El intendente de la capital de Neuquén, Mariano Gaido, es quizás uno de los contendientes de las elecciones del 16 de abril que camina con la mochila más liviana. Salvo felina venganza por el episodio del gatito que castró con manos inexpertas en plena campaña, nada debería impedirle su continuidad en el municipio por otros cuatro años.
Muchas obras, muchos anuncios en todos lados, todos al mismo tiempo. “Vivas donde vivas, en Neuquén tenés las mismas oportunidades”, aseguró esta semana en una recorrida tras enumerar pavimento, gimnasios y espacios verdes que distribuyó su gestión por los barrios. El de Gaido viene siendo un gobierno de saturación que, hasta el momento, ha dado resultados.
En una contienda provincial que pareciera ajustada entre Marcos Koopmann (MPN) y Rolando Figueroa (Comunidad), los votos que Gaido le aporte al partido también serán estratégicos para hacer la diferencia.
La capital concentra casi el 41% del padrón total de electores de la provincia, con más de 222.000 personas habilitadas para votar. Tiene en el oeste capitalino lo que se ha considerado muchas veces “La Matanza” local, con circuitos más numerosos que ciudades completas. Allí concentraron sus acciones esta semana candidatos y candidatas del MPN con caminatas y recorridas puerta a puerta.
No es que sea la única zona fuerte del partido. “El nuestro es un voto raro: nos votan sectores que podrían ser más de izquierda, desocupados, de sectores más humildes, pero también en los barrios privados”, afirmó una fuente cercana al intendente. Aseguran que tienen un 38% de intención de voto en el oeste, pero igual número en el centro, la zona más coqueta. En el escenario global, sus sondeos le arrojan un porcentaje que pisa el 40%. Al segundo lugar lo ubican muy atrás, con 18%.
Por eso, en los equipos de Gaido evalúan que la victoria en la capital “no está en discusión”. Hoy es quien comparte su capital político con Koopmann y lo participa de sus anuncios. “Le estamos dando la victoria”, se confían.
Al revés sucede con Figueroa y su candidato para la capital, Juan Peláez, de quien ya reconocen que “no pudo polarizar” con el intendente. Los votos los tracciona el exMPN, mientras brega para que el radical ayude.
Dos boletas cortas
Este 16 de abril será la primera vez en varias décadas en que las elecciones para el Ejecutivo de la provincia y de la ciudad de Neuquén se celebrarán el mismo domingo. Tal jugada del oficialismo, que tuvo mucho de gesto del propio Gaido, permitió sumarle al candidato Marcos Koopmann todo el volumen de gestión que el intendente lleva acumulados en sus cuatro años. Sin embargo, no pudo torcer un último obstáculo.
En Neuquén rige el voto electrónico y las pantallas que el electorado se encontrará en los cuartos oscuros no ofrecerá la posibilidad de votarlos juntos en una lista completa, porque la Carta Orgánica de la capital lo impide. Cada votante tendrá que optar por una lista de categorías provinciales y, recién después, hacer su elección para el municipio.
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Confianza. Gaido junto a Koopmann y Pechen, la fórmula del MPN para seguir gobernando Neuquén.
Esta “dificultad” es la que alienta a pensar, en el espacio de Figueroa, en un eventual voto combinado. Es decir, un elector que busque un cambio a nivel provincial, pero que esté satisfecho con las obras y servicios del actual intendente.
Para los equipos de Gaido no existe tal amenaza y piensan que el candidato a gobernador opositor equivocó su estrategia para la capital.
¿Traje de gobernador?
Si Koopmann resulta electo el 16 de abril, su gestión será de un solo mandato. La Constitución de Neuquén fija el límite de reelección para la fórmula que haya estado en el gobierno, indistintamente del rol ocupado. Es decir, un período de vicegobernador más uno de gobernador lo inhabilitarían para buscar una repetición en 2027.
Ese eventual escenario es el que hoy estimula la hipótesis de Gaido como el próximo candidato del partido. Tiene, además, su propio equipo de leales en el municipio que le podrá servir para construir poder propio, a diferencia de Koopmann que hoy tiene buena parte del suyo a préstamo.
“Si hacemos una buena elección y somos artífices del triunfo, es lógico que lo pongan de candidato”, evaluó su hombre de confianza.
Tales características bien pueden ser una ventaja para el MPN, que tuvo que salir a posicionar a sus candidatos en las últimas dos elecciones muy desde atrás por falta de sucesores “naturales”. Con todo, también puede ser una amenaza.
Un crecimiento desmedido podría no ser compatible con el liderazgo de Jorge Sapag, el hombre de la última palabra en el partido que este año cumplirá 60 años en el poder de la provincia.