El domingo a la noche, en el último debate presidencial antes del ballotage del 19N, el PRO mandó a Javier Milei a boxear, le sacó el banquito del rincón y se fue a mirar la pelea por TV; la orfandad del anarcocapitalista estruja el corazón. Eso sí, por lo bajo, en la intimidad del Hotel Libertador, el macrismo no dejó de declarar su insatisfacción con el pobre desempeño del fighter, aunque no se sabe bien qué esperaba de él, lo que suscita más preguntas sobre los amigos que sobre el propio protagonista.
Otra vez: ¿qué esperaban?
El núcleo de "copitos" –Jorge Lanata dixit– que rodeaba a Milei desde antes de la llegada de los amarillos dio otra vez la nota: en Twitter, la diputada electa Lilia Lemoine elogió como un "patriota" y endosó el pronunciamiento de un notorio neonazi que llamó a "los cagones" de las Fuerzas Armadas a alzarse contra el jefe del Estado Mayor. ¿Debería la Cámara baja permitir el juramento de semejante marginal? Bueno, hay que reconocer que la aludida ya pidió perdón y que explicó su desliz en su carácter "accesible", que hace que le "entren todas las balas". El problema no es solo que haya elogiado a Carlos Pampillón, sino que se haya entusiasmado con la idea de un golpe.
https://publish.twitter.com/oembed?url=https%3A%2F%2Ftwitter.com%2Flilialemoine%2Fstatus%2F1723777619043225702%3Fs%3D20&partner=&hide_thread=false
Por si eso fuera poco, el mileísta tucumano Ricardo Bussi –otro diputado electo– cometió un fallido y, donde debía decir "Milei", dijo "Hitler". No hay remate.
Y siempre hay más. Victoria Villarruel fue más a fondo que nunca en su stand up procesista y propuso convertir el Museo Sitio de Memoria de la ex-ESMA es una suerte de plaza o, no se entendió bien, un complejo de escuelas. Lo que sea, pero no lo que es. Curioso. Es como si, al influjo de la soja, alrededor de la mitad de la sociedad argentina hubiese desarrollado una mutación genética que la hace resistente a este tipo de glifosato.
https://publish.twitter.com/oembed?url=https%3A%2F%2Ftwitter.com%2Fsomoscorta%2Fstatus%2F1724227268942172632%3Fs%3D20&partner=&hide_thread=false
El cordobés zigzagueante
Juan Schiaretti se ha abstenido de criticar a Milei, pero no a Massa, a quien trató una y otra vez como dueño del "gobierno kirchnerista", algo que en el argot del cordobesismo es algo cercano a lo peor del mundo.
Sin embargo, acaso consciente del modo en que se había sobregirado, recuperó lo mejor de su CV y recibió a Estela de Carlotto, habilitando las interpretaciones que cada quien quiera hacer. La propia abuela sentenció: "A buen entendedor, pocas palabras". ¿Será así?
https://publish.twitter.com/oembed?url=https%3A%2F%2Ftwitter.com%2Fabuelasdifusion%2Fstatus%2F1724113382712779108%3Fref_src%3Dtwsrc%5Etfw%7Ctwcamp%5Etweetembed%7Ctwterm%5E1724113382712779108%7Ctwgr%5E5e5fcbcdadb0bf03a98677dcb0fd0ae1a3746d34%7Ctwcon%5Es1_&ref_url=https%3A%2F%2Fwww.letrap.com.ar%2Fpolitica%2Fjuan-schiaretti-baja-la-guardia-recibio-estela-carlotto-una-semana-del-ballotage-n5404434&partner=&hide_thread=false
El año termina en La Boca
Además del nombre del próximo presidente, en el 19N se juega un bonus track: la vigencia o la decadencia del macrismo como fenómeno político relevante en el país. Si Milei ganara, Mauricio Macri se erigiría en algo similar a un padrino poderoso, pero si perdiera –sobre todo si fuera por un margen mayor que el esperable– su excursión a los confines del mapamundi ideológico sería un fiasco difícil de levantar.
Por las dudas, el expresidente se aseguró una chance más de sobrevida y jugará su destino en otra parada fuerte: las elecciones de Boca Juniors del 2 de diciembre, en las que el acompañará a Andrés Ibarra para recuperar el bastión en el que nació todo su proyecto.
Enfrente estará Juan Román Riquelme, el otro protagonista de una pelea de fondo que supera en mucho el destino del club más popular del fútbol argentino.
El debut de la fórmula amarilla fue jugado y, en cierta forma, fallido: por un lado coincidió con la ratificación, por todo lo alto, del proyecto para construir un nuevo estadio –para jubilar la Bombonera, nada menos– y, por el otro se expresó en una narrativa anti-Román que incluyó errores impropios de un hincha que debería conocer los puntos más épicos de la historia xeneize. ¿La "rabona a Yepes"? ¿En serio?