La transición entre la gestión de Omar Perotti y el gobierno por venir de Maximiliano Pullaro tendrá este martes su primer capítulo: a las 16, en la Casa Gris, se sentarán tres y tres de cada lado de la mesa para empezar a intercambiar información y pedidos y tejer acuerdos.
Presupuesto, decretos con designaciones de personal político, deuda flotante y estado financiero de la provincia son temas centrales de la agenda que llevarán los representes de Unidos seleccionados por el gobernador electo. Se trata de dos senadores radicales cuyos nombres suenan para asumir responsabilidades en el gabinete a partir de diciembre, Lisandro Enrico y Felipe Michlig, y Gustavo Puccini, secretario parlamentario de la Cámara de Diputados, hombre de extrema confianza de Pullaro.
Enfrente se sentarán tres perottistas de pura cepa. Juan Manuel Pussineri y Marcos Corach, ministros de Trabajo y de Gestión Pública, respectivamente, y Alcides Calvo, senador por Castellanos y uno de los pocos peronistas que logró la reelección.
Según fuentes de la Casa Gris, la presencia de Pussineri está relacionada al tema paritaria de estatales. Si bien hay una hoja de ruta hasta fin de año acordada con los gremios, que incluye cláusula gatillo para no perderle pisada a la inflación, la evolución de la masa salarial es un tema central en el manejo de la hacienda provincial.
El temario no incluirá lo que era el ítem más urgente y tenso: el pedido de acuerdo del Ejecutivo a la Legislatura para 42 pliegos de jueces de primera instancia y camaristas, ya que este lunes a la mañana el gobernador Perotti optó por retirarlos ante la certeza de que el jueves a las 13, fecha en la que estaba convocada la Asamblea Legislativa para tratarlos, Unidos los rechazaría en bloque.
La oposición le había pedido al gobernador que no enviase el paquete, pero en la misma semana de las elecciones Perotti redobló la apuesta y los ingresó a la Legislatura. Tras ganar por abultada diferencia la gobernación y las dos cámaras, Pullaro dijo que el gobierno debía retirarlos. Explicó que no se trataba de un cuestionamiento al procedimiento de selección ni a los nombres en sí, sino porque el nuevo gobierno pretende, antes de seguir completando vacantes, tener un mapa fino de las necesidades y prioridades.