SIN CFK Y SIN MACRI

Guerra de suplentes

El expresidente se bajó contra su voluntad y pateó el hormiguero de candidaturas en el oficialismo y la oposición. ¿Posmacrismo y poscristinismo?

Aun siendo previsible, la salida de la escena electoral de Mauricio Macri resulta muy relevante. Por un lado, supone el puntapié inicial de la campaña electoral porque apura los tiempos de las definiciones tanto en Juntos por el Cambio como en el Frente de Todos. Por el otro –y en relación con lo anterior–, implica –al revés de lo dicho alguna vez por Cristina Fernández de Kirchner sobre la necesidad de que "los titulares" midieran fuerzas en las urnas– la salida a la cancha de una tropa de suplentes de ambas alianzas, que se trabarán en una guerra intensa. Asimismo, para la oposición, hace coincidir el ocaso electoral de la figura menos promisoria de las que contaban una intención de voto relevante con la aurora del posmacrismo, una etapa de contornos todavía imprecisos y, en alguna de sus potenciales versiones, inquietante.

De hecho, en su video –método propio de los tiempos que corren, pero que llamativamente calca lo hecho casi cuatro años atrás por Cristina al revelar su juego electoral– el fundador del PRO expresó su vocación por "agrandar" Juntos. ¿Hacia dónde? ¿Hacia el peronismo no cristinista, tanto el plus quam schiarettista como el que podría salir del clóset como producto de la interna del Frente de Todos? ¿O, más bien, hacia las orillas de la ultraderecha libertaria, cuyo crecimiento y persistencia le quitaron margen para ignorar las contras que le mostraban las encuestas? Lo bueno para la oposición es que, a diferencia del oficialismo, tiene opciones para expandirse.

El expresidente fundamentó su renunciamiento en la convicción de que no hay individuos providenciales, algo que ejemplificó para que todos entendiéramos, en clave futbolera. La Selección logró ser campeona del mundo después de que se entendió que Lionel Messi no era un salvador, sino que necesitaba de un equipo. Macri vendría a ser entonces una mezcla de lo mejor de Messi y de Lionel Scaloni, la estrella que cede protagonismo en pos de liderar un proyecto hacia la gloria. Bueno.

26-03-2023

¿No será que su decisión, que no era lo que deseaba, fue en realidad producto de lo mala que resultó su gestión entre 2015 y 2019, en la que cuesta detectar los cimientos del ciclo luminoso que dice haber puesto en marcha? No nos engañemos entre nosotros: la tribuna –las encuestas– chiflaban cuando La Voz del Estadio anunciaba su nombre y eso le indicó que no habría para él una mayoría probable, sobre todo si CFK también dijo que colgaba los botines.

El Gran DT

El ingeniero no la tendrá fácil en lo sucesivo para ordenar la interna y alumbrar el posmacrismo. Su renunciamiento fue saludado por Horacio Rodríguez Larreta, Patricia Bullrich y la recién casada María Eugenia Vidal con una desmesura tal que no se sabe si fue producto del alivio o de la obsecuencia.

Hay una tercera razón para que las figuras mencionadas traten de quedan bien con él: en el particular mundo de la derecha nacional, el expresidente ha sido hasta ahora el vehículo mejor probado del antiperonismo, gran fuerza motriz de ese sector político y social. Así, dado que no es lo ideal que el PRO divida el voto en las PASO entre tres precandidaturas propias para confrontar con un único radical, cada una de las figuras mencionadas buscará con desesperación que el Gran DT la ponga en la cancha.

Guerra de suplentes

El eclipse de Macri acelera los tiempos y anuncia una posible carnicería en las dos coaliciones principales. Más cuando se suma al renunciamiento de Cristina, uno que el operativo clamor se empeña en revertir, pero que parece afianzarse cuando la vicepresidenta acaba de perder su némesis, esto es la presencia en las boletas del único dirigente aquejado por niveles de rechazo similares a los suyos. Un choque entre ambos habría clausurado las internas y la emergencia de nuevos liderazgos en los dos polos de la grieta. ¿Será, como contrapartida, que el inicio del posmacrismo anuncia también el tantas veces anunciado poscristinismo? Calma, peronistas…

La movida de Macri le quita a CFK el punto de apoyo para hacer una palanca de yudo electoral, dificultándole el juego de la polarización de figuras y, acaso, hasta desdibujando en alguna medida el de los modelos. Así las cosas, ¿sería ella –quien si realmente estuviera proscripta, no debería ser convencida por ningún clamor– una candidata apta para la nueva etapa?

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Cristina Kirchner al recibir un honoris causa en la Universidad de Chaco en mayo de 2022

Cristina Kirchner al recibir un honoris causa en la Universidad de Chaco en mayo de 2022

Sin embargo, no es solo la vice la que recibe una carta documento; también lo hace Alberto Fernández, quien no podrá refugiarse mucho en la Cumbre Iberoamericana y en la Casa Blanca y ya se ve más presionado para definir –en verdad, declinar– sus aspiraciones. En un sentido positivo, podría decirse que la entrada a boxes de Macri debilita otras intenciones electorales al menos igual de inviables. ¿Lo entenderán así las personas aludidas?

Juegos y cálculos

El panperonismo deberá avanzar hacia una segunda ronda de su mesa de estrategia electoral, donde el diálogo Cristina-Alberto se hará patente, por más que se lleve a cabo a través de representantes.

La posibilidad de competencia en el tramo presidencial de las Primarias Abiertas, Simultáneas y Obligatorias (PASO) sería el primer elemento de un acuerdo tácito, tal lo que han admitido, sin explicar cómo ni cuándo el cristinismo cambió de idea, Máximo Kirchner y Eduardo "Wado" de Pedro. Tal como está estirado el elástico de la distancia ideológica en el panperonismo, esa podría ser la única forma de evitar una ruptura.

Sin embargo, el mecanismo no es sencillo, lo que evita por el momento controlar las fuerzas centrífugas que enloquecen al movimiento. Si Cristina no fuera candidata, la expectativa de que De Pedro –o Axel Kicillof – pudieran ser derrotados –o no– por un rival interno sería el único cemento de la unidad. Si esa chance fuera demasiado concreta, la vice podría mirar con cariño la reedición de Unidad Ciudadana, dejando en manos de sus rivales todos los sellos que existan, tal como hizo en 2017 con Florencio Randazzo… y con Alberto Fernández. Por otro lado, si tal posibilidad fuera remota dada una diferencia abrumadora en favor de la potencia electoral del cristinismo, el peronismo moderado podría no encontrar demasiados incentivos para permanecer. ¿O sí, dada la extensión del desierto que se ofrece hacia el horizonte? Todo está en el aire.

Nombres en danza

Por un lado, De Pedro quiere y Kicillof no quiere, pero ambos podrían ser. Por el otro, Daniel Scioli ya está anotado. ¿Sería esa toda la oferta?

Sergio Massa repitió en Radio Mitre que ni tiene por qué bajarse de una candidatura a la que nunca se subió, que hacer campaña y ser ministro de Economía son cosas incompatibles y que es temprano para hacer especulaciones al respecto.

Lo primero es pura retórica para no decir ni sí ni no ni blanco ni negro. Lo segundo, un engañapichanga retórico porque le gustaría poder exhibir un amesetamiento de la inflación en abril y mayo –algo para lo que la estacionalidad le jugaría a favor–, dejar el Palacio de Hacienda en manos de su equipo y salir por fin de un lugar que soñó como un trampolín, pero se ha convertido en un pantano. Lo tercero no es más que abrir la puerta para, tal vez, salir a jugar.

Massa quiere, pero la realidad lo complica. Que Macri haya apurado los tiempos de las definiciones en Todos lo perjudica, porque él necesita exprimir el tiempo antes del cierre de listas del 24-J y ver qué pasa con el IPC de mayo que el INDEC anunciará diez días antes.

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La convicción de que el repunte de los precios de enero y febrero se alimentó –además de estacionalidad, de las causas conocidas, de la inercia y de factores persistentes como la guerra en Europa– de la presión de los dólares bursátiles, lo hizo lanzarsu polémico plan de venta de bonos de organismos estatales. La expectativa de una intervención en dichos mercados y el inicio de la intervención propiamente dicha podría ayudarlo, cree, a quitarle oxígeno al fuego. La baja del "dólar MEP" y del "contado con liqui" del final de la semana pasada le templaron algo el ánimo.

Y por las dudas…

Por las dudas, el titular de Economía tiene todavía a mano cuatro herramientas para subirse a donde querría estar. Una, la posibilidad de la mencionada moderación de la inflación –otra vez: incierta, aunque acaso favorecida por la estacionalidad–. Dos, que la movida de los bonos y la consiguiente capitalización en moneda nacional que promete para el Fondo de Garantía de Sustentabilidad (FGS) de la ANSES le permitan lanzar créditos para jubilados y empresas por 400.000 millones de pesos. Tres, el anuncio de incentivos para las exportaciones agrícolas e industriales que debutaría en mayo.

¿Y la cuarta? Acaso sería la más resonante y la que podría acercarlo más a CFK: el anuncio de una renegociación de metas con el Fondo Monetario Internacional (FMI), el que podría alcanzarse como parte de la revisión que se avecina de las cuentas del primer trimestre, en el que la sequía y la crisis bancaria internacional conspiran no solo contra la acumulación de reservas –ya revisada–, sino contra la recaudación y la reducción del déficit fiscal.

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Algo deseado por el cristinismo sería una revisión del flujo de dinero entrante desde el organismo y el saliente, previsto para este año en una pérdida neta de 2.500 a 3.500 millones de dólares, algo que, en función de la situación de las reservas, resulta inviable.

Seguramente sin pensar en la remota y problemática Argentina, Kristalina Georgieva abrió la chance de esa discusión al advertir el fin de semana sobre el impacto de la crisis bancaria en curso sobre la economía mundial. La reunión que Fernández tendrá este miércoles con Joe Biden en Washington podría ser, espera el Gobierno, la señal de partida para esa discusión clave para el futuro económico y, por qué no, electoral de la Argentina.

Con las elecciones tan cerca y la posibilidad de que emerja de ellas un Gobierno más amable para su interés, ¿por qué Estados Unidos cerraría esa puerta, forzaría a la Argentina a una mora y contribuiría a desatar un escenario de crisis económica y social grave?

macri anticipa su jugada y acelera las decisiones de todos
para fernandez, el renunciamiento de macri no impacta en el fdt

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