Primera sección y la que se realizará este miércoles en la Tercera buscan dar cierta certidumbre a estos y otros dirigentes locales, al tiempo que intentan mostrar fotografías de unidad que ayuden a sanar heridas, motivar la militancia de la boleta y alejar fantasmas de ruptura en la coalición.