Córdoba: Natalia de la Sota amaga con mover su alfil y romper el equilibrio en la Legislatura
El legislador Bernardo Knipscheer cortó el teléfono. ¿Se va del oficialismo? Alianza con los K o monobloque, las opciones. El impacto en la paridad de fuerzas.
Natalia de la Sota estudia la ruptura en el bloque en la Legislatura
Natalia de la Sota, diputada electa por Defendamos Córdoba.
Tras las elecciones legislativas, el foco se posa sobre Bernardo Knipscheer, legislador de Hacemos Unidos por Córdoba y armador del nuevo espacio político que impulsa la diputada Natalia de la Sota, tras su ruptura con el cordobesismo de Martín Llaryora y Juan Schiaretti. El cuórum, en jaque.
Registrate para continuar leyendo y disfrutando de más contenidos de LETRA P.
Mientras el oficialismo provincial intenta digerir el golpe de las urnas y contener fugas, Knipscheer aparece en el centro de versiones cruzadas sobre su futuro inmediato. En los pasillos de la Legislatura, se rumorea una posible alianza con el kirchnerista Federico Alesandri.
Sin embargo, no se descarta que esa hipótesis fuera parte de una jugada para vincular a Natalia de la Sota y a su nuevo bloque con el kirchnerismo.
Las movidas de Bernardo Knipscheer, lejos de Martín Llaryora
En completo hermetismo Knipscheer analiza su futuro dentro de la Unicameral donde tiene mandato hasta diciembre de 2027. El ausentismo en la última sesión y su silencio delatan un posible enojo por declaraciones mediáticas que desde Defendamos Córdoba le atribuyen al Gobierno. "Dijeron que yo no soy en cuco y que van a llamarme", despotricó en radio Mitre la diputada electa.
Uno de los rumores que corren por los pasillos de la Legislatura es que dialogan con Alesandri, único representante del kirchnerismo en el recinto y con el que podría jugar en dupla.
El domingo recibimos, en las urnas, un mandato de los cordobeses. Para cumplir con la palabra y continuar nuestro camino de coherencia, hoy conformé el nuevo bloque "Defendamos Córdoba" en la Cámara de Diputados. #DefendamosCórdoba#NataliaDeLaSotapic.twitter.com/zXjLbNtMzX
Esa versión es solo eso. Nadie da por sentado certezas, ni del oficialismo ni desde el círculo de Knipscheer, quien se mueve en silencio y con prudencia.
No tanto porque lo crean posible, sino porque les sirve para desgastar la narrativa de autonomía que De la Sota intenta construir. Asociar su nombre al kirchnerismo es, para el schiarettismo, una forma de marcar límites frente a un electorado que sigue rechazando la influencia de Fuerza Patria en la provincia y algo que buscó instalarse desde agosto, cuando comunicó oficialmente la creación de su nuevo espacio.
La decisión, aunque técnica, tiene fuerte contenido político: aislarse del bloque oficialista implica romper definitivamente con el esquema de Schiaretti y Llaryora, y sugerir que el cordobesismo ya no es un paraguas suficiente para contener a quienes buscan diferenciarse del poder provincial. El movimiento no sorprendería a nadie.
Bernardo Knipscheer
Bernardo Knipscheer, armador y pareja de Natalia de la Sota
Durante la campaña, acompañó el armado de Defendamos Córdoba y fue clave en la articulación territorial del nuevo espacio. Su eventual salida del bloque de Hacemos Unidos sería, en ese sentido, la confirmación de un proceso que ya empezó: el de la reconfiguración del peronismo cordobés en tres vertientes -el oficialismo provincial, el kirchnerismo residual y el nuevo espacio de De la Sota- que comienzan a competir, más que a convivir.
El impacto en la Legislatura de Córdoba
La presunta movida de Knipscheer, más allá de su peso numérico, tendría un fuerte impacto simbólico y político en la Legislatura de Córdoba.
La movida, que aún se analiza en reserva, tendría un impacto directo en el tablero legislativo y en las mayorías con las que el oficialismo provincial logró mantener la gobernabilidad durante los primeros meses del gobierno de Llaryora.
Si Knipscheer avanza en su decisión de conformar un monobloque, Hacemos Unidos por Córdoba pasaría a tener de 33 a 32 legisladores, que lo dejaría a sólo dos votos del umbral necesario para alcanzar el desempate con la vicegobernadora Myrian Prunotto.
prunotto legislatura cordoba.jpg
Myrian Prunotto, vicegobernadora de Córdoba
Hoy el oficialismo suele asegurarse el número gracias a la colaboración de la legisladora Karina Bruno, que se mueve como aliada estable, con lo cual el bloque alcanza 34 votos. Pero ese margen mínimo de seguridad podría complicarse si se fractura la bancada.
Con ese esquema, el bloque llaryorista dependería todavía más de acuerdos circunstanciales con legisladores “anti-Milei” o negociables, para garantizarse mayorías en temas sensibles.
El cuórum, en jaque
Uno de los nombres es Oscar Agost Carreño que, tras formar parte del bloque cordobesista en Diputados, desplaza a Tamis y asume su banca del PRO.
Otras fichas más complejas son Luciana Echevarría, del Frente Izquierda Unidad; Dante Rossi, de Construyendo Córdoba; o Federico Alesandri, de Creo en Córdoba. Con este mapa inminente, la Unicameral enfrenta dificultades para garantizar cuórum propio y una interna latente en el bloque PRO, que amenaza con reconfigurar también su esquema de aliados.
En ese escenario, cada banca contará. Y el gesto de Knipscheer, más que simbólico, podría marcar el inicio de una nueva etapa en el mapa político cordobés, donde los equilibrios se vuelven más inestables y las negociaciones, imprescindibles.