Algunos de los principales integrantes de la cúpula de Juntos están convencidos de que si no ganan en Buenos Aires, la provincia del 38% del padrón electoral nacional, no les será posible acceder nuevamente a la Casa Rosada. De ahí que, en las últimas reuniones, hayan exigido a los líderes nacionales una estrategia electoral diferenciada para el territorio bonaerense, que contemple la mirada de los jefes territoriales y evite la dispersión de votos a través de las internas.
Según pudo saber Letra P de distintas fuentes consultadas en los municipios y la Legislatura bonaerense, buscan, por un lado, ciertas reglas de competencia interna a nivel bonaerense, para evitar que el liberalismo continúe ampliando su base electoral, sobre todo en el conurbano, y, por el otro, hacerse de una estructura política y de gestión con el suficiente volumen como para ponerla a disposición de un eventual presidente o presidenta del PRO.
“El escenario que nos marcan las encuestas hoy es de tercios, donde no está claro todavía quién puede ser el ganador, pero creemos que tenemos grandes oportunidades de volver a ganar a nivel nacional, pero no va a ser posible si no lograrmos ganarle a (Axel) Kicillof en la provincia y, al menos, en nuevos municipios, tal como sucedió en 2015”, analizó ante este medio un jefe comunal.
La idea fue advertida por el jefe de Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires, Horacio Rodríguez Larreta, quien en una reciente reunión con los dirigentes que no gobiernan sus distritos les pidió “poner todos los esfuerzos” para ganar nuevos territorios que le sirvan de sustento político en un eventual gobierno suyo. “Necesitamos ganar la provincia y que ustedes ganen en 10 nuevos municipios bonaerenses”, los alentó.
De todos modos, si bien la mesa bonaerense logró cierto consenso con Larreta y Patricia Bullrich respecto a la estrategia de la “V”, algunos intendentes todavía dudan de que los dirigentes nacionales comprendan “el valor” de la veintenea de distritos que controlan y el peso de la provincia en la que se gana por un voto. Sobre todo, en un contexto en el que el gobernador Kicillof se mantiene al tope del podio en las encuestas, aunque por escaso margen, y el ultraliberalismo de Javier Milei amenaza con meterse en segundo lugar en las primarias.
“Si continuamos dividiéndonos y peleando en los distritos y en la provincia, corremos el enorme riesgo de que nuestros candidatos queden terceros y cuartos en las primarias. Eso va a ser muy difícil de remontar hacia las generales. No hay posibilidad de que apuesten por nosotros si Kicillof queda primero y el candidato de Milei, segundo”, apuntó otra voz que arma en el interior de Buenos Aires.