Martín Berhongaray no quiere subirse a la competencia de octubre. El exdiputado pone en un serio aprieto a la UCR de La Pampa, que le mete presión para torcer su voluntad mientras busca otro trole que tomar para seguir en su camino a las elecciones.
El boinablanca que mejor mide no quiere competir. "El partido está desorientado”, acusó otro pretendiente frustrado. Danza de nombres y encuestas.
Martín Berhongaray no quiere subirse a la competencia de octubre. El exdiputado pone en un serio aprieto a la UCR de La Pampa, que le mete presión para torcer su voluntad mientras busca otro trole que tomar para seguir en su camino a las elecciones.
El partido está “desorientado”, como si fuera el tango, acusó Ramiro Passo, un postulante frustrado que hizo el intento de competir en la interna convocada formalmente por la UCR, pero que fue desactivada por la Junta Electoral porque las dos listas que se presentaron estaban flojas de papeles.
Esa puja por supuestas candidaturas no tenía sentido porque se da por hecho que el radicalismo acordará con el PRO antes del 14 de agosto, pero el trámite igual le hizo un flaco favor las miradas que se posan sobre el espacio boinablanca. Passo y Félix Iturrioz se habían anotado para competir entre ellos, los dejaron con las ganas y lo que se hizo visible fue el pataleo.
Berhongaray es, por lejos, el dirigente boinablanca que mejor mide en cualquier encuesta. Aunque desde que dejó la banca en el Congreso estuvo mirándola más de afuera que de adentro, “Pachequito” sostiene la mejor imagen e intención de voto pese a que ni siquiera hizo apariciones para posicionarse a favor o en contra del gobierno nacional.
Después de largos meses deshojando la margarita, tiene una decisión tomada que ya confesó a sus amigos y dirigentes más cercanos, no le entusiasma en lo más mínimo exponerse electoralmente para pelear una banca en el Congreso.
Por un lado, quedó impactado negativamente por su última experiencia. “No es un ámbito donde te puedas sentir productivo”, repite desde que dejó la banca. Por otro lado, desde hace tiempo pretende ser gobernador y cree que es coherente con esa definición cuidarse para llegar del mejor modo a 2027.
En 2023, Berhongaray hizo como candidato al Ejecutivo provincial la mejor elección de la UCR, quedó a 5 puntos del reelecto Sergio Ziliotto, que conservó así el invicto peronista desde el regreso de la democracia.
Berhongaray evalúa cuál es el mejor momento de hacer pública su decisión. En los pasillos ya se conoce, entnces ya comenzó una fase que incluye aprietes a quienes, desde otras líneas internas, lo quieren llevar a que sea candidato "por el bien del radicalismo". Hubo ejemplos de las dos posturas en las últimas horas.
Poli Altolaguirre, jefe del bloque legislativo provincial, referente de la Celeste y uno de los principales impulsores de Berhongaray, ya dijo que “Martín puede ser candidato a gobernador en 2027 sin ser candidato a diputado este año”.
Desde el otro rincón, el presidente del partido Federico Guidugli, referente del sector Azul, le metió presión al considerar que "es el candidato que está unificando al partido". "Me parecería importante que pueda dar el paso, todavía queda tiempo y estamos trabajando por eso”, afirmó.
Guidugli y la UCR quedaron mezclados en otra situación incómoda cuando el partido convocó formalmente a elecciones internas para la postulación legislativa. Aunque aclaró que esos comicios quedarían en la nada si se concretaba una alianza con otro partido, se anotaron Passo e Iturrioz, dirigentes poco conocidos, de escaso volumen político.
Cuando la Junta Electoral bajó las dos listas por defectos formales en la presentación, los dirigentes se quejaron y dijeron que les impedían la participación. Passo llegó a decir que se había tramado una “candidatura a medida” de Berhongaray.
Si Berhongaray no juega, la UCR necesita “un plan B”, según la propia expresión del presidente del partido. Dirigentes competitivos no sobran.
La primera que asoma como posibilidad es Marcela Coli, la diputada nacional que concluye su mandato el 10 de diciembre y que no disimula su ambición de continuidad. El Encuentro Nacional de de Mujeres Radicales, en Santa Rosa, le dio un espaldarazo.
Coli está en la vereda de enfrente de Javier Milei, empezó la gestión de modo comprensivo con la gestión libertaria, pero tras alinearse con Facundo Manes es claramente una referencia opositora. Eso le da un perfil claro, pero le vale cuestionamientos. Oriunda de la suroesteña 25 de Mayo, tampoco resalta por su intención de voto o nivel de conocimiento.
Si ella es la candidata boinablanca, puede ratificarse una tendencia, con Berhongaray en la cancha, en La Pampa aparece como probable un triunfo peronista y una puja por el segundo puesto entre la UCR-PRO y La Libertad Avanza. Sin Berhongaray en la cancha, los sondeos anuncian un viraje de algunas simpatías radicales hacia el partido violeta.
El escenario de tercios, que asoma como lógico, puede sufrir algunas modificaciones cuando se coloquen los nombres propios. Berhongaray hace crecer mucho la marca de la UCR. Adrián Ravier, el postulante cantado de LLA, tiene escaso nivel de conocimiento y no llega ni al 10% de intención de voto por su propia cuenta, pero como “candidato de Javier Milei” tiene un piso del 21%.
Hay sectores de la UCR que tienen un sueño de improbable concreción, que la candidata sea la actual intendenta de la norteña Eduardo Castex, Mónica Curutchet. Ella misma ya dijo que pretende terminar su mandato y aclaró que no le gusta la idea de ser un “Plan B”.