Aunque Horacio Rodríguez Larreta aún tenga expectativas de sumarlo como compañero de fórmula, el gobernador de Córdoba, Juan Schairetti, presentó su frente electoral para competir por la presidencia con la expectativa de afianzar bloques en ambas cámaras del Congreso y convertirse en el garante del cuórum en diciembre.
Como explicó Letra P, las expectativas son realistas sólo si se tienen en cuenta los legisladores cercanos al cordobés con mandato hasta 2025 y se acrecientan con él en la boleta presidencial, sobre todo si en octubre la elección no llega a polarizarse, como ocurrió en 2019. De esa manera, tendrá más chances de mantener el electorado que lo acompañe en las primarias.
La principal apuesta del cordobés es la elección legislativa de su provincia, donde, producto de aquella polarización, sólo arriesga una banca: la del jefe de su bloque, Carlos Gutiérrez. Según los sondeos que llegaron a la gobernación, con él en la boleta podría al menos ganar tres de las nueve que se ponen en juego.
Si se cumplen estos pronósticos, Schiaretti podría compensar una merma en la provincia de Buenos Aires, donde el interbloque federal que integra el cordobesismo arriesga dos bancas (Graciela Camaño y Topo Rodríguez). Necesita al menos cino o seis puntos para retenerlas y con más de tres puede, al menos, sostener una.
El encargado de armar la lista bonaerense de "Hacemos por Nuestro País" es Florencio Randazzo. El viernes pasado, Chiche Duhalde anunció que le propusieron encabezarla. El segundo lugar sería para Diego Bossio, quien levantó el perfil y quiere volver al Congreso con un rol similar al que tuvo hasta 2015: liderar un bloque peronista que negocie una agenda con un presidente del PRO.
La otra apuesta de Schiaretti es que el socialismo santafesino, su socio, conserve la banca de Enrique Estévez. De mínima, en este escenario los federales podrían conservar los ocho votos de Diputados, que no se los prestan a nadie.
Por eso, justamente, la Cámara baja está paralizada y podría reabrirse en diciembre si Juntos por el Cambio volviera al poder. Al menos mantiene los 116 votos y teje una alianza con los partidos provinciales y los federales. Se necesitan 129 manos para llegar al cuórum.
Nuevos aliados
Con el objetivo de dominar la discusión parlamentaria y sumarse a una agenda de gobierno, si el presidente fuera de JxC, Schiaretti intentaría, además, ampliar sus bloques con peronistas que se fuguen del actual oficialismo.
Un primer paso lo dio en febrero en el Senado, cuando apadrinó un bloque de cinco bancas, entre ellas las que ocupan su esposa, Alejandra Vigo, y cuatro exoficialistas: el jujeño Guillermo Snopek, la puntana María Eugenia Catalfamo, el entrerriano Edgardo Kueider y el correntino Carlos Espínola.
Los dos últimos y Vigo continuarán en el Congreso más allá de diciembre y podrían darle a JxC los votos necesarios para iniciar una sesión, si la alianza opositora fuera gobierno. Llegado el caso, la tarea de Schiaretti será incorporar más aliados para tener un número holgado y un primer objetivo será San Luis, que elige senadores y diputados.
El gobernador saliente, Alberto Rodríguez Saá, armó un frente electoral que le permite jugar a dos puntas entre Unión por la Patria y Hacemos por Nuestro País. En febrero se reunió con Schiaretti y selló el ingreso de Catalfamo a su bloque. El diálogo nunca se cortó.
La victoria de JxC en algunas provincias aumentará la cantidad de representantes peronistas "sin tierra", que desde 2019 no son tantos. Podrían estar en esa lista los de Entre Ríos y Santa Fe si se cumpliera la mayoría de los pronósticos.
Por ahora, el único gobernador que dio señales de querer sumarse a esa hipotética mesa de diálogo es Ricardo Quintela, de La Rioja, que en ocubre también elige representantes para las dos cámaras.
“Tenemos que ir a la búsqueda de esos compañeros, que tienen su espacio acá y la posibilidad de ser protagonistas como Randazzo, Camaño, (Emilio) Monzó y Schiaretti”, declaró hace 20 días. Tal vez vayan a buscarlo a él.
Con este escenario, a Schiaretti le sobrarían los votos para dominar el cuórum en el parlamento y, si el elegido fuese Larreta, armar un gobierno de coalición. Tiene mucho para ofrecer.