DIEGO BOSSIO

"Milei viene a dinamitar la democracia argentina"

El economista y extitular de la ANSES criticó la propuesta de dolarización del libertario. Propone cambiar la carta orgánica del Banco Central. El "Frente de Nadie", el PJ y la inflación.

Fue titular de la ANSES durante los últimos seis años del gobierno de Cristina Fernández de Kirchner y resultó electo diputado por el Frente para la Victoria en 2015. Rompió con el kirchnerismo meses después de asumir su banca y, desde entonces, Diego Bossio trabaja en el armado de otras alternativas peronistas, cerca de dirigentes como Juan Schiaretti y Juan Manuel Urtubey, promotores de la vía del centro.

“Creemos que se pueden hacer acuerdos sólidos que permitan sentar las bases para un camino en el que podamos revertir muchos años de inestabilidad. Tenemos que salir de la grieta, de posiciones que te polarizan y no logran destrabar, es una convicción política”, dice Bossio, que acaba de publicar el libro “Una diagonal al crecimiento. Políticas económicas para reconstruir la Argentina”.

Economista y socio fundador de la consultora Equilibra – junto a Martín Rapetti – Bossio habló con Letra P sobre la situación que atraviesa el país, las perspectivas de crecimiento, Sergio Massa y la irrupción de las ideas de Javier Milei. "Viene a dinamitar la democracia argentina", no duda en augurar sobre el libertario.

-Las ideas de Milei tomaron mucho protagonismo este año electoral. Incluso Cristina le dedicó gran parte de su discurso en La Plata. ¿Por qué cree que hay terreno fértil para esas ideas?

-A lo largo de su historia política, la vicepresidenta siempre eligió adversarios políticos. En 2015 había dos opciones fuertes opositoras a su gobierno, Mauricio Macri y Massa. Cristina eligió como adversario político a Macri. Evidentemente entendía que en la contienda electoral iba a ser la opción más sencilla. El resultado fue que esa elección se perdió. En esta oportunidad elige a Milei y creo que es un acto irresponsabilidad porque hay un riesgo Milei, en cuando a lo que representa y lo que puede acelerar hoy mismo.

-¿A qué se refiere?

-Si Milei dice que va a dolarizar la economía, quiere decir que va a hacer una de las devaluaciones más grandes de la Argentina. Dolarizar sin dólares y sin crédito internacional es pulverizar el salario y devaluar muy fuerte. Pero más allá de eso, ese discurso genera una incertidumbre muy grande, retroalimenta el problema de la economía. Elegirlo como adversario es aumentar el riesgo Milei. Obviamente su crecimiento es síntoma de una sociedad que está harta de la dirigencia política. Pero Milei habla de eliminar la obra pública, de dolarizar, de vender órganos, de generar vouchers para las escuelas públicas, de eliminar el Banco Central. Como dirigente político tengo que decir que todas las cosas que propone Milei no solo son de difícil instrumentación, sino que vienen a socavar y a dinamitar las bases sustanciales democráticas de la Argentina.

-La dolarización se plantea como una solución frente a la inflación.

-Hay una alternativa, que es una nueva institucionalidad monetaria, un Banco Central independiente, que debería tener una ley candado para que la sociedad vea que esta vez va en serio. Con los problemas de inflación que tiene la Argentina el Banco Central debería estar a la altura de la Corte Suprema de Justicia. Sus directores deberían ser nombrados por el Senado, con una representación política amplia, no solamente del oficialismo. Es un debate que tiene solución.

-El Banco Central tuvo que actuar para frenar la corrida cambiaria y, justamente, se dijo que intervino a pedido del Ministerio de Economía.

-El Banco Central tiene que buscar la estabilidad de la moneda, la acumulación de reservas para tener respaldo. Separemos la urgencia de una cuestión estructural. En la urgencia hay que actuar con una medida, pero porque lo requiere la naturaleza de la propia institución no porque te lo pide el ministro de Economía. Pero acá no hay institucionalidad monetaria. La Argentina está bloqueada. No podés nombrar ni a los directores del Banco Central, ni al procurador general o a los jueces de la Corte.

-¿Comparte la crítica del kirchnerismo de que no se cuidaron las reservas y se dilapidó el superávit comercial?

-Veamos, ¿el dólar a 220 es barato o caro? Es barato. ¿Por qué hay mucha gente demandando importaciones o tratando de llegar al dólar oficial? Para cuidar reservas hay que tener el precio justo. Cuando tenés los precios distorsionados y tenés cepo no acumulás reservas. Está todo el mundo tratando de comprarte a 200 y de no venderte a 200, porque existen tipos de cambios paralelos. Entonces, el problema es la brecha. Por eso tenés estancadas las exportaciones. Desaprovechamos la oportunidad de acumular reservas.

-¿Entonces está atrasado el tipo de cambio?

-Hay una brecha del 120%. Una cosa es preguntar si el tipo de cambio está atrasado, que claramente lo está. Pero es distinto decir si con el 104% de inflación anual conviene devaluar.

-¿Conviene?

-No. Se agravaría la situación. No podés devaluar. Para bajar la inflación se necesita un plan de estabilización, que son un montón de decisiones fiscales, monetarias, la carta orgánica del Banco Central, los impuestos, los gastos, la emisión y los precios relativos. En Argentina, los planes antiinflacionarios funcionan cuando anclás un precio fundamental, el dólar. Ahora, cuando no tenés dólares podés dar una señal para tener dólares, como pasó en 2002 con Jorge Remes Lenicov. Pero necesitas que la sociedad te crea. Es muy difícil que un gobierno que tiene bajos niveles de popularidad, que parte de la sociedad rechaza, pueda llevar adelante un plan de estabilización. Cuando estudias los planes de estabilización del mundo – como hizo Martín Rapetti con un grupo de economistas – ves que funcionan los primeros seis meses de gobierno, cuando la sociedad recompone las expectativas y está dispuesta a que haya transformaciones. Está estudiado que no se pueden hacer sin poder político.

-Cuando se habla de planes de estabilización uno piensa que implican un ajuste, que van a doler. ¿Cuál sería el plan de estabilización que la sociedad podría comprar bajo la promesa de que luego la situación va a mejorar?

-¿Coincidís en que 104 puntos de inflación, 120 o 130 es una situación que genera mucha incertidumbre? Es muy difícil planificar, necesitamos bajar la inflación. No digo inflación cero, porque no va a ser fácil. Pero si el plan se hace con poder político, generando expectativas, abriendo lentamente los mercados de crédito, con una buena cosecha por delante el año que viene, tiene que funcionar. Si además lo que viene haciendo el Gobierno desde hace unos años en términos de gasoducto, de producción de petróleo y de gas empieza a materializarse, con dólares todo es mucho más fácil. Crecer duele, pero no queda otra. Si no, el camino va a ser mayor decadencia y mayor degradación. Argentina necesita ordenarse.

-¿Hay que recortar subsidios?

-La consolidación fiscal va a requerir ordenar gastos. Hay que resolver el tema de las tarifas que generan un déficit importante. Lo está haciendo el Gobierno, pero a una velocidad que no permite avanzar. Pregunto, ¿cuál es la alternativa? ¿Seguir así? ¿Cuál es la opción, 104 puntos de inflación, 40% de pobreza, retroceso social? Esto requiere un esfuerzo. También te diría que soy optimista para el mediano plazo de la Argentina porque hay algunas cuestiones productivas que están tomando un volumen y una velocidad muy interesante. El litio, Vaca Muerta, economía del conocimiento, el dinamismo del agro. Este fue un año catastrófico, pero no todos los años son así.

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-Por la sequía.

-Claro. Los problemas que tenemos con el tipo de cambio tienen una razón central: una muy mala cosecha del agro.

-Estamos en medio de una renegociación con el Fondo para replantear el acuerdo. ¿El desembolso anticipado puede por lo menos ayudar en el corto plazo?

-Lo que le queda al ministro Massa frente a una situación excepcional es negociar algunas cuestiones que le permitan tener un colchón distinto. Veo que el Fondo no tiene una vocación de empujar a la Argentina a un abismo. La situación es sumamente frágil, creo que hay como una cuestión de no ruptura hasta que se aclare el escenario político. No veo al Fondo con grandes exigencias, ha sido laxo en el cumplimiento de las metas. Massa está tratando de pasar el día a día. Tiene una carta con el Fondo, con China, con Brasil, que son avances en una economía sumamente frágil, 20 mil millones de dólares menos de liquidaciones y un montón de cuestiones de desequilibrios estructurales.

-¿Cuánto cree que influyó en esos desequilibrios la interna del FdT?

-La interna genera un vacío de poder muy grande en Argentina. Creo que no dimensionamos lo que significa que Alberto Fernández se corrió de la escena política. Argentina es un país presidencialista y particularmente el peronismo tiene esa lógica. Pero este es el Frente de Nadie, nadie se hace cargo de Alberto Fernández, hay internas a cielo abierto, cartas. El kirchnerismo se ocupa de la provincia de Buenos Aires. El PRO, de la Ciudad. Y el único que está en avanzada es Milei. Cuando uno mira los períodos de crecimiento en Argentina ves que hubo disponibilidad de dólares y orden político.

-¿Tiene una proyección de la inflación de abril?

-Hace 20 días estimábamos que podía ser menor a siete puntos. Hoy creemos que va a estar por encima. Vemos una actividad que está funcionando con una inflación alta crónica. No es una hiperinflación, es inflación alta. Esperamos una inflación de entre 120 y 130% este año.

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