La candidata del oficialismo Claudia Sheinbaum gana por amplio margen las elecciones presidenciales y será la primera mujer que gobernará México, la segunda mayor economía de Latinoamérica.
Al cierre de esta nota, con el 53% de las mesas escrutadas, sumaba el 58 por ciento de los votos contra el 29 de Xóchitl Gálvez, la postulante de la coalición opositora integrada por el otrora hegemónico PRI, el derechista PAN y el izquierdista PRD.
Científica de 61 años, Sheinbaum prometió continuar el legado del mandatario nacionalista de izquierda Andrés Manuel López Obrador, aunque con ligeros ajustes para mitigar la violencia ligada al crimen organizado, reducir la deuda pública, estimular la economía, impulsar las energías renovables y atajar la corrupción.
“Nuestro deber es y será siempre velar por cada una y cada uno de los mexicanos, sin distingos; así que, aunque muchas mexicanas y mexicanos no coincidan plenamente con nuestro proyecto, habremos de caminar en armonía para seguir construyendo un México justo y más próspero (...) Nuestro gobierno será honesto, sin influyentismo, sin corrupción, ni impunidad’’, destacó la presidenta electa.
A ocho horas del cierre de los comicios, Sheinbaum doblaba en cantidad de votos a Gálvez y hacía irremontable la diferencia.
La jornada, en la que se disputaron más de 20.000 cargos públicos -incluidos senadores, diputados, alcalde capitalino y ocho gobernadores-, se llevó a cabo bajo la sombra de la violencia que ha dejado decenas de aspirantes asesinados, avivando preocupaciones sobre la democracia en el país.
Claudia Sheinbaum
Claudia Sheinbaum, presidenta electa de México.
Los retos de Claudia Sheinbaum
A pesar de que las políticas asistenciales de López Obrador, conocido como AMLO, ayudaron a llevar la pobreza laboral a mínimos históricos del 35,8%, Sheinbaum recibirá un país machista con un magro crecimiento económico y sumido en una crisis de inseguridad que, aunada a la escasez de agua y los cortes de luz, podría amenazar la relocalización de empresas desde China y otras partes de Asia.
“Abordar los problemas de seguridad de México será uno de los temas más apremiantes que enfrentará Sheinbaum cuando asuma el cargo”, opinó Nathaniel Parish Flannery, analista de riesgo político para Latinoamérica.
“A menos que se comprometa a realizar una inversión sustantiva para mejorar la vigilancia policial y reducir la impunidad, Sheinbaum probablemente tendrá dificultades para lograr una mejora en los niveles de seguridad en muchos de los estados más afectados por el crimen organizado”, agregó.
Además, Sheinbaum heredará una situación fiscal desafiante debido al aumento de los pagos de pensiones y de los programas sociales, sumado al hecho de que AMLO profundizó la dependencia financiera de la altamente endeudada estatal petrolera Pemex de las transferencias del erario público.
“Tras la visible expansión fiscal en 2024, la próxima administración se verá obligada a consolidar las finanzas públicas en 2025 mediante difíciles recortes del gasto”, advirtió Alberto Ramos, director gerente de Goldman Sachs.
“Es posible que el próximo presidente tenga que adoptar una reforma fiscal para aumentar los ingresos tributarios en algún momento durante su mandato y, potencialmente, revisar la costosa transferencia recurrente de fondos a Pemex”, agregó.
La nueva presidenta, que comenzará su mandato de seis años el 1 de octubre, también enfrentará una serie de negociaciones complicadas con Estados Unidos sobre el flujo de migrantes que cruzan México y la cooperación en materia de narcotráfico mientras su vecino lucha con una epidemia de fentanilo.
Funcionarios mexicanos temen que las negociaciones sean más complicadas si Donald Trump gana la elección presidencial en noviembre. Para 2026, se espera una revisión del acuerdo comercial de Norteamérica, TMEC, y funcionarios estadounidenses han advertido que será “incómoda”.