BENDITO CORDOBESISMO

El alfil del papa Francisco primerea a Martín Llaryora en Córdoba: es la pobreza

El arzobispo Ángel Rossi le marca la cancha al gobernador electo con la creación de una vicaría para atender a la población más vulnerable. Contactos en Roma y sondeo de imagen. La misa panperonista.

La dirigencia eclesiástica más empapada en la doctrina social del papa Francisco viene señalando que la pobreza es la deuda pendiente “más aguda” en estos 40 años de democracia y considera que el dato clave que impidió revertir ese deterioro fue la resistencia al consenso de la dirigencia política. Uno de esos seguidores bergoglianos es el arzobispo Ángel Rossi, de Córdoba, quien primerió a Martín Llaryora señalándole con una movida que la urgencia es la pobreza.

El jesuita, alfil de Jorge Bergoglio para la rosca socio-política eclesial provincial, creó la Vicaría de los Pobres en un contexto postelectoral, de renovación del peronismo y antes de que el referente cordobesista suceda a Juan Schiaretti en el Panal. La intención suprema, confirmaron a Letra P fuentes eclesiásticas, es poner un tema que la agenda provincial “viene excluyendo” de sus prioridades.

Las fuentes consultadas dejaron trascender que la lectura que hacen en el edificio curial de Hipólito Yrigoyen 98 es que la gestión schiarettista dejó en segundo plano el flagelo de la pobreza, atribuyéndole causas macroeconómicas o responsabilizando a la administración nacional por la falta de políticas de contención. Por el contrario, señalan que estuvo más enfocada en la obra pública, la salud, la promoción de la actividad productiva y el subsidio del empleo y no del desempleo, como reivindica Schiaretti en su campaña para llegar a la Casa Rosada.

Rossi presentó ese espacio eclesial recordando que “la Iglesia elige a los pobres porque es el mandato evangélico” y no para fomentar el “pobrismo” como le atribuyen desde algún sector de la dirigencia política, que los allegados al futuro cardenal evitaron identificar. También para transformar en acciones concretas esa opción preferencial por las comunidades más vulnerables.

La iniciativa religiosa impulsada por el purpurado cordobés une a la lucha contra la pobreza, otra de las banderas sociales que levantan los curas villeros: sacar a las infancias y adolescencias de las adicciones y evitar que, por necesidad, caigan en las redes de las mafias narcos. Por esta razón, la Vicaría está a cargo del sacerdote Melchor López y cuenta con una Comisión de Adicciones que es responsabilidad del también sacerdote Pablo Viola.

Contacto en Roma y sondeo de imagen

Tal como contó Letra P, Llaryora viajó a Roma para la ceremonia de creación cardenalicia de Rossi, una foto con Francisco y lograr el milagro de que en el programa de la eventual visita papal del próximo año incluya a la provincia de Córdoba; o puntualmente a la villa donde está el santuario de José Brochero, el cura santo al que el pontífice considera el “amigo de los pobres”.

Ese viaje del pontífice a su tierra natal, sin embargo, volvió a ser puesto en duda esta semana por Tucho Fernández, el otro purpurado cordobés que desde septiembre es funcionario vaticano; a raíz de las insultos y agravios proferidos por el candidato presidencial de La Libertad Avanza, Javier Milei.

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La presencia de Llaryora en Roma también movió el termómetro político religioso. Un obispo argentino jubilado que reside en la capital romana contó a Letra P que personas allegadas a Bergoglio observan con atención los movimientos del gobernador electo por dos motivos, más allá de su fe católica. El primero, por el voto “no positivo” al aborto legal durante el primer debate en 2018; y el segundo, por ser uno de los pocos peronistas triunfantes en las elecciones y con una idea confesa de proyección nacional.

Otros curas connacionales en la Ciudad Eterna y que observan la realidad político eclesiástica del país recordaron que Rossi puso el dedo en la llaga al convocar a una marcha a la catedral con la consigna “¡Basta de droga! ¡Basta de violencia!”, después de comparar el avance narco en Córdoba con Rosario, en medio de la campaña electoral de la dupla cordobesista.

Misa y rejunte

Mientras Rossi y Llaryora siguen tras los pasos del papa, curas villeros cordobeses encabezados por el sacerdote Mariano Oberlin y movimientos populares convocaron a una misa de desagravio por los ataques de Milei contra Bergoglio. El acto fue este martes en la parroquia Crucifixión del Señor, del barrio Muller, y unió por el espanto ante el avance libertario a cordobesistas, massistas y a figuras de organizaciones sociales provinciales.

Hasta el templo de la periferia cordobesa llegaron la senadora Alejandra Vigo (Unión Federal), la diputada Natalia de la Sota (Hacemos Unidos por Córdoba), el intendente capitalino electo Daniel Passerini; la ministra de la Mujer, Claudia Martínez; y el ministro de Gobierno y Seguridad, Julián López.

De la Sota Oberlin Passerini
 Natalia de la Sota y Daniel Passerini junto al cura villero cordobés  Mariano Oberlin

Natalia de la Sota y Daniel Passerini junto al cura villero cordobés Mariano Oberlin

También participaron del acto la legisladora provincial Tania Kyshakevych, la camporista Gabriela Estévez (Unión por la Patria), el diputado Eduardo Fernández; otras candidatas de UP por Córdoba como Verónica Calarco, Cristina Vázquez, Florencia Dahbar y Gabriela Reyes, el legislador Mariano Lorenzo (Movimiento Evita) y el dirigente del PRO Córdoba, Sebastián García Díaz, entre otras figuras.

En ese escenario con convocatoria política social ecléctica, Oberlin leyó el documento “Solidarios con el papa Francisco y con los pobres”, reivindicando la presencia del Estado en las barriadas populares y poniendo en duda la salud mental de Milei para sentarse en la Casa Rosada.

Tucho Fernández, el guardaespaldas de Jorge Bergoglio
la iglesia puso el dedo en la llaga y altera la campana de schiaretti

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