Hay una línea invisible quePatricia Bullrich y Horacio Rodríguez Larreta saben que no deben cruzar si quieren evitar que la interna entre ambos se desmadre y perjudique las chances de que uno de ellos llegue a la Casa Rosada. En un ambiente de total desconfianza y con los canales de diálogo rotos, sus equipos coinciden en algo: deben cuidar la marca de Juntos por el Cambio (JxC) porque después de las primarias sus caminos se cruzarán en una lista única con la necesidad de sentarse a negociar.
La semana arrancó con un golpe para Bullrich por la derrota aplastante de Carolina Losada en la interna de Santa Fe contra Maximiliano Pullaro, que contó con la banca de Larreta. El hecho llevó a la mesa chica de la exministra a poner en duda el tono incendiario de su campaña, al menos en su estrategia en las provincias. La senadora acusó a su rival interno de narco y fracasó. ¿Cómo volver de ese lugar? ¿En el interior se respira el mismo hartazgo que en la zona metropolitana de Buenos Aires?
Cerca de Larreta intuyen que a Bullrich le calzaron bárbaro las declaraciones del lilito Juan Manuel López, que advirtió que una presidencia de la exministra podría terminar con un estallido como el de Fernando De la Rúa. El larretismo analiza que el nido halcón aprovechó esa frase para “sobreactuar victimización” con una dura carta en la que le piden a Larreta que se retracte y silencie a las voces de su sector que se sobregiran.
“Decir eso es no entender cómo funciona la Coalición Cívica: no les podemos pedir que no digan nada y ellos lo saben, aprovecharon una declaración dicha con muy mal timing para dar vuelta su campaña incendiaria porque ven que no penetra en la gente a la hora de votar”, dijeron a Letra P desde la mesa chica del jefe de gobierno porteño. Larreta también tuvo una reacción inmediata a la carta y se defendió asegurando que jamás agravió a nadie.
Pero los hombres que rodean a Bullrich hablan de un “patrón” que se repite en el que Larreta se calla y manda “soldados” a atacar. “Primero (Miguel Ángel) Pichetto dice que Patricia tiene ADN originario de los 70', después (Elisa) Carrió que si se acerca a Javier Milei va a haber delitos de lesa humanidad y ahora las declaraciones de López”, dijeron a Letra P.
Para matizar los ataques propios y acusar los ajenos, en el bullrichismo aclaran que las críticas de su jefa siempre fueron direccionadas al modo de hacer política de Larreta y no “a la persona”, aunque los límites de esa premisa son algo difusos.
Más allá de las chicanas cruzadas y de que se haya interrumpido el diálogo entre sus interlocutores designados -Juan Pablo Arenaza por Bullrich y Fernando Straface por Larreta- desde el entorno de ambos precandidatos presidenciales hay una coincidencia: hablan de una especie de “línea invisible” que ninguno puede cruzar. El límite -todavía difuso- es “no herir la marca” de JXC. El dilema es la falta de mediación para definir claramente la frontera de lo permitido. Con Mauricio Macri en el exterior (regresa la próxima semana), no hay un tercero que pueda arbitrar entre ambos bandos. Tampoco hay garantías: antes de viajar, el expresidente intentó interceder en Santa Fe y fue desautorizado por Losada.
Ante un momento de debilidad del oficialismo que lo llevó a un rebranding para esas elecciones y el libertario Milei que funciona de modo unipersonal, Bullrich y Larreta sostienen que JxC es la única marca potente en 2023. No dañar al espacio es el único compromiso que hoy repiten y asumen, aunque escale la brutalidad entre ellos. Por ahora ninguno tocó el botón rojo.
Córdoba nos une
En ninguno de los dos campamentos ponen en duda la unidad de JxC. Este domingo habrá otra prueba de fuego en Córdoba, ya que la ciudad capital elige intendente y la alianza lleva como candidato único a Rodrigo De Loredo, un diputado que responde a Martín Lousteau. Tanto Bullrich como Larreta fantasean con abrazar al aspirante en caso de que, como indican los números que manejan, haga una elección competitiva con chances incluso de ganarle al referente de Juan Schiaretti.
Córdoba es un lugar emblemático por la importancia que le otorga el macrismo y porque en esa provincia Larreta y Bullrich tuvieron su última foto de unidad el 10 de mayo durante la campaña de Luis Juez. ¿Se puede repetir esa imagen en el contexto actual? El larretismo no lo descarta, aunque desde el sector más duro de la campaña de Bullrich chicanean con que si hay foto es “por la mera imposibilidad física de no coincidir”. Para ellos no hay tregua sino “guerra sin cuartel”.
También aprovecharán Córdoba para pasarle una nueva factura a Larreta, que hasta último momento negoció para acercar posiciones con Schiaretti. “Es riesgoso que Horacio viaje el domingo, porque hacia abajo no hay buen humor de los cordobeses y podría pasar un mal momento”, advirtieron en diálogo con este medio. Cerca de Larreta admiten que se abrió una conversación sobre la conveniencia o no de viajar, aunque no le regalarán la foto a Bullrich: “O están los dos o no está ninguno y hay un escenario 100% cordobés”.