El cambio de época y el reseteo en el sistema político tradicional obliga al Movimiento Popular Neuquino (MPN), estructura ramificada que ganó elecciones provinciales en Neuquén durante más de 60 años, a modificar su estrategia para sobrevivir. Lo que en un principio fue el anuncio de aportar a la gobernabilidad para el flamante mandatario, Rolando Figueroa, por estas horas emerge como una mesa intrapartidaria que se adapta obligatoriamente a los tiempos que corren.
Al menos esa es la propuesta que formuló el diputado Osvaldo Llancafilo, hoy voz y ojos del gobernador en la Cámara de Diputados. Con autocrítica, quien fuera ministro de Gobierno y Educación en el segundo mandato de Omar Gutiérrez pidió desandar lo hecho durante este año, tal como ocurrió en la última reunión de la Convención emepenista que encabeza el histórico Jorge Sapag.
“Hay que trabajar en positivo de cara al futuro”, dijo a Letra P el diputado. “Es fundamental, en este refuncionamiento de la política nacional y provincial, conformar una mesa intrapartidaria para colaborar con el actual gobierno neuquino”, sostuvo.
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Carlos Saloniti, de San Martín de los Andes, y Osvaldo Llancafilo. El MPN se reorganiza en 2024.
Lo que Llancafilo desliza no es más que otra expresión del cambio de época. Mientras buena parte de la estructura emepenista se sumó a la gestión de Figueroa con cargos o funciones en segundas o terceras líneas, en las filas del partido patagónico se trabaja en la gestación de una mesa intrapartidaria conformada por tres integrantes de la Junta de Gobierno, tres integrantes de la Convención y las presidencias de las 22 seccionales partidarias distribuidas por todo Neuquén.
Si bien la alianza multicolor Neuquinizate se hizo con el poder el pasado 16 de abril gracias al pacto entre Comunidad, el PRO, sectores kirchneristas, radicales y peronistas, el MPN mantiene un enorme poder territorial y controla municipios como Neuquén capital o San Martín de los Andes, una de las joyas de la cordillera gobernada por Carlos Saloniti.
Este nuevo espacio de articulación, que propicia la “modernización”, profundiza lo dicho por Sapag a este medio apenas finalizó el encuentro partidario de la semana pasada. “Hay que asegurar la gobernabilidad de la provincia y de los municipios en este marco de grave crisis económica y social del país”, comentó el presidente de la Convención ante la consulta Letra P.
Lo que el exgobernador aclaró, elementalmente, es el aporte que puede hacerle al gobierno con los votos en la Legislatura neuquina. En el parlamento local el MPN tiene un nutrido bloque de 10 bancas que es fundamental para la aprobación de las leyes que necesite el Ejecutivo.
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Llancafilo recorre los municipios del interior profundo del MPN.
El mejor ejemplo se dio en la última sesión, cuando la Cámara avaló la eliminación de jubilaciones de privilegio. Durante el tratamiento del proyecto para modificar la Ley 3.421 el bloque que conduce Gabriel Álamo se expresó acompañando con el voto y con una nota en el que proponía sumarse al régimen jubilatorio ordinario.
“Hay que colaborar con Rolo y los intendentes, por eso hay que mirar hacia adelante”, repite Llancafilo, al referirse al proceso electoral superado. “No hay que personalizar la derrota. En una elección, cuando se gana, son todos padres. Cuando se pierde, son todos tíos terceros”, analizó.
La mesa, de conformarse, tendría su primer plan de acción este verano. Un tiempo que aparece convulsionado y atravesado por la incertidumbre que propicia la gestión presidencial de Javier Milei, en la que Neuquén no es ajena a la motosierra que recorta de manera brutal los fondos públicos.